?Por qu¨¦ Colombia es el pa¨ªs que m¨¢s madruga del mundo?

Antes de nada, una advertencia. Este art¨ªculo no le va a dar una ¨²nica respuesta a la pregunta que se hacen todos los colombianos: ¡°?por qu¨¦ madrugamos tanto?¡±. No hay una raz¨®n, sino varias, y ninguna es definitiva. Costumbre, religi¨®n y localizaci¨®n geogr¨¢fica ser¨ªan algunas de las claves de por qu¨¦ el despertador suena todos los d¨ªas a las cinco de la ma?ana en casa de Yurlenis Moya. De por qu¨¦ ella y su hijo de cinco a?os se suben a la bicicleta y pedalean en una ciudad a¨²n a oscuras para llegar a las 6.15 al colegio. De por qu¨¦ no volver¨¢n a verse hasta 13 horas despu¨¦s, cuando ella sale del trabajo y puede ir a recogerlo a casa de la abuela. Una rutina que no sorprender¨¢ a ning¨²n lector en Colombia, pero que en la mayor¨ªa de pa¨ªses resulta inconcebible.

Un informe de la Organizaci¨®n para la Cooperaci¨®n y el Desarrollo Econ¨®micos (OCDE) asegura que Colombia es el pa¨ªs que m¨¢s horas trabaja pero menos le rinde. Los colombianos abren los ojos a las 6.31 de la ma?ana. Por comparar, en Estados Unidos ser¨ªa a las 7.20, en China a las 7.42 y en Espa?a a las 8.05. ?Honor o castigo? Para muchos colombianos madrugar es sin¨®nimo de disciplina, de compromiso, de esfuerzo y de trabajo. Pero el informe contradice esa versi¨®n. Colombia es, adem¨¢s, el pa¨ªs menos productivo del mundo a pesar de esos despertares y de contar con la jornada laboral m¨¢s larga (48 horas semanales, igual que M¨¦xico). El Gobierno de Gustavo Petro busca reducirla hasta las 42 horas con la reforma laboral presentada esta semana, pero este es otro tema.

Las historias sobre madrugadores orgullosos son numerosas. Colaboradores de ?lvaro Uribe cuentan llamadas del expresidente a las 4.30 de la ma?ana y a¨²n se recuerda la presentaci¨®n de Juan Camilo Restrepo, nombrado comisionado de Paz en 2021, en la p¨¢gina oficial del Gobierno: ¡°paisa disciplinado y madrugador¡±. Estos dos antioque?os -Uribe y Restrepo- sirven de ejemplo de c¨®mo esa cultura de madrugar, m¨¢s propia del campo y del centro del pa¨ªs, acab¨® marcando al resto. Nadie madruga m¨¢s que los paisas. En Medell¨ªn, por ejemplo, empiezan las clases en la universidad a las seis de la ma?ana.

Colombia se industrializ¨® con el comienzo del siglo XX. Si en 1900 el 75% de los colombianos viv¨ªan en el campo, en 1980 la situaci¨®n se hab¨ªa invertido y ese 75% de la poblaci¨®n ya estaba en las ciudades. Se abrieron facultades, f¨¢bricas y empresas, pero los horarios se mantuvieron como en si todo el mundo siguiera trabajando en los cafetales. El historiador Pablo Rodr¨ªguez explica que la transici¨®n del campo a la ciudad fue extraordinariamente r¨¢pida. ¡°Las costumbres y las mentalidades no cambian tan r¨¢pidamente, la gente traslad¨® los horarios¡±, a?ade. Y en el campo se trabaja de sol a sol.

Un art¨ªculo de Camilo Andr¨¦s Salcedo, de 2016, sobre Estrategias familiares, trabajo y or¨ªgenes de peque?os productores cafeteros en el Huila, Colombia recoge una entrevista con un peque?o productor que dice lo siguiente: ¡°Con los cinco hijos cog¨ªamos 300 arrobas en la semana, eran 30.000 pesos. Y eso era hart¨ªsima plata. Por eso a los hijos los hac¨ªa madrugar y trabajar como un verraco¡±. El trabajo en el campo comenzaba en cuanto sal¨ªa el sol. En los cafetales, escenario del motor econ¨®mico del pa¨ªs durante d¨¦cadas, se empezaba a la hora en la que se pod¨ªa distinguir el color de los granos de caf¨¦, entre maduros y verdes.

