El marchitamiento del sector privado
Desde el siglo XVIII estamos discutiendo cu¨¢l debe ser el tama?o del Estado
Desde el siglo XVIII estamos discutiendo cu¨¢l debe ser el tama?o del Estado. El debate entre derecha e izquierda o entre comunismo y capitalismo en el siglo XXI resulta est¨¦ril. En los siglos XIX y XX esa pol¨¦mica defini¨® el resultado democr¨¢tico en los pa¨ªses en los cuales el pueblo defin¨ªa la suerte pol¨ªtica de sus pobladores.
Los liberales defend¨ªan el Estado ¡°gendarme¡±: la autoridad p¨²blica no interven¨ªa en la vida econ¨®mica. A partir de 1848 se cambiaron de bando y representaron la tendencia intervencionista. Los conservadores buscaban limitarla con el reconocimiento de la funci¨®n social de la propiedad privada.
El fondo del problema est¨¢ en determinar hasta d¨®nde puede llegar la intervenci¨®n del Estado y hasta d¨®nde el mercado de la oferta y la demanda justifican la participaci¨®n de los particulares.
Hoy nadie discute la necesidad de intervenir en la econom¨ªa de un pa¨ªs, pero ello no implica m¨¢s tama?o del Estado. El problema se presenta cuando se formula la pregunta: ?cu¨¢nto Estado?
El gobierno ya contest¨®; el Presidente quiere un Estado m¨¢s grande y por tanto necesita mucha plata para atender la cantidad de programas sociales, deseables, aunque no se conozca su destino, siempre necesarios si se cuenta con el recurso fiscal. Todo esto dentro del marco inflacionario m¨¢s alto de la historia del pa¨ªs. Para obtener los recursos, dijo el ministro de Hacienda Jos¨¦ Antonio Ocampo: ¡°necesitamos muchos m¨¢s para los programas sociales nuevos, m¨¢s los programas de paz que incluyen la erradicaci¨®n de cultivos il¨ªcitos¡±.
El Partido de los Economistas y los empresarios tienen diferencias de fondo con el gobierno. El ministro rechaza los c¨¢lculos hechos por la Asociaci¨®n de Empresarios (ANDI) advirtiendo que est¨¢n ¡°en la direcci¨®n incorrecta, se trata de responder, a trav¨¦s del gasto p¨²blico a la alta deuda hist¨®rica con los sectores m¨¢s pobres de la poblaci¨®n en uno de los pa¨ªses con mayor desigualdad del mundo¡±.
Lo que es indiscutible es que el peso de la carga tributaria afecta a las empresas que pondr¨¢n el 66% de la totalidad de la meta de la reforma tributaria, que se calcula en 21,5 billones. Esas empresas soportan el 90% del empleo y generan el 85% del producto interno de los colombianos. Al desestimular la inversi¨®n con un torrente de impuestos que, seg¨²n el presidente de la ANDI, supera el 60, se debilita el empleo. Ese es el marchitamiento del sector privado.
El Gobierno considera por el contrario que esa es la reforma que necesita el pa¨ªs y que con esa bandera gan¨® la jefatura del Estado.
La econom¨ªa se ha llevado los titulares de los medios esta semana porque la reforma tributaria pas¨® avante el primer debate en las comisiones econ¨®micas del Congreso y la inflaci¨®n despert¨® las preocupaciones del Presidente de la Rep¨²blica, qui¨¦n solt¨® un twitter cuestionando al banco central, lo cual dispar¨® el precio del d¨®lar y los bonos de deuda colombiana subieron un 8%. El ministro Ocampo intent¨® calmar las aguas se?alando que el Gobierno no iba a proponer un control de cambios, pero no consigui¨® detener la hemorragia.
El presidente Gustavo Petro produce una noticia todos los d¨ªas y siempre est¨¢ en primera p¨¢gina; nunca se echa para atr¨¢s y, si sus ministros meten la pata, sale a rescatarlos.
Aun as¨ª, parece que lo que mueve el baile colombiano es la pol¨ªtica. Las pr¨®ximas elecciones est¨¢n lejos, pero los tiempos electorales van m¨¢s r¨¢pido que el almanaque. El 29 de octubre de 2023 decidir¨¢ muchas cosas, entre esas, el futuro presidencial. La izquierda aspira a mantenerse en el poder y la oposici¨®n no ha superado el letargo de la derrota. Pero el Gobierno no la tiene f¨¢cil: los precios, las tarifas de servicios p¨²blicos y los impuestos suben. Por su parte, el candidato perdedor de la segunda vuelta sac¨® la mano rapidito y la ANDI ha ocupado el espacio que han dejado libre los pol¨ªticos.
En Antioquia, segunda regi¨®n en n¨²mero de votos, se va a dilucidar el futuro del Centro Democr¨¢tico. El alcalde de Medell¨ªn est¨¢ en alerta de primer grado para dar la batalla y los uribistas no son mancos.
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