Colombia reabre el postergado debate sobre los ¡®impuestos saludables¡¯
La reforma tributaria del Gobierno de Petro incluye un nuevo intento por gravar las bebidas azucaradas, que en el pasado encall¨® en el Congreso
El naciente Gobierno de Gustavo Petro le ha dado una segunda oportunidad a los llamados ¡®impuestos saludables¡¯ en Colombia. El proyecto de reforma tributaria que acaba de presentar busca gravar las bebidas azucaradas, una medida que ya se hab¨ªa propuesto en el pasado, y los alimentos ultraprocesados, que no tienen ese antecedente. El debate viene con el eco de una larga batalla por adoptar medidas similares a las que ya se han tomado en m¨¢s de 70 pa¨ªses, una veint...
El naciente Gobierno de Gustavo Petro le ha dado una segunda oportunidad a los llamados ¡®impuestos saludables¡¯ en Colombia. El proyecto de reforma tributaria que acaba de presentar busca gravar las bebidas azucaradas, una medida que ya se hab¨ªa propuesto en el pasado, y los alimentos ultraprocesados, que no tienen ese antecedente. El debate viene con el eco de una larga batalla por adoptar medidas similares a las que ya se han tomado en m¨¢s de 70 pa¨ªses, una veintena de ellos en la regi¨®n, con el prop¨®sito de reducir el consumo de gaseosas y refrescos, vinculadas con la obesidad y la diabetes.
La tributaria, la primera reforma de gran calado de la nueva era pol¨ªtica, refleja varios de los ejes que Petro, el primer mandatario de izquierdas, ha defendido desde hace tiempo en su discurso. En este intento, los impuestos saludables parecen contar con el decidido apoyo del Ejecutivo, incluyendo al propio ministro de Hacienda, Jos¨¦ Antonio Ocampo, y no ser solo un impulso de la cartera de Salud, en cabeza de Carolina Corcho. ¡°Adem¨¢s de elevar los ingresos para abordar la pobreza, la reforma busca mitigar externalidades negativas en la salud y el medio ambiente. En esta materia, resaltan la modificaci¨®n al impuesto al carbono, y el establecimiento de impuestos a los pl¨¢sticos de un solo uso, bebidas azucaradas y alimentos ultraprocesados¡±, subraya la exposici¨®n de motivos de la reforma. El prop¨®sito primario de los dos ¨²ltimos es proteger la salud. ¡°Esto no es para generar plata, el recaudo ideal de estos impuestos es cero¡±, ha dicho el ministro Ocampo, mientras el propio Petro ha salido a defender, en un lenguaje simple, que es ¡°para que la gente no tome tanta gaseosa¡±.
Es apenas la segunda ocasi¨®n en que una iniciativa parecida viene desde el Gobierno, pero en cada reforma tributaria que se ha presentado desde 2016 se ha hecho el intento de incluir el impuesto a las bebidas endulzadas, explica Carolina Pi?eros, directora Red PaPaz, una organizaci¨®n de la sociedad civil que vela por los derechos de los ni?os. Aunque sugiere revisar algunos aspectos del dise?o t¨¦cnico de la propuesta, celebra que regrese al debate p¨²blico. ¡°Este tipo de medidas de salud p¨²blica, que pueden afectar intereses particulares, por ejemplo de la industria de comestibles, son muy dif¨ªciles. Es similar a lo que pas¨® cuando se trat¨® de regular el tabaco¡±, apunta, un paralelo que han trazado numerosos acad¨¦micos y observadores.
Desde Red PaPaz han observado en estos a?os c¨®mo la opini¨®n p¨²blica empieza a entender el da?o que ocasiona el consumo excesivo de az¨²car para la salud de las personas, apunta Pi?eros. ¡°Ha habido un proceso de toma de consciencia colectiva¡±, valora. En el m¨¢s reciente estudio que hizo la organizaci¨®n, un 64% de las personas encuestadas en 2021 ve¨ªan con buenos ojos un impuesto saludable a las bebidas endulzadas, ya sea con az¨²car o con otros edulcorantes.
