El show de Mordisco
La reuni¨®n del Yar¨ª result¨® un fiasco, un derroche de poder¨ªo armado que result¨® m¨¢s provocador que conciliador
Vestido para matar y empoderado. As¨ª lleg¨® el jefe de las disidencias de las FARC a hablar de su voluntad de paz ante cerca de 5.000 campesinos en las sabanas del Yar¨ª, una exuberante planicie incrustada en plena selva de la Amazonia colombiana. Su aparici¨®n fue de pel¨ªcula: embutido en un uniforme militar impecable, sin rastros del fragor de la guerra, se abri¨® paso entre los flashes y las c¨¢maras como si estuviera en una pasarela. Sobre sus espaldas l...
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Vestido para matar y empoderado. As¨ª lleg¨® el jefe de las disidencias de las FARC a hablar de su voluntad de paz ante cerca de 5.000 campesinos en las sabanas del Yar¨ª, una exuberante planicie incrustada en plena selva de la Amazonia colombiana. Su aparici¨®n fue de pel¨ªcula: embutido en un uniforme militar impecable, sin rastros del fragor de la guerra, se abri¨® paso entre los flashes y las c¨¢maras como si estuviera en una pasarela. Sobre sus espaldas llevaba una pesada arma de asalto con una mira de visi¨®n nocturna parecida a la que tienen las fuerzas ¨¦lites de cualquier ej¨¦rcito del mundo. El arma, reluciente, la cargaba sin apremio y parec¨ªa que fuera una extensi¨®n de su cuerpo. Sus acompa?antes vest¨ªan trajes de combate nuevecitos, como si fueran de utiler¨ªa, y la puesta en escena parec¨ªa haber sido coreografiada milim¨¦tricamente.
Mordisco fue el ¨²nico comandante de un frente de las FARC que no firm¨® la paz con el Gobierno de Juan Manuel Santos. Adujo en su momento que el acuerdo le parec¨ªa un canto a la bandera, pero otras fuentes me aseguran que no lo firm¨® porque su frente estaba tan involucrado en el narcotr¨¢fico que no ten¨ªa tiempo para la paz. Se declar¨® en disidencia desde el 2016 y se qued¨® en la guerra con sus 400 hombres en armas. Hoy, siete a?os despu¨¦s, esos 400 ya son 3.000. Hace unos meses apareci¨® vivo tras haber sobrevivido a un atentado y dijo que quer¨ªa dejar la guerra y que se sub¨ªa al bus de la paz total.
La reuni¨®n del Yar¨ª result¨® un fiasco porque termin¨® convertida en un show y en un derroche de poder¨ªo armado que result¨® m¨¢s provocador que conciliador. Los campesinos que llegaron a la cita, y que nadie sabe si fueron por su propia voluntad o presionados, tuvieron que ¡°dialogar¡± con unas disidencias armadas hasta los dientes que extorsionan a la gente, reclutan a ni?os y que ponen minas antipersona.
Eso no ha sido lo ¨²nico forzado. Detr¨¢s de este show prefabricado, hay un mensaje encriptado que busca sembrar en la psiquis de los colombianos la percepci¨®n de que el acuerdo de paz con las FARC fue un fracaso, y que estas disidencias que se hacen llamar Estado Mayor Central de las FARC son la demostraci¨®n de que la desmovilizaci¨®n de las FARC fue una patra?a. Este mensaje encriptado coincide con la tesis de la derecha uribista, que se opuso al acuerdo de paz y que niega un hecho irrefutable como fue la desmovilizaci¨®n de cerca de 14.000 combatientes de las FARC tras la firma del acuerdo con Santos. Esa misma derecha delirante asegura que las disidencias de Mordisco son parte de la estrategia de las extintas FARC y que fueron concebidas para combinar las diferentes formas de lucha.
La verdad es menos truculenta que el delirio de los negacionistas: lejos de tener v¨ªnculos con los excombatientes, las disidencias los tienen en la mira. Varios firmantes de paz han sido forzados a salir de sus zonas y otros han sido asesinados por los hombres de Mordisco.
Sus afinidades con la derecha no son lo ¨²nico bizarro que tienen. No quieren tomarse el poder como las FARC. Tampoco son una guerrilla de resistencia como el ELN. Las disidencias no son ni lo uno ni lo otro, sino todo lo contrario; es decir, son tan solo una organizaci¨®n armada y mafiosa fuertemente entroncada con el mundo legal e ilegal. Por un lado, controlan las rentas ilegales del narcotr¨¢fico y la extracci¨®n de minerales. Por el otro, son pieza clave en la colonizaci¨®n que los poderosos clanes pol¨ªticos est¨¢n haciendo a la brava y que pretende ampliar la frontera agr¨ªcola y lotear la selva amaz¨®nica para sembrarla de pasto para ganado. Las disidencias (junto con los clanes pol¨ªticos) son las responsables de que en los ¨²ltimos cuatro a?os Colombia hubiera batido todos los r¨¦cords de deforestaci¨®n, un ecocidio que sucedi¨® en las narices de Duque.
Mordisco y sus hombres han corrido con suerte: la paz total de Petro les ha reconocido un estatus pol¨ªtico que evidentemente no tienen y que van a tener que prefabricar. En eso andan. Armando el tinglado y vistiendo al diablo de Prada. Ahora le toca a las disidencias mostrar que son una organizaci¨®n armada con alguna connotaci¨®n pol¨ªtica y que no son los narcos que muchos creemos que son.
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