La consolidaci¨®n de ARTBO evidencia el centralismo del arte en Colombia
El retorno de la principal feria de arte del pa¨ªs despu¨¦s del par¨®n por la pandemia ubica a Bogot¨¢ en el circuito art¨ªstico latinoamericano de ¨¦lite, mientras el resto del pa¨ªs lucha por desarrollar su propio mercado
Coleccionistas, galeristas, curadores y curiosos llegan desde toda Am¨¦rica Latina -y m¨¢s all¨¢- a Corferias, el recinto ferial de la capital colombiana. Por primera vez desde 2019, y hasta este domingo, all¨ª se celebra la feria internacional de arte de la ciudad, ARTBO. Los que acuden se?alan que, entre las obras de m¨¢s de 300 artistas, confluyen sensaciones de alegr¨ªa por el retorno f¨ªsico del evento tras un par de ediciones virtuales que, aunque exitosas, no se pueden comparar. Pero sobre todo reiteran que, por la calidad y variedad de la muestra, as¨ª como el perfil de los visitantes, Bogot¨¢ es una parada obligada en el mapa art¨ªstico de ¨¦lite en la regi¨®n, como S?o Paulo, Buenos Aires o Ciudad de M¨¦xico. Sin embargo, a la par que la capital cementa ese lugar entre las tradicionales mecas del arte latinoamericano, la escena en el resto del pa¨ªs lucha por crecer.
Desde afuera llueven los elogios. Fernanda Resstom, directora de Central Galer¨ªa en S?o Paulo, no dud¨® en acudir a ARTBO, que empez¨® en 2004, en esta edici¨®n. ¡°Comparado con Brasil, donde este a?o tuvimos cinco ferias importantes, pero pr¨¢cticamente por completo brasile?as en cuanto a las galer¨ªas y a los coleccionistas, y adem¨¢s eran mucho m¨¢s costosas, estoy m¨¢s satisfecha participando en Bogot¨¢. Es una de las ferias m¨¢s importantes del continente, por los coleccionistas y museos que atraen y por lo bien que tratan a las galer¨ªas. Apuesto a que cada a?o seguir¨¢ creciendo¡±, se?ala la galerista brasile?a, que tras un prometedor comienzo de ventas, tiene fe en que volver¨¢ a casa con todas las obras vendidas. Sus compatriotas tambi¨¦n ven la feria como un importante escaparate internacional. De las 51 galer¨ªas participantes, 9 vienen de Brasil, el segundo pa¨ªs m¨¢s representado despu¨¦s de Colombia.
En este regreso a la feria presencial, por primera vez las galer¨ªas colombianas sobrepasan en n¨²mero a las extranjeras. Varios factores que ayudan a explicarlo, como la situaci¨®n econ¨®mica global y el hecho de que este a?o la feria es m¨¢s peque?a que en 2019, cuando hubo 67 galer¨ªas de 17 pa¨ªses, o de lo que fue en a?os anteriores. Tambi¨¦n evidencia el crecimiento del mercado art¨ªstico nacional, un desarrollo que se ha dado, en gran medida, en paralelo a ARTBO. Prueba de ello es que la mayor¨ªa de las galer¨ªas son relativamente j¨®venes -de este siglo- y que solo dos galer¨ªas colombianas no son de Bogot¨¢: Gris Galer¨ªa, de Cali, y Policroma, de Medell¨ªn. Otras son bogotanas con sedes en la capital antioque?a, como La Balsa o La Cometa.
Esa escasa representaci¨®n de otras ciudades en Colombia deja claro el centralismo del mercado del arte en el pa¨ªs. ¡°Es una situaci¨®n l¨®gica y natural¡±, advierte Nelly Pe?aranda, cr¨ªtica y curadora de arte colombiana y directora de la revista Arteria. ¡°De pronto aqu¨ª en Bogot¨¢ hay m¨¢s apoyo institucional de varias organizaciones y adem¨¢s la C¨¢mara de Comercio de Bogot¨¢ es la gran promotora de ARTBO, entonces por supuesto su principal lugar de inter¨¦s es la ciudad¡±, ahonda. Adem¨¢s, como puede ser el caso en tantos otros pa¨ªses, en la capital la infraestructura est¨¢ m¨¢s desarrollada, hay una mayor educaci¨®n e inter¨¦s por el arte y tambi¨¦n, crucialmente, hay m¨¢s dinero.
