Costumbre de ACPM

¡°No cabe duda que es verdad que la costumbre es m¨¢s fuerte que el amor¡±. Esta frase, simple y potente, es el impecable remate de una de las m¨¢s reconocidas creaciones musicales del inolvidable Juan Gabriel y a la vez es contenedora de un axioma que aplica no solo al amor, sino a infinidad de circunstancias en las que la costumbre termina siendo tan poderosa que cualquier posibilidad de hacer un cambio, que hasta pudiese resultar para bien, se ve con absoluto desd¨¦n. La inercia de la vida nos hace ver con recelo y desconfianza lo que es desconocido. Por eso, generalmente, terminamos aplicando e...

¡°No cabe duda que es verdad que la costumbre es m¨¢s fuerte que el amor¡±. Esta frase, simple y potente, es el impecable remate de una de las m¨¢s reconocidas creaciones musicales del inolvidable Juan Gabriel y a la vez es contenedora de un axioma que aplica no solo al amor, sino a infinidad de circunstancias en las que la costumbre termina siendo tan poderosa que cualquier posibilidad de hacer un cambio, que hasta pudiese resultar para bien, se ve con absoluto desd¨¦n. La inercia de la vida nos hace ver con recelo y desconfianza lo que es desconocido. Por eso, generalmente, terminamos aplicando el tambi¨¦n viejo refr¨¢n: mejor malo conocido que bueno por conocer.

Hace unos d¨ªas el ministro de Hacienda hizo el anuncio del inevitable e inminente incremento del precio del combustible diesel, que es el que usa la totalidad del parque automotor de carga, as¨ª como los buses y busetas de pasajeros que circulan por las carreteras del pa¨ªs. Y ah¨ª entra Juan Gabriel de nuevo: ¡°S¨¦ que tu no puedes, aunque intentes, olvidarme¡±. Los opositores del Gobierno salieron, como activados por un m¨¢gico interruptor, a lanzar todo tipo de mensajes contra la noticia. Habr¨¢ alza en los precios de los alimentos, anticiparon unos. Petro va a acabar con los transportadores, auguraron otros. La adicci¨®n a la gasolina nos ha llevado a eso. A ser incapaces de ver m¨¢s all¨¢ de un anuncio, de ver la oportunidad en lugar de la tragedia. La costumbre.

¡°Siempre volver¨¢s una y otra vez. Una y otra vez, siempre volver¨¢s¡± es el devenir de buses intermunicipales, camiones y tractomulas. Van y vienen. Llevan y traen. Lo mismo que puede hacer un tren. Esos trenes que hemos olvidado o que, m¨¢s bien, nunca hemos conocido y que ser¨¢n la soluci¨®n a los siempre odiosos incrementos en los precios de los combustibles, a la vez que, siendo el¨¦ctricos, ser¨¢n necesarios para erradicar tanto veh¨ªculo contaminante. Por eso es urgente ver m¨¢s all¨¢ y m¨¢s que convertirnos en pla?ideras la costumbre, convertirnos en promotores y ojal¨¢ aceleradores del cambio que nos har¨¢ bien a todos.

No faltar¨¢ quien diga ¡°pero te extra?o, como te extra?o¡± a la hora de pensar en los otrora bajos precios de la gasolina y el ACPM, pero gritar eso a los cuatro vientos no har¨¢ que cambie la ecuaci¨®n. Seguir con unos combustibles subsidiados es un suicidio para la econom¨ªa del pa¨ªs. Insistir en que hay que mantener los precios bajos es apostar al atraso de Colombia. Es retardar el salto urgente hacia la movilidad el¨¦ctrica que, esa s¨ª, deber¨ªa estarse subsidiando de todas las formas posibles para darle dinamismo a un proceso inevitable para garantizar un planeta m¨¢s o menos vivible para las generaciones que vienen.

¡°Aunque ya no sientas m¨¢s amor por mi, solo rencor¡±, estar¨¢n pensando los empresarios del transporte de pasajeros y de carga, pero ellos tampoco tienen m¨¢s que decir ¡°y eso es peor¡±. Ya no hay espacio para seguir llenando el pa¨ªs de tractomulas y buses. Lleg¨® la hora de los trenes. Por eso el anuncio hecho hace un par de d¨ªas desde la Agencia Nacional de Infraestructura que da vida al proceso de estructuraci¨®n del proyecto f¨¦rreo que conectar¨¢ al centro del pa¨ªs debe ser celebrado, aunque en sus tiempos parece demasiado lento: m¨¢s de dos a?os tardar¨ªa poner en marcha la construcci¨®n de los nuevos corredores f¨¦rreos. Mucho tiempo. Demasiado.

Por eso digo que todos deber¨ªamos empujar para que esto sea m¨¢s r¨¢pido y as¨ª con celeridad pasar la p¨¢gina de una mala costumbre. ¡°Sabes t¨² muy bien que yo estoy convencido¡±.

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