El nuevo pulso apenas comienza. Aunque existe evidencia con respecto a los beneficios de este impuesto a las gaseosas en otros lugares, sus cr¨ªticos han sostenido, entre otras, que inducir ese cambio de h¨¢bitos es un exceso regulatorio y que puede impactar el bolsillo de los m¨¢s pobres. La primera ocasi¨®n en que el debate sobre gravar las bebidas azucaradas irrumpi¨® con fuerza en la discusi¨®n p¨²blica en Colombia fue en 2016, durante el Gobierno de Juan Manuel Santos (2010-2018), por una propuesta del entonces ministro de Salud, Alejandro Gaviria ¨Cquien ahora ocupa la cartera de Educaci¨®n¨C. Ese pulso lo enfrent¨® en el Congreso al poderoso lobby de la industria.
¡°Lo regresivo no es el impuesto a las gaseosas, es la diabetes¡±, sol¨ªa argumentar Gaviria ante una de las cr¨ªticas m¨¢s recurrentes, y ha considerado esa como la derrota m¨¢s costosa y complicada de sus seis a?os en esa cartera, que ocup¨® hasta el final del periodo de Santos. ¡°Ese matrimonio entre medios de comunicaci¨®n y grandes grupos econ¨®micos menoscaba en parte la democracia colombiana. Pero en el fondo yo creo que ese debate no se perdi¨® del todo, y que hay una consciencia mayor en la poblaci¨®n¡±, se?alaba Gaviria en su momento en una entrevista con este peri¨®dico.
El hoy expresidente Iv¨¢n Duque, que era senador de la oposici¨®n de derecha a Santos, fue uno de los principales cr¨ªticos de la iniciativa, que se termin¨® hundiendo. En los ¨²ltimos cuatro a?os tampoco prosper¨®, aunque s¨ª qued¨® lista una propuesta de etiquetado en los empaques de alimentos con altos contenidos de az¨²cares, sodio o grasas.
Las experiencias de otros lugares muestran que gravar la comida chatarra o procesada es dif¨ªcil, pues la definici¨®n de qu¨¦ productos entran en esa categor¨ªa es compleja, mientras que el impuesto a las gaseosas tiene la ventaja de la claridad y la simplicidad. ¡°En el caso de las bebidas azucaradas, son calor¨ªas vac¨ªas que no tienen ning¨²n aporte nutricional y por la frecuencia de consumo terminan generando un consumo de az¨²cares adicionales o a?adidos mayor al recomendado por la Organizaci¨®n Mundial de la Salud¡±, explica Pamela G¨®ngora, consultora en pol¨ªticas en salud y estudiante de un doctorado en salud poblacional en la Universidad de Oxford.
El impuesto a las bebidas azucaradas se inspira, entre otras, en el ¨¦xito que ha tenido el impuesto al tabaco, que busca desincentivar el consumo para reducir la incidencia de enfermedades como la obesidad, el c¨¢ncer y las cardiovasculares, explica G¨®ngora, que asesor¨® al Ministerio en la fallida propuesta de 2016. Entonces, el intenso cabildeo en el Congreso apag¨® el debate, rememora. ¡°Lo que puede ser distinto ahora es que ya hay una historia, no es la primera vez que se discute. Cada vez m¨¢s pa¨ªses lo vienen implementando, hay una evidencia que se va acumulando¡±, valora. Tambi¨¦n se?ala que en esta ocasi¨®n la propuesta viene del Gobierno, directamente del Ministerio de Hacienda: ¡°Eso quiz¨¢s pueda hacer la diferencia¡±.
La OMS recomienda principalmente cuatro medidas para reducir la obesidad y las enfermedades que esta genera, dice Diana Guarnizo, directora del ¨¢rea de justicia econ¨®mica del centro de estudios Dejusticia, que ha acompa?ado las iniciativas. Son los impuestos a las bebidas endulzadas, el etiquetado de advertencia, las restricciones a la publicidad y la generaci¨®n de ambientes escolares saludables, explica. Para Guarnizo, el nuevo contexto pol¨ªtico es favorable en Colombia y ¡°los intentos previos, aunque fallidos, de alguna manera lograron mover dos mensajes¡±, valora. El primero, que hacer algo para desestimular el consumo es deseable e importante en materia de salud p¨²blica. Y el segundo, que la industria tiene ciertos intereses, y las iniciativas se caen por los intereses de la industria. El impuesto a las bebidas azucaradas, concluye, ¡°ha ganado legitimidad en la base social¡±.
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