Los maestros del Cauca y la condena a la peor atenci¨®n m¨¦dica
Los docentes del departamento exigen mejoras en su r¨¦gimen especial de salud, orgullo de conquistas sindicales. Los expertos se?alan que la mejor alternativa ser¨ªa acabar ese sistema diferenciado
Decenas de maestros del Cauca acampan en las escalinatas del Congreso colombiano desde el martes. El responsable es un r¨¦gimen especial de salud, orgullo de las luchas sindicales de los a?os 90, y desde hace a?os se?alado como causante de decenas de muertes. Los docentes de la Asociaci¨®n de Institutores y Trabajadores de la Educaci¨®n del Cauca (ASOINCA) le gritan ¡°fuera, fuera¡± a Cosmitet, el operador de la limitada red de cl¨ªnicas a la que tiene...
Decenas de maestros del Cauca acampan en las escalinatas del Congreso colombiano desde el martes. El responsable es un r¨¦gimen especial de salud, orgullo de las luchas sindicales de los a?os 90, y desde hace a?os se?alado como causante de decenas de muertes. Los docentes de la Asociaci¨®n de Institutores y Trabajadores de la Educaci¨®n del Cauca (ASOINCA) le gritan ¡°fuera, fuera¡± a Cosmitet, el operador de la limitada red de cl¨ªnicas a la que tienen acceso. Quieren que el Estado se responsabilice directamente, sin renunciar a tener un r¨¦gimen diferente al del resto de los colombianos. Los expertos responden que la mejor opci¨®n ser¨ªa que se pasen al sistema general, con la cobertura de las Entidades Prestadoras de Salud (EPS).
Una ley de 1993 y otra de 2001 reconocen el derecho de cuatro grupos poblacionales a gestionar sus propios servicios m¨¦dicos. Las fuerzas armadas, los maestros, los empleados de la petrolera Ecopetrol y los trabajadores de algunas universidades p¨²blicas no forman parte del r¨¦gimen general. No est¨¢n afiliados a ninguna EPS, las aseguradoras privadas a cargo de administrar la salud de la mayor¨ªa de los ciudadanos. Estos cuatro sectores evitaron, en teor¨ªa, las olas privatizadoras de los a?os 90 y la intermediaci¨®n que el Gobierno actual propone eliminar o moderar con su inminente reforma a la salud.
En la pr¨¢ctica, los maestros tienen su salud en manos de redes m¨¢s problem¨¢ticas que las EPS. En su sistema, el pa¨ªs se divide en diez regiones, cada una con una uni¨®n de cl¨ªnicas que asume las funciones de intermediaci¨®n y gesti¨®n que las EPS tienen en el r¨¦gimen general. El problema es que suelen ser redes peque?as y cerradas, en las que no hay competencia. Los docentes solo pueden ser atendidos en los centros seleccionados, sin posibilidad de recurrir a la mayor oferta del sistema general, en el que las personas tienen libertad para cambiar de EPS.
Los controles de calidad sobre los reg¨ªmenes especiales son escasos. Johnattan Garc¨ªa, investigador de la Universidad de Harvard, explica por tel¨¦fono que el Ministerio de Salud no tiene responsabilidad directa en esa vigilancia, y que ni siquiera incluye a los reg¨ªmenes especiales en su informe anual de tutelas presentadas. Son demasiado pocos como para generar inter¨¦s: 2,2 millones de afiliados, frente a los 48 millones del sistema general.
Garc¨ªa ha combinado cifras que presentaron para 2021 la Defensor¨ªa del Pueblo y el Fondo Nacional de Prestaciones Sociales del Magisterio (FOMAG), el fondo estatal que paga a las redes de cl¨ªnicas por prestar el sistema de salud de los maestros. Las primeras contabilizan las tutelas contra las Instituciones Prestadoras de Salud (IPS) que mayormente atienden a los docentes. Las segundas son el n¨²mero de afiliados. La conclusi¨®n es contundente. Las redes del magisterio enfrentan 64,1 acciones de tutela por cada 10.000 afiliados, mientras que las EPS reciben solo 14,2 demandas. Cominstet, la del Cauca, es la peor: 233,8 tutelas por cada 10.000 docentes.
Estos datos se reflejan en la frustraci¨®n palpable en el campamento, instalado en Bogot¨¢ para conseguir m¨¢s repercusi¨®n tras cuatro semanas no tan exitosas de huelga en la regi¨®n. Hay pancartas que cuelgan en las columnas del Congreso y que leen frases como ¡°Fuera Cosmitet del Cauca¡± o ¡°Los mercaderes de la muerte y sus aliados c¨®mplices nos arrebatan la vida¡±. Adem¨¢s, los maestros cantan consignas de resistencia cuando hablan los l¨ªderes: ¡°Fuera, fuera, fuera¡± ante la menci¨®n de Consmitet, ¡°firme y combatiente¡± si se nombra a ASOINCA.
Las historias de los participantes ejemplifican las vivencias que denuncian. El profesor de educaci¨®n f¨ªsica Guillermo Montoya, por ejemplo, participa con el recuerdo de su compa?ero Dar¨ªo Quintero. Eran amigos porque combinaban teatro y chirim¨ªa (m¨²sica folcl¨®rica) en presentaciones de sus alumnos. Quintero falleci¨® el a?o pasado, tras no conseguir un neum¨®logo en Cauca y ser derivado tarde a Cali. Senaida Jim¨¦nez, por su parte, denuncia que una cl¨ªnica de Cosmitet devolvi¨® a su esposo a casa cuando tuvo covid-19. Poco despu¨¦s, ¨¦l termin¨® con un respirador en un hospital externo, al que ingres¨® gracias a la ayuda de un familiar. El operador, seg¨²n Senaida, quiso retirarlo. Ella logr¨® evitarlo con asistencia jur¨ªdica y sindical.
