Menosprecio nacional
En Popay¨¢n hay un sitio arqueol¨®gico que casi nadie conoce y que, no se sabe por qu¨¦ raz¨®n, sigue siendo objeto del desd¨¦n por parte de las autoridades locales y nacionales

En Lima, en pleno coraz¨®n del elitista barrio de Miraflores, hay un lugar poderosamente atractivo. No es un edificio ultramoderno dise?ado por el arquitecto m¨¢s famoso del mundo. No es una iglesia colonial con adornos de plata y oro. Tampoco es un centro comercial repleto de tiendas de lujo. Es la Huaca Pucllana, un sitio arqueol¨®gico admirable, que desde el a?o 1981 se convirti¨® en uno de los lugares m¨¢s visitados por los turistas que llegan a la capital del Per¨².
En Popay¨¢n, capital del departamento del Cauca, hay un sitio arqueol¨®gico que casi nadie conoce, que est¨¢ a pocos metros del centro hist¨®rico de esa muy cat¨®lica ciudad y que, no se sabe porqu¨¦ raz¨®n, sigue siendo objeto del desd¨¦n por parte de las autoridades locales y nacionales. Se trata del llamado Morro de Tulc¨¢n, una peque?a colina que en las gu¨ªas tur¨ªsticas se promociona como el mejor mirador para apreciar la panor¨¢mica de la ciudad, pero casi nunca dicen que bajo la tierra y el pasto hay una construcci¨®n que seguramente resultar¨ªa mucho m¨¢s llamativa que ver los desangelados techos de las viviendas payanesas.
El principal atractivo de la Huaca Pucllana es una pir¨¢mide construida con ladrillos de adobe hace unos 1800 o 1500 a?os.
El verdadero atractivo del Morro de Tulc¨¢n es una pir¨¢mide construida con ladrillos de adobe hace unos 1400 0 1000 a?os por los ind¨ªgenas que alguna vez habitaron esa zona de la geograf¨ªa colombiana.
La diferencia entre lo que pasa en Lima y lo que pasa en Popay¨¢n es que mientras all¨¢ valoran, aprecian y le sacan el jugo a un lugar que en el pasado fue sagrado para los pueblos prehisp¨¢nicos, aqu¨ª preferimos echarle tierra y ponerle encima un pedestal con una estatua del fundador de la ciudad, que fue lo que ocurri¨® en 1940 ante los ojos incr¨¦dulos de quienes quisieron defender una parte de la historia de esta tierra.
Hoy el podio del fundador est¨¢ vac¨ªo. La efigie ecuestre de Sebasti¨¢n de Belalc¨¢zar est¨¢ esperando ser restaurada luego de que ind¨ªgenas de la regi¨®n la tumbaran en el a?o 2020. Pero el futuro de la pir¨¢mide precolombina es lo que m¨¢s nos deber¨ªa importar. ?Lleg¨® la hora para que los arque¨®logos y antrop¨®logos busquen la forma de que los colombianos y el mundo puedan conocer lo que se oculta bajo la tierra de esa colina al suroccidente de Colombia? ?El Ministerio de Cultura le dar¨¢ el valor que se merece a un escenario poderosamente atractivo para el turismo y la investigaci¨®n?
Hasta ahora, el Morro de Tulc¨¢n ha sido una muestra del menosprecio nacional hacia los ind¨ªgenas en esa regi¨®n del pa¨ªs. ?Vale la pena seguir en esa senda?
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