Por todas estas razones Paula Builes, directora de la galer¨ªa Policroma de Medell¨ªn, asume la situaci¨®n con naturalidad. ¡°Nosotros somos todav¨ªa j¨®venes, apenas tenemos cuatro a?os. Pero hemos crecido bien porque hemos establecido buena relaci¨®n con colegas en Bogot¨¢ y a nivel internacional; y obviamente la raz¨®n por la cual yo decido participar en ARTBO es porque estoy buscando otro mercado que no me proporciona Medell¨ªn, donde el mercado es m¨¢s t¨ªmido y m¨¢s peque?o¡±. La feria bogotana, entonces, es una vitrina imprescindible para una galer¨ªa que quiera crecer, tanto en ventas como en reconocimiento; pero llegar hasta ah¨ª requiere una inversi¨®n importante.
Esta es la clave del asunto, asegura el artista, cr¨ªtico y curador Lucas Ospina, que insiste en la necesidad de diferenciar claramente entre el arte y el mercado del arte, que a su juicio es una industria millonaria y, en muchas instancias, opaca. ¡°?Por qu¨¦ la entrada cuesta 35.000 pesos, mientras que la de la feria del libro cuesta 10.000? Yo a eso solamente lo puedo adjudicar a una idea de exclusividad. Se quiere que venga gente, pero no tanta y de cierto perfil. Es porque es una feria comercial. Y eso est¨¢ bien, el dinero le hace m¨¢s bien que da?o al artista, pero lo que est¨¢ mal es que se venda como una feria que determina el estado del arte¡ Lo molesto es c¨®mo un esquema comercial est¨¢ pervirtiendo una idea de arte que tiene que ser m¨¢s amplia¡±, opina Ospina.
El resultado, en gran medida, es que en Colombia existen dos realidades art¨ªsticas en paralelo. Una insertada en los circuitos y mercados internacionales, que mueve miles de d¨®lares y es, en el fondo, exclusiva; y otra independiente donde la obra es el centro. Alejandra Sarria, curadora colombiana con amplia experiencia, reivindica que el circuito independiente es el que ha sostenido el crecimiento de la primera y sigue marcando tendencias en el arte nacional. ¡°Hubo una ¨¦poca al principio de los 2000 en que las instituciones estaban atravesando un momento muy d¨¦bil y las galer¨ªas tambi¨¦n, y los artistas crearon sus propios espacios como una alternativa para mostrar lo que hac¨ªan. Eso gener¨® toda una red de trabajo y una forma del arte que es distinta a la de muchos otros pa¨ªses, que no naci¨® ni creci¨® vinculada al mercado, sino a lo que los artistas quer¨ªan hacer. Creo que esa influencia, que permanece en muchos espacios independientes importantes, sigue determinando que el arte colombiano sea distinto y m¨¢s aut¨®nomo¡±.
ARTBO tiene secciones no-comerciales como la ya tradicional Artec¨¢mara, un espacio dise?ado para la circulaci¨®n de los proyectos de artistas emergentes; as¨ª como salas itinerantes por la ciudad, que buscan acercar este mundo del arte a sectores de la poblaci¨®n menos privilegiados. Sin embargo, eso no significa que el mercado colombiano del arte que mueve mucho dinero de verdad, m¨¢s all¨¢ de la opacidad de las transacciones, no est¨¦ limitado a un pu?ado de galer¨ªas bogotanas, mientras que muchos artistas del pa¨ªs luchan por generar espacios y mercados propios para su trabajo.
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