La Se?ora de la M¨¢scara revive
Tres momias de hace m¨¢s de 1.300 a?os salen a la luz en el centro de Lima
El pasado de Per¨² es tan rico que, sin exagerar, puede decirse que cada vez que se excava un hoyo hay posibilidades de encontrar un resto arqueol¨®gico. La huaca Pucllana, un sepulcro de los antiguos indios enclavada en medio del barrio residencial de Miraflores, en Lima, es un buen ejemplo de ello. Se trata de una de las cerca de 300 excavaciones arqueol¨®gicas ubicadas en la capital peruana -en todo el pa¨ªs se estima que hay unas 100.000-, el lugar donde se encontr¨® la semana pasada un sepulcro en el que se encontraron tres fardos funerarios y los restos de un ni?o sacrificado.
Aunque no es la primera tumba que se encuentra en Pucllana, a diferencia de las anteriores ¨¦sta se hall¨® intacta; no hab¨ªa sido v¨ªctima del saqueo sistem¨¢tico al que estuvo sometido por los buscadores de tesoros, conocidos en Per¨² como huaqueros. En la tumba se encontraron dos m¨¢scaras funerarias, una de las cuales, un rostro femenino, ya ha sido bautizado como la Se?ora de la M¨¢scara.
A pesar de que no se encontraron metales preciosos ni objetos de valor, la evidencia tan bien conservada dar¨¢ a los investigadores muchas pistas acerca de la ocupaci¨®n de la huaca Pucllana por los wari, un imperio anterior a los incas que tuvo su centro m¨¢s importante en Ayacucho y que lleg¨® a ocupar grandes extensiones de la costa y sierra peruana entre los siglos VIII y XI.
Como muchos otros sitios arqueol¨®gicos peruanos, Pucllana fue ocupado por varias culturas. Los investigadores atribuyen su construcci¨®n a la cultura lima, que se desarroll¨® entre el 200 y el 700 despu¨¦s de Cristo. Lo que actualmente se conserva de Pucllana -b¨¢sicamente, una pir¨¢mide trunca, una explanada y algunas construcciones- es apenas una fracci¨®n de un gran centro ceremonial que se extendi¨® por unas 15 hect¨¢reas. Luego fue ocupada por los invasores wari y, finalmente, por la cultura ichma, hacia el a?o 1000 de nuestra era. Los incas no hicieron uso de ¨¦l y prefirieron el centro ceremonial de Pachacamac, m¨¢s al sur, en las afueras de la ciudad.
Las excavaciones en Pucllana han encontrado evidencias de las tres civilizaciones y en los ¨²ltimos a?os se han descubierto por lo menos cuatro hallazgos importantes. En 1997, se encontraron cuatro fardos funerarios que se atribuyen a la nobleza de la cultura lima y en 2005 se encontr¨® la momia de un personaje que, enterrado junto a los restos de tres ni?os y envuelto en finos textiles, fue bautizado como el Se?or de los Unkus.
Mientras que la mayor¨ªa de excavaciones en Per¨², por falta de recursos o mera desidia, est¨¢n abandonadas a su suerte, en Pucllana, desde hace 27 a?os, un grupo de arque¨®logos trabaja gracias a un convenio entre el Instituto Nacional de Cultura y el municipio de Miraflores.
Ahora s¨®lo falta un museo a la altura del lugar y espacios id¨®neos para que la Se?ora de la M¨¢scara, el Se?or de los Unkus y el resto de momias puedan ser exhibidos junto con sus ofrendas. Ser¨ªa la prueba de que, con inversiones y trabajo, incluso Lima, la cosmopolita capital, podr¨ªa convertirse en un destino para el turismo hist¨®rico.
En los ¨²ltimos a?os, Pucllana se ha puesto de moda gracias a su buena ubicaci¨®n y el avance en la recuperaci¨®n del sitio. Lejos queda la ¨¦poca en que la huaca se hab¨ªa convertido en un problema para el vecindario, debido a su estado de abandono, que la hab¨ªa convertido en refugio ideal para prostitutas y vendedores de drogas. Ahora, los vecinos de Miraflores salen a correr y pasear sus perros por su per¨ªmetro. Uno de los mejores restaurantes de la ciudad se ubica en el interior y la explanada se ha utilizado para conciertos, actos sociales de diverso tipo e incluso una cena de jefes de Estado. La huaca se ha incorporado a los circuitos tur¨ªsticos de la ciudad y todos los d¨ªas recibe visitantes.
Restos arqueol¨®gicos y mucho m¨¢s en la Gu¨ªa de Per¨² de EL VIAJERO
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