Colombia da el primer paso de la marat¨®n hacia una nueva pol¨ªtica de drogas
Ante una aceptaci¨®n m¨¢s o menos generalizada de que la guerra contra las drogas ha fracasado, el presidente Gustavo Petro se ha lanzado a liderar la construcci¨®n de un nuevo modelo
Esta es la versi¨®n web de la newsletter semanal de EL PA?S sobre Colombia. Si quieren suscribirse, pueden hacerlo en este enlace.
En el pasado, de vez en cuando, una voz se atrev¨ªa a pronunciar que la guerra contra las drogas ha sido, y es, un fracaso. Hace una d¨¦cada, el entonces presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, presentaba un informe de la OEA que exploraba alternativas a la lucha antidrogas, el primero hecho por un organismo multilateral. Parec¨ªa entonces que Santos asumir¨ªa un papel de liderazgo para cambiar el paradigma global en materia de drogas, pero todo qued¨® en papel mojado, se olvid¨®, y se reforz¨® el modelo basado en la erradicaci¨®n y la militarizaci¨®n. Ahora, el discurso de cambio ha vuelto, tal vez m¨¢s fuerte que nunca. Parece que la claridad de las cifras se ha impuesto y la derrota del modelo seguido en l¨ªneas generales desde hace medio siglo es ya incontestable. Lo que faltar¨ªa es una alternativa clara, y Colombia, una de las v¨ªctimas principales del enfoque m¨¢s punitivo, ha dado un paso al frente para proporcionarla.
El presidente Gustavo Petro ha abogado desde el d¨ªa de su posesi¨®n por ella, partiendo de la evidencia que hay sobre la mesa, como el aumento constante de los cultivos y la producci¨®n, que en 2023 ha vuelto a romper r¨¦cords; o las muertes que tambi¨¦n escalan, tanto por parte de usuarios ¨Den Estados Unidos en 2022 murieron 110.000 norteamericanos de sobredosis, principalmente por el fentanilo, m¨¢s que en las guerras de Vietnam, Irak y Afganist¨¢n juntas¨D como por la violencia ligada al narcotr¨¢fico que siembra cad¨¢veres desde Chile hasta M¨¦xico; o las crecientes incautaciones, que, sin embargo, no afectan la oferta, tambi¨¦n al alza; y, finalmente, por la condici¨®n cada vez m¨¢s precaria de los campesinos que cultivan la coca que m¨¢s adelante se convertir¨¢ en coca¨ªna.
El pasado fin de semana, esa alternativa promovida por Petro se comenz¨® a vislumbrar m¨¢s claramente. En un foro en Cali, con la presencia especial del presidente mexicano, Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador, l¨ªder de otro de los pa¨ªses que m¨¢s han sufrido, y sufren, la guerra contra las drogas, se propuso replantear la pol¨ªtica para abordar las drogas il¨ªcitas como un problema social y de salud p¨²blica. Es la primera piedra para una nueva hoja de ruta que lleve a conformar un grupo de trabajo y, m¨¢s adelante, una gran cumbre de presidentes latinoamericanos.
La propuesta todav¨ªa est¨¢ muy verde, es verdad, pero es algo m¨¢s s¨®lido sobre lo que construir que los discursos m¨¢s o menos aterrizados en los que se imploraba por un cambio de enfoque. En t¨¦rminos generales, la idea, desarrollada de la mano de las comunidades, la academia, los expertos y la comunidad internacional, ofrece un panorama completo. Por un lado, busca quitar el foco de la represi¨®n de los campesinos que cultivan y ponerlo m¨¢s fuertemente sobre las mafias que trafican. Esto significa apoyar a las comunidades en el tr¨¢nsito hacia econom¨ªas legales, la formalizaci¨®n de tierras, la protecci¨®n del medio ambiente, la atenci¨®n del consumo como problema de salud p¨²blica y avanzar en la regulaci¨®n de los usos legales de la hoja de coca; mientras, al mismo tiempo, se asfixia a los criminales de alto nivel, atacando la infraestructura de producci¨®n, el lavado de activos, la corrupci¨®n asociada al narcotr¨¢fico, entre otros.