Colombia es un pa¨ªs cruzado por la l¨ªnea ecuatorial. Ni hay estaciones ni hay cambios de horario. A lo largo de todo el a?o amanece alrededor de las seis de la ma?ana y anochece sobre las seis de la tarde (de la noche, dir¨ªan en el pa¨ªs). ¡°Los colombianos sufren de una fase adelantada del sue?o, se acuestan con las gallinas y se despiertan con el gallo¡±, dice el doctor Steve Amado, presidente de la Asociacion Colombiana De Medicina Del Sue?o (ACMES). Para lo adultos, explica, esto puede no tener consecuencias si se consolida un horario y se duermen las horas suficientes, cosa que no siempre es posible, pero s¨ª puede traer problemas para los ni?os.

Las iniciativas para dejar que los escolares duerman m¨¢s se han multiplicado en los ¨²ltimos a?os en distintos pa¨ªses. Detr¨¢s hay bases cient¨ªficas. Numerosos estudios aseguran que retrasar la hora de entrada en los colegios mejorar¨ªa el rendimiento de los alumnos. En Estados Unidos, en 2019, se retras¨® la entrada de los adolescentes de secundaria despu¨¦s de las 8.30. En Bogot¨¢, en 2009, se decidi¨® que los escolares m¨¢s peque?os llegaran a los centros p¨²blicos a las 7.30 en lugar de a las 6.30.

La situaci¨®n en los colegios privados en Colombia no es mejor. La mayor¨ªa de estos centros est¨¢n en las afueras de las ciudades, por lo que no es extra?o ver a ni?os tomando el bus antes de que haya salido el sol para llegar a clase a las siete, la hora a la que suele comenzar la jornada.

La Asociaci¨®n Colombiana De Medicina Del Sue?o va a firmar un acuerdo con la ONG Start School Later, un movimiento que naci¨® en EE UU, para empezar una campa?a y concienciar al pa¨ªs sobre la necesidad de llegar a nuevos acuerdos en los horarios en beneficio de los ni?os. Un tema que no es f¨¢cil. Los menores entran temprano en los colegios porque los padres entran temprano en los trabajos, por lo que har¨ªa falta cambiar todo el sistema para acomodar las dos cosas.

En ciudades como Bogot¨¢, hay que sumar el problema del tr¨¢fico. La capital colombiana ocupa el sexto puesto del r¨¢nking de las ciudades con peor tr¨¢fico del mundo, seg¨²n el estudio Global Traffic Scorecard de INRX. Adem¨¢s, la oferta de transporte p¨²blico no cubre toda la demanda. Para llegar a tiempo al trabajo, miles de personas necesitan horas para desplazarse por la ciudad, horas que se le restan al sue?o. Y si tienen hijos, necesitan colegios que abran muy temprano para poder dejarlos antes.

?A qui¨¦n madruga, Dios lo ayuda?

Hay otra raz¨®n que los expertos consultados se?alan detr¨¢s de ese af¨¢n por empezar el d¨ªa al alba. Es el componente religioso en uno de los pa¨ªses m¨¢s cat¨®licos del mundo. ¡°Hay una serie de tradiciones simb¨®licas a nivel religioso que han permeado en la cultura popular, sobre todo entre los campesinos, que f¨¢cilmente se despiertan a las cuatro de la ma?ana¡±, cuenta el soci¨®logo Carlos Charry. Son valores que hablan del sacrificio, donde la pereza se considera un pecado capital.

La ciencia refuta ahora esas ideas. La fisi¨®loga Mar¨ªa ?ngeles Bonmat¨ª asegura en esta entrevista publicada en EL PA?S que para ¡°la mayor¨ªa de la gente dormir poco va a suponer ser mucho menos productivo en su d¨ªa a d¨ªa y tener sus capacidades f¨ªsicas y cognitivas mermadas¡±. En l¨ªnea con los resultados del informe de la OCDE. Cada vez m¨¢s voces se alzan en contra del ¡°a quien madruga, Dios lo ayuda¡± que tanto se escucha en Colombia.

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