Alternativas
El reclamo de ASOINCA tiene dos partes. A corto plazo, los docentes est¨¢n preocupados por la pr¨®xima licitaci¨®n en mayo. Denuncian que la Federaci¨®n Colombiana de Educadores (FECODE), que aglomera a los sindicatos regionales, tiene intereses en mantener a Cosmitet. ¡°Nos van a volver a meter en manos neoliberales¡±, denuncia Aureliano Guzm¨¢n, secretario general de ASOINCA. Quieren evitar que se renueve el contrato y lograr que se establezca una regi¨®n especifica para Cauca, sin el departamento vecino de Valle del Cauca. A largo plazo, quieren acabar cualquier intermediaci¨®n y que el Estado contrate directamente a las cl¨ªnicas, con la veedur¨ªa de la asociaci¨®n.
Las deficiencias del r¨¦gimen especial, sobre todo en Cauca, no est¨¢n en disputa. Tatiana Andia, profesora de sociolog¨ªa de la Universidad de los Andes y experta en salud, se?ala por tel¨¦fono que ¡°los maestros tienen toda la raz¨®n de protestar, es el peor sistema¡±. Diagnostica que no hay programas de prevenci¨®n de enfermedades y facilidades para remitir pacientes a otros centros m¨¦dicos. Todo empeora la situaci¨®n de una poblaci¨®n que, adem¨¢s, es m¨¢s envejecida que la media colombiana.
Sin embargo, los expertos consultados consideran que ninguna de estas opciones es la soluci¨®n adecuada. Diana C¨¢rdenas, exviceministra de Protecci¨®n Social, explica por tel¨¦fono que el limitado tama?o de las redes es el problema. ¡°No hay prestadores que compitan en t¨¦rminos de calidad y precio, no hay nadie que vigile¡±, comenta. Para ella, la eficiencia puede mejorar con regiones m¨¢s amplias y no m¨¢s reducidas como quiere ASOINCA. Es m¨¢s moderada que el abogado especializado en el sector educativo Andr¨¦s V¨¦lez, que ve esto como un ajuste menor. ¡°No cambia que ellos solo puedan acceder a la oferta de su prestador, que es limitada y de menor calidad a las de la EPS¡±, remarca.
La propuesta principal de los analistas es que los docentes se pasen al r¨¦gimen general, con las EPS. ¡°Creo que el sistema le funciona mucho mejor a los dem¨¢s colombianos y ellos deber¨ªan probarlo¡±, sugiere V¨¦lez. La profesora Tatiana Andia coincide. Agrega que no solo las EPS son un negocio: ¡°Todos los prestadores de salud son privados y tienen inter¨¦s de renta¡±. La diferencia radica en que al menos el r¨¦gimen general permite una econom¨ªa de escala, con negociaciones y redes m¨¢s amplias y eficientes.
La exviceministra C¨¢rdenas afirma que su experiencia como funcionaria le demostr¨® las dificultades de cambiar el r¨¦gimen especial. El Ministerio de Salud no tiene participaci¨®n en el FOMAG, que controlan el sindicato FECODE y las carteras de Trabajo, Hacienda y Educaci¨®n. Para ella, los docentes deber¨ªan al menos tener la opci¨®n de elegir el sistema. ¡°Si este r¨¦gimen no funciona, lo importante es que puedan irse a otra cl¨ªnica¡±, comenta. Esto, sin embargo, corre el riesgo de dejar un r¨¦gimen especial a¨²n m¨¢s peque?o y vulnerable.
Los docentes en la Plaza de Bol¨ªvar no quieren unirse al r¨¦gimen general. Hacerlo es entregar una de las grandes victorias del movimiento sindical y dejar atr¨¢s el apego por logros que alguna vez generaron ilusi¨®n. Implica claudicar ante lo que llaman ¡°intermediarios neoliberales¡±. Si se acabara el r¨¦gimen diferenciado, desaparecer¨ªa el poder de FECODE de controlarlo. Este sindicato, se?alado como responsable por los maestros de ASOINCA, no ha respondido a las preguntas de este peri¨®dico.
ASOINCA apoya la reforma de salud del Gobierno, que se presentar¨¢ en las pr¨®ximas semanas. Los dirigentes saben que no afecta directamente a los docentes, pero simpatizan con la intenci¨®n del presidente de reducir las funciones de las EPS. No obstante, remarcan una y otra vez que no se ir¨¢n de la Plaza de Bol¨ªvar hasta que los problemas con Cosmitet sean resueltos.
Las aseguradoras privadas y los operadores en cualquiera de los sistemas no son aceptables para los maestros. No encajan con los s¨ªmbolos del cura Camilo Torres, del l¨ªder guerrillero Ernesto ¡®Che¡¯ Guevara y del pr¨®cer Sim¨®n Bol¨ªvar que acompa?an al campamento por estos d¨ªas. La estatua del Libertador, que viste una ruana con las caras de los otros dos, les recuerda la imposibilidad de ceder el privilegio que alguna vez obtuvieron.
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