Ante lo propuesto, Estados Unidos se ha mostrado relativamente positivo y en sinton¨ªa. ¡°Entendemos que nuestro enfoque colectivo debe evolucionar, y as¨ª ha sido¡ Por el lado de la demanda, Estados Unidos se centra en ampliar las pr¨¢cticas basadas en evidencia sobre prevenci¨®n, reducci¨®n de da?os, tratamiento y recuperaci¨®n a los profesionales que trabajan en el campo para prevenir y tratar los trastornos por uso de sustancias. Por el lado de la oferta, se centra no s¨®lo en el cultivo il¨ªcito de cultivos y la producci¨®n y el tr¨¢fico il¨ªcitos de cualquier droga, incluidas las sint¨¦ticas, sino tambi¨¦n en abordar las causas profundas de por qu¨¦ las personas se involucran en esas actividades¡±, contest¨® un portavoz del Departamento de Estado al diario El Tiempo.
Es notable que en ning¨²n momento se propone la legalizaci¨®n expl¨ªcitamente. No es casualidad. Ser¨ªa un experimento riesgoso desde varios puntos de vista, y abanderarlo sigue conllevando un riesgo pol¨ªtico importante, pues sigue siendo vista con mucho recelo, como lo demuestra el fracaso el semestre pasado de la propuesta de regular la marihuana en Colombia. Adem¨¢s, si bien el Departamento de Estado actual de los Estados Unidos ha mostrado sinton¨ªa con la propuesta, un contingente importante del partido republicano est¨¢ de acuerdo con atacar militarmente a los carteles mexicanos en territorio mexicano, lo cual escalar¨ªa de una manera sin precedentes la guerra contra las drogas.
As¨ª que, s¨ª, probablemente hay una aceptaci¨®n creciente de que la estrategia seguida durante los ¨²ltimos 50 a?os ha sido un fracaso, pero eso no significa que los m¨¢s recientes acontecimientos signifiquen el fin del modelo, o un cambio total. Falta bastante camino por recorrer, y m¨¢s que unos cuantos obst¨¢culos por superar -convencer a unas fuerzas del orden acostumbradas al paradigma imperante, el cual les otorga mucho poder y presupuesto, por poner un ejemplo-, pero Petro se tiene confianza. Habr¨¢ que ver si s¨ª logra completar la marat¨®n. Por ahora solo ha dado un paso.
Otras historias
Antes de despedirme hoy, les dejo estos art¨ªculos que sacamos en la ¨²ltima semana y merecen su atenci¨®n:
- Petro tiene al enemigo en casa. En este art¨ªculo, Juan Diego Quesada hace un recuento de la batalla del presidente contra la construcci¨®n de un clima de opini¨®n en su contra, en la que los golpes m¨¢s certeros los recibe de su entorno m¨¢s cercano.
- Los millonarios contratos cuestionados en el Ministerio de Ciencias. Juan Pablo V¨¢squez cuenta aqu¨ª c¨®mo funcionarios de la cartera advirtieron a la ministra Yesenia Olaya sobre los riesgos de llevar a cabo los convenios y c¨®mo ella decidi¨® seguir adelante.
- Colombia es el mayor cementerio mundial de defensores de la tierra. En este art¨ªculo, Noor Mahtani disecciona las tristes cifras de Global Witness, en las que de los al menos 177 l¨ªderes ambientales que fueron asesinados en 2022 en todo el mundo, 60 de ellos fueron en Colombia.
- La pol¨ªtica local, trampol¨ªn y refugio de los presidenciables colombianos. Con las elecciones regionales ya en el horizonte cercano, In¨¦s Santaeulalia, explica c¨®mo la carrera pol¨ªtica se labra ahora en las regiones en lugar de en el Congreso, hundido en el descr¨¦dito y sin l¨ªder de la oposici¨®n.
Y para terminar, les cuento que ya estamos en WhatsApp. Sigue nuestro canal y ent¨¦rate de las ¨²ltimas noticias de Colombia y el mundo.
Suscr¨ªbase aqu¨ª a la newsletter de EL PA?S sobre Colombia y reciba todas las claves informativas de la actualidad del pa¨ªs.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.