Petro juega a dos bandas con Estados Unidos

La relaci¨®n entre Estados Unidos y Colombia atraviesa un buen momento. La sinton¨ªa entre las administraciones de Petro y Biden est¨¢ clara en asuntos como la transici¨®n energ¨¦tica y la necesidad de cambiar la pol¨ªtica antidrogas. Los dos Gobiernos se buscan para relanzar unas relaciones que siempre han sido estrechas pero que durante el mandato de Iv¨¢n Duque languidecieron. Washington no quiere perder a un socio estrat¨¦gico en la regi¨®n y Petro necesita el apoyo de EE UU en muchos frentes, de la paz con el ELN a la nueva relaci¨®n con Venezuela. En pol¨ªtica exterior no hay peros, aunque a nivel dom¨¦stico, el presidente colombiano cambia el tono. Parte de las bases del petrismo rechazan al socio gringo y, en una coyuntura de crisis econ¨®mica como la actual, hace falta un chivo expiatorio. Petro hace equilibrismos con su mensaje.

Si en su primer discurso ante la ONU lanz¨® varias cr¨ªticas veladas contra Washington, d¨ªas antes le propon¨ªa a Biden crear una fuerza militar para proteger el Amazonas. Si este mi¨¦rcoles el presidente acus¨® a Estados Unidos de estar ¡°arruinando todas las econom¨ªas del mundo¡±, el viernes estaba estrechando la mano del director de la CIA en una reuni¨®n privada. Incluso Petro se r¨ªe de s¨ª mismo, o de lo que un d¨ªa fue y ya no es. ¡°Hace unas d¨¦cadas quiz¨¢s ser¨ªamos enemigos, hoy le regalo una hamaca y una bolsa de panela¡±, dijo en un tuit. La internacionalista Sandra Borda cree que este doble juego puede tener consecuencias: ¡°EE UU tiene un margen de tolerancia, entienden que discursos como el de la ONU o el del mi¨¦rcoles no son importantes, pero ese margen no es infinito¡±.

A los dos pa¨ªses les interesa entenderse. Estados Unidos ha perdido poder en la regi¨®n en los ¨²ltimos a?os, una ca¨ªda que comenz¨® durante el mandato de Donald Trump. En Am¨¦rica Latina, numerosos pa¨ªses han virado a la izquierda en los ¨²ltimos a?os y ponen ahora su mirada en pa¨ªses como China o Rusia, que han sabido aprovechar el debilitamiento del poder norteamericano. Colombia siempre ha sido un socio clave para EE UU y Biden ha visto en la llegada de Petro una oportunidad para relanzar esa alianza y reposicionarse en el sur. El presidente estadounidense llam¨® a Petro 48 horas despu¨¦s de su victoria y el secretario de Estado, Antony Blinken, visit¨® Colombia hace unas semanas.

El colombiano, mucho m¨¢s centrado en la pol¨ªtica exterior que su predecesor Duque, tambi¨¦n necesita al gigante americano para sacar adelante sus reformas y concretar sus planes. De hecho, no quiere desaprovechar la enorme disposici¨®n mostrada. Una delegaci¨®n de congresistas estadounidenses estuvo en Bogot¨¢ esta semana y mostraron sus recelos sobre la influencia que China trata de ejercer sobre Colombia. Petro recogi¨® el guante y propuso que Washington, para imponerse sobre Pek¨ªn, financie la compra de tierras que el Gobierno colombiano quiere hacer como parte de la reforma agraria. Sobre la mesa est¨¢ tambi¨¦n la exenci¨®n de la visa estadounidense para los colombianos que ha pedido el Gobierno, un tr¨¢mite engorroso y largo que dificulta enormemente los viajes. La negociaci¨®n no se prev¨¦ f¨¢cil ni corta, pero ser¨ªa un gran ¨¦xito que podr¨ªa anotarse Petro.

El discurso interno

El mandato real del presidente colombiano acaba de empezar. Los dos primeros meses fueron de ¨¦xtasis. El primer Gobierno netamente de izquierdas de Colombia llegaba al poder con una bater¨ªa de anuncios y reformas que contrastaban con la par¨¢lisis que protagoniz¨® el Ejecutivo anterior. El apoyo al presidente era en agosto del 56%, el rechazo, del 20%. Dos meses despu¨¦s, los contrarios se han duplicado y la aprobaci¨®n ha bajado 10 puntos. La emoci¨®n se ha atemperado y el entorno no acompa?a. Inflaci¨®n, escalada del d¨®lar y la amenaza de una recesi¨®n rebajan las expectativas de crecimiento econ¨®mico que necesitan el pa¨ªs y el Gobierno para sacar adelantes sus planes. Empiezan a aparecer los nervios y las cr¨ªticas se agudizan.

En este punto toca echar balones fuera y refutar titulares del tipo ¡°con Petro el d¨®lar llegar¨¢ a 5.000 pesos¡±. Ah¨ª, el presidente carga contra Washington. Este viernes, por ejemplo, el presidente mostr¨® un listado de las devaluaciones de las monedas del mundo frente al d¨®lar, en la que el peso colombiano ocupa el lugar n¨²mero 24. ¡°?Le han dicho que el peso colombiano es la moneda m¨¢s devaluada del mundo? Le han mentido¡±, escribi¨® en Twitter dos d¨ªas despu¨¦s de acusar a Estados Unidos de arruinar a las econom¨ªas del mundo. El profesor de Relaciones Internacionales Mauricio Jaramillo le resta importancia a estos mensajes. ¡°Ah¨ª la audiencia somos los colombianos. No le est¨¢ hablando a EE UU, porque sabe que lo que diga Colombia, o cualquier pa¨ªs, no le importa nada a su pol¨ªtica monetaria. EE UU dice a m¨ª me importan cinco los efectos a terceros, yo lo que quiero es frenar la inflaci¨®n. Y Petro solo trata de decirnos a m¨ª no me culpen, el d¨®lar llegar¨¢ 5.000 por una estrategia de Estados Unidos que nos acaba a nosotros¡±.

El presidente tampoco puede perder su capital pol¨ªtico tan pronto. A pesar de haberse ganado a votantes que juraron que nunca votar¨ªan por el exguerrillero, su gran apoyo est¨¢ en la izquierda m¨¢s tradicional. Unas bases que manejan un discurso antiimperialista y que podr¨ªan sentirse estafados si el presidente se acerca demasiado. A ellos les habla Petro cuando saca su antiamericanismo a pasear. Borda ve ah¨ª un posible conflicto: ¡°Si la crisis se intensifica, tambi¨¦n se intensificar¨¢ esa ret¨®rica, entonces habr¨¢ temas, como el de las visas, que se pondr¨¢n dif¨ªciles¡±.

Hasta ahora Colombia y Estados Unidos han optado por un ambiente de tolerancia. Petro necesita mostrar ¨¦xitos en pol¨ªtica exterior y Biden necesita recuperar poder regional. Habr¨¢ que ver qu¨¦ pasa si Petro se sigue poniendo bravo. Biden, por ahora, prefiere taparse los o¨ªdos.

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