El ELN acusa a Petro de estigmatizarle y faltarle el respeto por hablar de la guerrilla como un grupo criminal
La mesa reunida en La Habana entra de nuevo en crisis por las declaraciones del presidente ante las fuerzas militares
La noticia sac¨® a los guerrilleros del sofoco que produce la humedad de La Habana. Uno de ellos acababa de leer con asombro las declaraciones de Gustavo Petro recogidas ayer en el peri¨®dico El Espectador y avis¨® al resto. El presidente, se le¨ªa en la informaci¨®n, dudaba de que los jefes sentados en la mesa de negociaci¨®n con el Gobierno realmente mandaran sobre los guerrilleros armados y aseguraba de su verdadera raz¨®n de ser en estos tiempos era la econom¨ªa ilegal, es decir, el narcotr¨¢fico y la extorsi¨®n. Los delegados de la guerrilla no se pod¨ªan creer que el jefe del Estado, tan ret¨®rico a veces, les clavara de repente este pu?al sin venir mucho a cuento. Para asegurarse, comenzaron a seguir a trav¨¦s de un tel¨¦fono m¨®vil el directo de la cuenta de Twitter de la Presidencia, que retransmit¨ªa un evento en el que el Petro se dirig¨ªa con pasi¨®n y sin contenci¨®n alguna a los almirantes y generales de las fuerzas militares. Met¨®dicos como son, Pablo Beltr¨¢n y los suyos esperaron a ver la transcripci¨®n en Word para valorar sus palabras, no fuera ser que hubiera alg¨²n equ¨ªvoco. No lo hab¨ªa en realidad. Petro hab¨ªa dicho exactamente lo que contaba El Espectador. Entonces, los jefes del ELN se lo tomaron como una verdadera afrenta.
El asunto ha puesto en crisis los di¨¢logos de paz entre el Gobierno de Colombia y el ELN, que se desarrollan estos d¨ªas en Cuba. Veinticuatro horas antes, la guerrilla hab¨ªa emitido un comunicado en el que ven¨ªa a decir que todo iba a maravilla, que la mesa avanzaba ¡°con rigurosidad¡± para alcanzar el alto el fuego que tanto obsesiona al presidente y el mecanismo para lograr la participaci¨®n de la sociedad en el proceso. Era un espejismo. Las en¨¦rgicas palabras de Petro ante lo uniformados, propias de a qui¨¦n le gusta repetir que ¨¦l es el comandante en jefe de las fuerzas armadas, hicieron volar por los aires toda esa armon¨ªa. ¡°Se sientan en la mesa y hablan, pero ?mandan?¡±, se preguntaba Petro. ¡°Ah¨ª cada uno de nosotros tiene muchos interrogantes. ?Realmente mandan?¡±.
Se refer¨ªa a dirigentes hist¨®ricos de la guerrilla como Gabino, que pertenece al ELN desde ni?o. Ahora es viejo, dijo el presidente, y se ha sentado a negociar. ?Pero realmente manda? Petro dio a entender que no. Los frentes son aut¨®nomos, son federales, prosigui¨® Petro, una afirmaci¨®n que mantienen algunos expertos en seguridad. Esa tesis sostiene que los guerrilleros escondidos en los campamentos en mitad de la selva no responden necesariamente a la c¨²pula, que es la que est¨¢ sentada en la mesa de negociaci¨®n. ¡°Giran todos alrededor de la econom¨ªa il¨ªcita, poco tienen que ver con el padre Camilo Torres (uno de los fundadores, seguidor de la Teolog¨ªa de la Liberaci¨®n). Tienen la misma bandera, eso s¨ª, pero su raz¨®n de ser es la econom¨ªa il¨ªcita¡±, continu¨® Petro.
Todo este asunto ha enardecido a los negociadores del ELN, que se sienten insultados. La delegaci¨®n le ha pedido a Petro que aclare cuanto antes si considera que esta negociaci¨®n se lleva a cabo con una organizaci¨®n pol¨ªtica o con una banda criminal, como ha insinuado. Lo dicho por el presidente, seg¨²n el comunicado de la guerrilla, es irrespetuoso y estigmatizante y atenta contra el acuerdo de M¨¦xico, donde ambas partes coincidieron en la necesidad de superar el conflicto armado y avanzar ¡°hacia una reconciliaci¨®n nacional¡±. La guerrilla considera que esto supone un cuestionamiento tambi¨¦n para la delegaci¨®n del Gobierno, los pa¨ªses garantes, las organizaciones acompa?antes (ONU y Conferencia Episcopal de Colombia) y los pa¨ªses acompa?antes, entre los que est¨¢ Espa?a.
La realidad es que Petro ha sembrado la discordia en esta negociaci¨®n. Sentados en la mesa, las partes no han tenido ning¨²n problema, siempre han mostrado mucha sinton¨ªa y ¨¢nimo para llegar a un acuerdo. Sin embargo, todo avanza demasiado despacio, a ojos del presidente. Petro tiene prisa por alcanzar un alto el fuego, por ejemplo. Intent¨® precipitarlo en a?o nuevo invent¨¢ndose que se hab¨ªa llegado a un acuerdo para implantarlo. El ELN se sinti¨® arrastrado a algo que no se le hab¨ªa consultado y neg¨® que existiera tal tregua. Los guerrilleros desmintieron en p¨²blico al presidente. Meses despu¨¦s, Petro dijo algo m¨¢s o menos parecido a lo que ha dicho esta vez, que la guerrilla hab¨ªa pasado de una lucha comprometida socialmente al negocio del narcotr¨¢fico y la criminalidad. H¨¢biles negociadores como el senador Iv¨¢n Cepeda y el Alto comisionado para la Paz, Danilo Rueda, han sabido sortear estos obst¨¢culos que ha sembrado en el camino, pero en esta ocasi¨®n, en la que se pide una rectificaci¨®n en p¨²blico, el problema no ser¨¢ f¨¢cil de gestionar.
En una sesi¨®n plenaria en La Habana, los negociadores del ELN han pedido una aclaraci¨®n, y cuanto antes mejor. Parece muy poco probable que esto ponga en riesgo el di¨¢logo, pero podr¨ªa ocurrir que esta crisis mandase a consultas a las dos delegaciones, como en otras situaciones graves de este largo proceso iniciado durante el mandato de Juan Manuel Santos. La del Gobierno se marchar¨ªa a Bogot¨¢, y la de la guerrilla a los campamentos para evaluar la situaci¨®n. Est¨¢ por decidirse. Lo que es seguro es que Petro ha vuelto a tensar la negociaci¨®n con la guerrilla con sus palabras. Quiere un acuerdo y la quiere ya, y no se callar¨¢ hasta alcanzarlo. Eso pondr¨¢ a prueba la resistencia del ELN.
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