Ni?os bien educados en ?frica
La calidad de la ense?anza es una de las claves para solucionar los enormes problemas del continente negro y reducir las masas de inmigrantes; el ajedrez pedag¨®gico puede contribuir a ella
Esta pieza corresponde a uno de los env¨ªos del bolet¨ªn semanal Maravillosa Jugada, de EL PA?S, que se env¨ªa por correo electr¨®nico todos los jueves a los suscriptores; excepcionalmente, esta semana es de acceso libre
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?Hola! ?Saludos desde Pouma (Camer¨²n)!
Educar masivamente con calidad a los ni?os africanos ser¨ªa un paso fundamental para solucionar uno de los mayores problemas que afronta hoy el mundo. Aunque Europa lograse organizar cabalmente la inmigraci¨®n que necesitamos para compensar los baj¨ªsimos ¨ªndices de natalidad -estamos a¨²n a a?os luz de eso-, los millones de personas que huir¨ªan de la pobreza hacia el norte ser¨ªan siempre m¨¢s que nuestra capacidad para absorberlos. El ajedrez, un juego barato y muy divertido que ense?a a pensar, puede contribuir a esa soluci¨®n. Y aqu¨ª me tienen, de nuevo en el ?frica negra, un continente del que estoy enamorado, como ya les he dicho alguna vez en este bolet¨ªn.
En mis otros viajes, de vacaciones, pero por mi cuenta (no en grupo tur¨ªstico), visit¨¦ todos los pa¨ªses del hemisferio sur africano excepto los dos Congos y Angola. Y como invert¨ª mucho m¨¢s tiempo en entornos muy rurales que en las ciudades, aprend¨ª muy r¨¢pido que el bienestar razonable de cientos de millones de personas depende de a qu¨¦ distancia est¨¢ el agua y si la hay todo el a?o; porque son las mujeres quienes van a buscarla, y el tiempo que emplean en ello lo restan del dedicado a cuidar a su familia. Adem¨¢s, si hay agua sin problemas, hay huertas y ¨¢rboles frutales, los animales comen y beben, y por tanto la subsistencia est¨¢ asegurada.
Ahora es distinto. Pouma est¨¢ junto a una carretera infernal (en cuanto al n¨²mero de accidentes) que atraviesa un paisaje de selva densa para comunicar la capital, Yaound¨¦, con la segunda ciudad m¨¢s importante, Douala. El agua corriente llega a las casas tres o cuatro d¨ªas por semana como mucho, pero hay pozos cercanos. Sin embargo, aunque la electricidad tampoco est¨¢ garantizada, hay problemas a¨²n m¨¢s preocupantes.
Todo indica que para el Gobierno, muy afectado por la corrupci¨®n, atender apropiadamente la sanidad y la educaci¨®n no es tan prioritario como la organizaci¨®n de la Copa de ?frica de f¨²tbol, que se celebr¨® hace poco en Camer¨²n y dejar¨¢ grandes estadios de muy dif¨ªcil reutilizaci¨®n. El martes visit¨¦ un hospital sin camas, sumamente precario, y una escuela donde el dinero p¨²blico solo llega para pagar a dos de los cuatro maestros que necesitan; los padres deben aportar -y no siempre pueden- el salario de los otros dos.
Por eso cuando uno llega a L¡¯?cole Internationale Gredos-San Diego y ve la alta calidad de la ense?anza que aqu¨ª se imparte, la depresi¨®n y la furia dan paso a la esperanza. Gredos-San Diego (GSD) es una cooperativa laica que tiene ocho colegios en Madrid y uno en Costa Rica, y cuya fundaci¨®n gestiona este de Camer¨²n, propiedad del obispado, durante 25 a?os junto a la Fundaci¨®n Abriendo Caminos.
Dirigir y administrar un colegio en este entorno tan dif¨ªcil es un reto may¨²sculo, porque no basta con saber mucho de pedagog¨ªa. Pero Jorge Manrique, responsable principal, y Olivier Pi?ero lo hacen con nota muy alta. En un pa¨ªs cuyo sistema educativo a¨²n se basa mucho en la memorizaci¨®n y repetici¨®n, han introducido conceptos aqu¨ª revolucionarios, como el aprendizaje significativo, las inteligencias m¨²ltiples, la m¨²sica, el huerto escolar¡ que dan un sello distintivo y han convertido a su escuela, con muchos alumnos becados, en una referencia para los municipios de la zona, como me confirm¨® este mi¨¦rcoles la alcaldesa, Doreth¨¦e Perial.
Y ah¨ª entra el ajedrez educativo, que, con la aportaci¨®n profesional de varios expertos, coordinados por m¨ª, ha sido parte de la formaci¨®n de muchos docentes de GSD en Madrid y Costa Rica desde hace m¨¢s de diez a?os, gracias a la iniciativa de su director general hasta hace unas semanas, Jorge de la Calle. Y ahora en Camer¨²n, donde doy un curso de tres d¨ªas a una quincena de maestros que, hasta el pasado lunes, ni siquiera sab¨ªan lo que era el ajedrez. Pero una de ellos, Carole, ya lo estaba utilizando el martes por la ma?ana de forma interdisciplinar en clase de Lengua. El mi¨¦rcoles crearon canciones y jugando partidas. La idea de que sus alumnos aprendan jugando y jueguen aprendiendo les atrae mucho. Todo indica que el ajedrez echar¨¢ ra¨ªces aqu¨ª como otro sello distintivo de la educaci¨®n de calidad. Entre otras razones, porque la asociaci¨®n Alfil Educa, de Tacoronte (Tenerife), ha enviado unos sesenta juegos de piezas de ajedrez hechas con tapones de botellas por los alumnos de dos escuelas, CEIP Ernesto Castro Fari?as y CEO Bethencourt y Molina, adscritas al programa oficial de ajedrez educativo del Gobierno de Canarias (Educando personitas, no campeones).
En Europa estamos siendo muy acogedores con los refugiados ucranios, que huyen de una guerra espantosa; por cierto, quiz¨¢ les interese el episodio de ayer del podcast Hoy en EL PA?S, elaborado cada d¨ªa por un equipo formidable, donde gloso, junto a Ana Fuentes, la conexi¨®n de Anatoli K¨¢rpov y Gari Kasp¨¢rov, en bandos opuestos, con los cr¨ªmenes de Putin. Pero tambi¨¦n deber¨ªamos ser igual de generosos con los africanos que huyen de una vida espantosa. Y no solo por razones ¨¦ticas sino pragm¨¢ticas; por ejemplo, para arreglar el gran problema de la Espa?a vaciada. S¨ª, ya s¨¦ que el n¨²mero de africanos deseosos de venir a Europa es mucho mayor que el de ucranios, pero podr¨ªa hacerse con un plan ordenado, paulatino y sensato. Es decir, algo a muchos a?os vista, un concepto nada excitante para un alto porcentaje de los pol¨ªticos.
Pero quiz¨¢ s¨ª les estimule aparecer en fotos como las que se incluyen en este bolet¨ªn. Para ello hay que fomentar la educaci¨®n de calidad en ?frica. Si en todas sus regiones hubiera un colegio como el de GSD en Pouma, uno de los quebraderos de cabeza m¨¢s acuciantes que tiene hoy la humanidad entrar¨ªa en v¨ªas de resoluci¨®n. A la espera de que ocurra, me quedo con la imagen y el sonido de esos ni?os que llegan a sus casas (muy humildes) cantando melod¨ªas con letras sobre el ajedrez, un juego muy divertido y barato que les ense?a a pensar.
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