Un regalo (in)necesario
El Gobierno entregar¨¢ como obsequio a los artesanos una particular silla que genera muchas inquietudes
Ante el relato presidencial seg¨²n el cual los medios buscamos hacer da?o al Gobierno y somos en parte responsables del llamado ¡®golpe blando¡¯, esta columna propone hoy tres formas de lectura: la primera, lineal, como se acostumbra en estos textos; la segunda, solo para petristas, para la cual los invito a leer ¨²nicamente los p¨¢rrafos 1, 3 y 5; la tercera, para lectores con esp¨ªritu cr¨ªtico y talante pesimista, en la que s¨®lo necesita leer los p¨¢rrafos 1, 2, 4 y 6.
(1) La directora de Artesan¨ªas de Colombia, Adriana Mej¨ªa, anunci¨® este fin de semana una llamativa noticia: gracias a un convenio firmado con la Unidad de Gesti¨®n del Riesgo (UNGRD) se entregar¨¢ a los artesanos del pa¨ªs el ¡°banco pensador¡±, una especie de poltrona en madera con unos compartimientos ocultos, ubicados bajo las tablas de los descansabrazos y la tabla del asiento, que se convierten en peque?as bodegas para cada artesano. La directora dice en el video de presentaci¨®n que ese r¨ªgido mueble (porque no tiene coj¨ªn o acolchado alguno) ser¨¢ entregado a artesanos en situaci¨®n de discapacidad o con movilidad reducida, v¨ªctimas de la ola invernal.
(2) El obsequio del gobierno para los maestros artesanos tiene un monto cercano a los 1.000 millones de pesos, seg¨²n la misma directora revel¨® en el video de presentaci¨®n, sin embargo, se pregunta uno si esa poltrona de madera es una verdadera urgencia para ese gremio, si es algo que amerita el uso de recursos de la Unidad de Gesti¨®n del Riesgo, si es un objeto que realmente va a cambiarle la vida a sus destinatarios.
(3) No hay duda de que es un acierto apostar a las comunidades que se dedican a la artesan¨ªa en Colombia. Muchas de ellas en el pasado fueron v¨ªctimas de comerciantes que se enriquecieron gracias al quehacer manual de hombres y mujeres que poco o nada vieron de los miles de d¨®lares por los que fueron vendidas sus piezas. Por eso hay que aplaudir todo esfuerzo para ofrecer una vida e ingresos dignos para estas personas.
(4) Por esto, el ¡°banco pensador¡± nos obliga a revisar las ¨²ltimas encuestas que Artesan¨ªas de Colombia hizo entre los artesanos para identificar sus necesidades. Seg¨²n estos datos, que la directora podr¨ªa haber consultado, aparecen como primeras preocupaciones: la comercializaci¨®n de sus productos, el acceso a materias primas e insumos, el transporte para sacar mercanc¨ªas y el acceso a cr¨¦ditos para continuar con su trabajo. Por ning¨²n lado aparece una silla multiusos, sobre todo porque muchos quehaceres artesanales no necesitan una poltrona de trabajo, sino otro tipo de mobiliario, pues cada oficio tiene un modelo de producci¨®n distinto.
(5) La dignidad del artesano es una apuesta de este Gobierno y por eso en varios escenarios la misma directora de Artesan¨ªas de Colombia ha dicho que la nueva apuesta de la entidad es buscar la felicidad de aquellos que se dedican a este tipo de oficios. Una felicidad que se traduce en productividad y, por ende, en mejores ingresos. En ese marco, el ¡°banco pensador¡± tiene sentido.
(6) Pero hay que ir m¨¢s all¨¢, pues cuando lo hace el Estado, un regalo debe ser m¨¢s que filosof¨ªa. A¨²n urge entender bajo qu¨¦ concepto de prevenci¨®n de riesgo de emergencias la UNGRD entreg¨® 1.000 millones de pesos a Artesan¨ªas. Cu¨¢l fue el estudio ergon¨®mico para las sillas que ser¨¢n entregadas a personas en discapacidad. A qui¨¦n le dieron el contrato desde Gesti¨®n del Riesgo, donde se caracterizan por entregar contratos a dedo.
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