El Dorado, entre el control y el colapso tras el desplome de Viva Air
El mayor aeropuerto de Colombia intenta contener el caos tras el cese de operaciones de la aerol¨ªnea paisa. Mientras, los trabajadores protestan frente al edificio de la Aeron¨¢utica Civil
El Aeropuerto Internacional de El Dorado simula estar apacible en la ma?ana del martes. Viva Air anunci¨® la noche anterior el cese inmediato de todas sus operaciones, pero ning¨²n pasajero cerca de los mostradores de la aerol¨ªnea parece irritado. En realidad, no hay nadie con quien quejarse: el personal de Viva ha desaparecido. Solo hay un ni?o con un gran sombrero que juega detr¨¢s de un puesto y algunos pasajeros afectados que reposan a unos metros. El resto de El Do...
El Aeropuerto Internacional de El Dorado simula estar apacible en la ma?ana del martes. Viva Air anunci¨® la noche anterior el cese inmediato de todas sus operaciones, pero ning¨²n pasajero cerca de los mostradores de la aerol¨ªnea parece irritado. En realidad, no hay nadie con quien quejarse: el personal de Viva ha desaparecido. Solo hay un ni?o con un gran sombrero que juega detr¨¢s de un puesto y algunos pasajeros afectados que reposan a unos metros. El resto de El Dorado, entre tanto, se mueve fren¨¦ticamente para intentar contener el hueco que ha dejado la aerol¨ªnea paisa.
El padre del ni?o se llama Mario Yebra. ?l y su hijo han pasado la noche en un campamento improvisado de maletas. Son argentinos y ten¨ªan un vuelo de regreso a Buenos Aires en la noche del lunes. Ya hab¨ªan hecho el check in cuando les informaron del cese de operaciones de Viva. En las barreras de ingreso al control de seguridad los rechazaron tras presentar el c¨®digo QR de sus pasajes. Regresaron a los mostradores y se enteraron de que el vuelo estaba suspendido. Denuncian que nadie les dijo que la aerol¨ªnea se hab¨ªa desplomado y que esto lo descubrieron despu¨¦s por internet.
Mario y su hijo desmienten a unos funcionarios de la Defensor¨ªa del Pueblo, que se encuentran a unos metros. La entidad defensora de derechos humanos comenta que ya est¨¢ todo solucionado porque aerol¨ªneas como Latam, Avianca y Wingo se han ofrecido a absorber a los pasajeros damnificados sin un coste adicional. No obstante, los dos argentinos cuentan que ya se han acercado a los mostradores de Avianca y no han logrado conseguir un pasaje alternativo. Siguen a la espera.
Una situaci¨®n distinta se vive a unas cuantas decenas de metros, en los mostradores de Latam y Avianca. Est¨¢n llenos de pasajeros que tienen ilusiones de volar con otra aerol¨ªnea. Los que viajan en grupo se dividen para hacer filas en ambas compa?¨ªas. Hay turistas europeos con vuelos este martes a destinos nacionales, colombianos en conexi¨®n en El Dorado, argentinos y peruanos que no pudieron regresar el lunes a sus pa¨ªses. En general, los m¨¢s optimistas son los que iban a viajar dentro de Colombia: los vuelos nacionales de Latam y Avianca anunciaron disponibilidad de sillas y el Gobierno ha ordenado a la estatal Satena atender a los usuarios afectados.
Los peruanos tienen algo m¨¢s de expectativa que los argentinos. Al lado de la fila de Latam hay dos diplom¨¢ticos del pa¨ªs vecino. La noche anterior lograron ubicar a sus compatriotas en hoteles para que no tuvieran que dormir en el aeropuerto. Ahora informan de un formulario e intentan presionar a la aerol¨ªnea chileno-brasile?a para que ofrezca plazas en un vuelo a Lima. En caso de no lograrlo, el Gobierno peruano estudia enviar un avi¨®n propio para asistir a los varados.
H¨¦ctor Rojas Peralta, c¨®nsul adscrito de Per¨², comenta que Latam les ha brindado ¡°toda la informaci¨®n¡±, mientras que los contactos en Viva han dicho que no est¨¢n autorizados para hablar. Pero no es tan f¨¢cil: a los minutos aparece un funcionario de la aerol¨ªnea para decirles que no hay cupos disponibles en los vuelos a Lima de los pr¨®ximos d¨ªas. Otro diplom¨¢tico le pregunta qu¨¦ pasar¨¢ en caso de que haya alguna emergencia. ¡°Estoy ayudando a Viva, pero no me tire a m¨ª la responsabilidad¡±, responde el funcionario de Latam. Luego ambas partes bajan la tensi¨®n y acuerdan seguir en contacto.
Unos metros m¨¢s adelante, en los mostradores de Avianca, el descontrol es a¨²n mayor. Hay dos filas paralelas y autoridades que se se?alan mutuamente. Luis Indarte es uno de los afectados. Es abogado de la Universidad de la Amazon¨ªa y viaj¨® con su familia desde La Guajira, el extremo norte de Colombia, a su ceremonia de graduaci¨®n, en el sure?o departamento de Caquet¨¢. Ha conseguido un vuelo de Avianca para el mi¨¦rcoles, pero est¨¢ preocupado: no tiene d¨®nde pasar la noche con su madre, que est¨¢ en una silla de ruedas y tiene varios problemas m¨¦dicos. La Defensor¨ªa lo redirige a personal del concesionario aeroportuario, que a su vez lo deriva de regreso a la entidad de derechos humanos.
