Carlsen se retira de un torneo en EEUU tras una derrota, sin explicarlo

Es la primera vez que Magnus Carlsen se retira de un torneo. Lo hace tras una racha de 53 partidas invicto (en la modalidad cl¨¢sica, sin contar las r¨¢pidas) y seis semanas despu¨¦s de anunciar que no defender¨¢ su t¨ªtulo mundial en abril. Ha ocurrido en uno de los torneos estelares del a?o, la Copa Sinquefield, en San Luis (EEUU) el mismo d¨ªa de su derrota en la 3? ronda ante el estadounidense Hans Niemann, de 19 a?os. El campe¨®n no explic¨® su retirada, pero su tuit ¨C¡±Me retiro del torneo. Siempre he disfrutado jugando en el Club de San Luis y espero regresar¡±- citaba una frase del entrenador de f¨²tbol Jos¨¦ Mourinho: ¡°Si hablo, tendr¨¦ un gran problema¡±, lo que alimenta la teor¨ªa de que acusa a Niemann de trampas.

Los propios organizadores, muy experimentados, han nutrido a¨²n m¨¢s esa interpretaci¨®n al decidir de inmediato que la retransmisi¨®n de las partidas no sea en riguroso directo sino con un retraso de 15 minutos. Esta es una de las medidas habituales para prevenir trampas con ayuda de computadoras; por ejemplo, un jugador esconde en su o¨ªdo un min¨²sculo auricular por el que alguien -que sigue la partida en directo y la analiza con programas que calculan millones de jugadas por segundo- le sopla los mejores movimientos.

Sin embargo, el an¨¢lisis detallado de la partida entera realizado por el autor de esta cr¨®nica, comparando las jugadas de Niemann con las recomendaciones de los programas inform¨¢ticos m¨¢s potentes, no aporta ning¨²n indicio medianamente s¨®lido para sospechar del joven estadounidense, cuyo progreso ha sido muy r¨¢pido en los ¨²ltimos tres a?os. Hay varios momentos en que Carlsen pudo elegir continuaciones que tend¨ªan hacia el empate, pero opt¨® por otras de mayor peligro o directamente err¨®neas. Esa actitud es, en general, virtuosa, y lo convierten en uno de los campeones m¨¢s valientes y combativos de la historia; adem¨¢s, suele darle muy buenos resultados, pero implica el riesgo de perder de vez en cuando; en este caso, de encajar su primera derrota de 2022.

Otros comentarios, reflejados por el periodista especializado Leonid Barden en el Financial Times sin citar ninguna fuente concreta, insin¨²an que la supuesta acusaci¨®n de Carlsen contra Niemann no es por hacer trampas durante la partida sino por haberle espiado telem¨¢ticamente; es decir, por haber violado la seguridad de los dispositivos inform¨¢ticos donde prepara sus partidas. Este es un terreno mucho m¨¢s resbaladizo. Pero, en cualquier caso, la derrota de Carlsen tuvo poco que ver con el resultado de la apertura (primeros diez o quince movimientos -a veces m¨¢s- que se realizan casi siempre de memoria porque est¨¢n preparados en casa), aunque es cierto que Niemann, con las piezas negras, sali¨® de ella con una posici¨®n c¨®moda.

Carlsen empez¨® muy bien el torneo, con una victoria impecable sobre el subcampe¨®n del mundo, el ruso Ian Niep¨®mniashi, a quien ya derrot¨® con gran claridad el pasado diciembre en el Mundial de Dub¨¢i. Despu¨¦s hizo tablas sin mucha historia con el estadounidense, de origen armenio, Lev¨®n Aroni¨¢n. Tras renunciar a la defensa de su t¨ªtulo, para el noruego es fundamental seguir siendo el n¨²mero uno con holgura. Y adem¨¢s se ha marcado un objetivo dificil¨ªsimo: pasar de los 2.900 puntos en la lista mundial; tras est¨¢ pol¨¦mica derrota, se queda en 2.856,3.

Niemann, quien ya hab¨ªa derrotado a Carlsen hace un mes en un torneo de partidas r¨¢pidas en Miami, dijo tras su victoria: ¡°Debe ser embarazoso para el campe¨®n del mundo perder ante un idiota como yo. Me siento mal por ¨¦l¡±. El estadounidense Hikaru Nakamura, quien gana mucho m¨¢s dinero con sus programas en directo por internet que jugando torneos, se lanz¨® enseguida a alimentar la teor¨ªa de las trampas: ¡°Magnus nunca har¨ªa esto en un mill¨®n de a?os si no creyera firmemente que Hans le ha hecho trampas. As¨ª de claro¡±.

En cambio, Aroni¨¢n fue muy tajante en la direcci¨®n contraria: ¡°Con frecuencia se acusa de trampas a j¨®venes que juegan muy bien (¡­). Todos mis colegas est¨¢n paranoicos, y con frecuencia soy yo quien les dice que ya vale. ?Siempre pienso que los j¨®venes pueden jugar muy bien!¡±.

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