Algunos pasajeros tienen nociones de la situaci¨®n que enfrentaba Viva, y en general reconocen que no consideraron ese factor al comprar sus tiquetes. El argentino Mario Yebra opina que es una maniobra de la aerol¨ªnea para presionar a la Aeron¨¢utica Civil, que en noviembre rechaz¨® su fusi¨®n con Avianca por considerar que representaba riesgos para la competencia. Otros, como Jaime Lardiz¨¢bal, est¨¢n menos informados, pero igual muestran su rechazo: ¡°Es como si un hospital cortara la luz y les dijera a los pacientes que se mueran¡±.
La aerol¨ªnea de bajo costo, que naci¨® en 2007 en Medell¨ªn (Antioquia), niega estas versiones. ¡°Viva no tom¨® este paso dr¨¢stico como estrategia para presionar al Gobierno. Se tom¨® porque nuestra realidad es que estamos en crisis financiera¡±, se lee en un comunicado de este martes. Seg¨²n la compa?¨ªa, su inviabilidad econ¨®mica y operacional se da ante ¡°la falta de definici¨®n oportuna de la Aeron¨¢utica¡± respecto a la integraci¨®n, que alega que era la ¨²nica forma de cumplir sus compromisos.
¡°Mientras unos pierden un vuelo, cientos pierden sus sue?os¡±
Los trabajadores de Viva se encuentran a poco m¨¢s de un kil¨®metro de los pasajeros, frente al edificio de la Aeron¨¢utica Civil. Han cortado la avenida y los c¨¢nticos se entremezclan con las bocinas de los conductores de carros. ¡°?Queremos trabajar!¡±, cantan rodeados de globos amarillos. Muestran todo tipo de pancartas en apoyo a la compa?¨ªa: ¡°Viva abri¨® mis alas y ustedes las cerraron¡±, ¡°Mientras unos pierden un vuelo, cientos pierden sue?os¡±, ¡°?Integraci¨®n ya!¡±.
Cristhian Mart¨ªnez, un auxiliar de vuelo, es uno de los l¨ªderes de la manifestaci¨®n. ?l y un compa?ero que prefiere mantener el anonimato comentan que Viva oper¨® con normalidad durante la ma?ana del lunes y que ellos se enteraron hacia las cinco de la tarde de la suspensi¨®n de vuelos por ¡°motivos operacionales¡±. Cuentan que sus compa?eros no supieron del cese de operaciones hasta m¨¢s tarde. Tampoco lo imaginaban, pese a las dificultades de Viva y a los reclamos frustrados por la integraci¨®n con la principal aerol¨ªnea colombiana.
La Aeron¨¢utica Civil explic¨® el lunes que la fusi¨®n ¡°tend¨ªa a producir una indebida restricci¨®n a la competencia¡±. Tambi¨¦n que les dio la oportunidad a las compa?¨ªas de presentar soluciones para que la integraci¨®n se pudiese dar sin afectar la libre competencia, y velando ¡°por el inter¨¦s del mercado y en especial el de los pasajeros¡±. Para la entidad, la prioridad es proteger los derechos de los usuarios.
La protesta contrasta con el comunicado. Los trabajadores defienden la integraci¨®n y enfatizan que son sus proyectos de vida los que est¨¢n en mayor riesgo. La presidenta de la Asociaci¨®n Colombiana de Auxiliares de Vuelo, Mar¨ªa Cristina Cadavid, no tiene dudas respecto a sus prioridades: ¡°Hay normas [antimonopolio] que hay que acatar, pero ninguna de ellas puede estar por encima del bienestar de ciudadanos colombianos¡±.
La noche anterior, desde Medell¨ªn
Viva Air realizó cambios de tiquetes hasta la tarde del mismo lunes en el que anunció el cese de operaciones. En la mañana incluso alcancé a comunicarme con ellos y modificar un pasaje que compré con el destino incorrecto. Tenía que viajar de Medellín a Bogotá y logré hacer el trámite de manera regular, sin inconvenientes y con el cobro de la usual tarifa adicional. Sin embargo, cuando llegué al aeropuerto a las nueve de la noche, un oficial aeroportuario me avisó que mi vuelo había sido cancelado. El panorama era caótico: aproximadamente 200 personas gritaban que necesitaban soluciones.
A medida que pasaban los minutos crecía el descontento, aumentaban los gritos e incrementaba el número de pasajeros que buscaban soluciones. La respuesta de los diferentes operarios eran variaciones de un mismo mensaje: “No podemos hacer nada. No hay vuelos. Llene este documento y en tres días le devuelven el dinero”. El papel era una especie de factura en la que pedían cédula, número de cuenta y número de vuelo.
La incertidumbre se mantuvo. Los vuelos en otras aerolíneas duplicaron su precio habitual y estaban a tope de capacidad. Solo un vuelo de Viva despegó del Aeropuerto José Maria Córdoba esa noche. Cientos de personas, entre ellos niños y ancianos, amanecieron entre el desespero y la espera de respuestas.
Suscr¨ªbase aqu¨ª a la newsletter de EL PA?S sobre Colombia y reciba todas las claves informativas de la actualidad del pa¨ªs.