Se busca una inyecci¨®n de 150 millones de d¨®lares para rescatar a Tigo-UNE
La tercera operadora de telefon¨ªa celular en Colombia tambalea debido a la crisis general del sector, los altibajos en las tasas de inter¨¦s y la falta de control pol¨ªtico
El futuro servicio de unos 12,5 millones de clientes de Tigo-UNE, la tercera empresa de telefon¨ªa m¨®vil de Colombia, depende de una recapitalizaci¨®n por 150 millones de d¨®lares. Esa es la cifra clave para sacar a flote a una compa?¨ªa cuya crisis financiera se ha visto agudizada tras efectuar billonarias inversiones para ampliar su capacidad operativa desde 2014. El dr¨¢stico incremento en los precios del dinero a ra¨ªz de la pandemia ha limitado la capacidad de la...
El futuro servicio de unos 12,5 millones de clientes de Tigo-UNE, la tercera empresa de telefon¨ªa m¨®vil de Colombia, depende de una recapitalizaci¨®n por 150 millones de d¨®lares. Esa es la cifra clave para sacar a flote a una compa?¨ªa cuya crisis financiera se ha visto agudizada tras efectuar billonarias inversiones para ampliar su capacidad operativa desde 2014. El dr¨¢stico incremento en los precios del dinero a ra¨ªz de la pandemia ha limitado la capacidad de la operadora para cumplir con sus obligaciones crediticias. Tambi¨¦n los modestos resultados generales.
La junta directiva de Tigo-UNE rechaz¨® el pasado viernes una nueva f¨®rmula para sacar a la venta unos 208 millones de t¨ªtulos de la compa?¨ªa con el objetivo de recoger 602.987 millones de pesos que ayuden a tapar el agujero. Los tejemanejes pol¨ªticos en Medell¨ªn, donde tiene sede la empresa, han supuesto un obst¨¢culo insalvable. La propuesta ha sido tachada de ¡°unilateral¡± desde la Alcald¨ªa de Daniel Quintero, quien ha dado a entender que se trata de una nueva propuesta de Milicom, la empresa de telecomunicaciones de ra¨ªz sueca propietaria del 50% de Tigo-UNE, para hacerse con la casi totalidad accionaria.
Un asunto enrevesado por las fricciones entre los dos propietarios. M¨¢s a¨²n si se tienen en cuenta las contradicciones del alcalde de Medell¨ªn. Quintero parece, por momentos, defender la participaci¨®n del municipio a su cargo en la operadora. En otros se desdice y deja manifiesto su des¨¢nimo en prolongar la participaci¨®n de Empresas P¨²blicas de Medell¨ªn (EPM), la compa?¨ªa p¨²blica propietaria del 49,99% restante de la sociedad, en un negocio que ha arrojado n¨²meros rojos en los ¨²ltimos dos ejercicios.
La ¨²ltima maniobra de la firma extranjera, m¨¢s transparente en su cometido de evitar que la operadora entre en un proceso de reestructuraci¨®n, plante¨® sufragar la totalidad de los 150 millones de d¨®lares, a cambio de aumentar su participaci¨®n accionaria en Tigo-UNE. Para complejizar todo, la discusi¨®n cay¨® en un callej¨®n sin salida: ?c¨®mo se iban a valorar las acciones de un negocio en sus horas m¨¢s bajas? El diario El Colombiano, de Medell¨ªn, titul¨®: EPM solo quedar¨ªa con el 2% de Tigo.
La mayor¨ªa de expertos coincide en que la labor de control pol¨ªtico por parte del alcalde Quintero, as¨ª como tambi¨¦n del Concejo de Medell¨ªn, responsables de hacerle seguimiento a la suerte de una sociedad con participaci¨®n p¨²blica, ha sido insuficiente. Con niveles m¨ªnimos de aprobaci¨®n, Quintero ha optado por los se?alamientos y las declaraciones cargadas de tinte pol¨ªtico en la v¨ªspera de elecciones regionales.
Si su objetivo inicial era el de retirar los recursos p¨²blicos invertidos en Tigo-UNE, repiten algunas fuentes cercanas al negocio, sus excesos verbales solo han conseguido opacar el futuro de una compa?¨ªa renqueante. La creciente desconfianza entre las partes ha empujado al Gobierno colombiano a intervenir, sin mayor ¨¦xito, para aliviar tensiones y acercar a las partes. ?Qu¨¦ hizo la ciudad de Medell¨ªn todo este tiempo? ?Cu¨¢ndo levant¨® la mano para pedir ayuda? ?Cu¨¢ndo se quej¨® del plan de negocio trazado? Son algunas de las preguntas que formula el ingeniero Marc Eichmann, expresidente de UNE.
La fusi¨®n empresarial entre EPM y Milicom, un fondo de inversi¨®n que tiene sede financiera en Luxemburgo, se ejecut¨® en 2014. Los estatutos de aquella uni¨®n establecieron que el socio extranjero se encargar¨ªa de administrar el negocio y por tanto ponerse al frente de las decisiones operativas del d¨ªa a d¨ªa. ¡°Era una condici¨®n normal¡±, explica Marc Eichmann, ¡°porque no era l¨®gico que EPM, experto en temas de energ¨ªa, se encargara de un mercado de telecomunicaciones que funciona de forma totalmente diferente¡±.
A pesar de que las perspectivas a escala mundial para el negocio de la telefon¨ªa celular no son alentadoras, Eichmann conoce al detalle los beneficios brutos de la operaci¨®n (Ebitda) de Tigo-UNE desde 2014. Por eso concede que, a pesar de no ser boyante, la empresa s¨ª produce dinero: ¡°Lo que pasa es que las cifras han sido malinterpretadas por los intereses pol¨ªticos. Pero pongamos las cosas en contexto: esto es un problema temporal, de una deuda puntual en el tiempo, que se desbord¨® porque las tasas de inter¨¦s se dispararon. Hoy un cr¨¦dito corporativo est¨¢ en el 18%, cinco puntos porcentuales por encima del Indicador Bancario de Referencia¡±.
El ministro de Tecnolog¨ªas, Mauricio Lizcano, lo resume de forma m¨¢s clara: ¡°La empresa da utilidades operativas. Los costos financieros son los que la llevan a arrojar p¨¦rdidas¡±, explica. A Tigo a¨²n le queda un ¨²ltimo recurso por agotar. Se trata de la denominada figura de reestructuraci¨®n empresarial, que crea condiciones para recuperar empresas viables pero en dificultades para atender sus pagos (el equivalente local al famoso cap¨ªtulo 11 de la ley norteamericana).
Una zona en la que, a pesar de que Milicom ha tratado de evitar a toda costa, hoy no es dif¨ªcil intuir que ser¨¢ lo m¨¢s probable. ¡°En Colombia y en el mundo el negocio ya toc¨® techo y sus m¨¢rgenes son muy estrechos¡±, justifica el exministro de Comunicaciones Mauricio Vargas. Luego agrega: ¡°Hoy una buena parte de los ingresos se derivan de los servicios de Internet, tanto m¨®vil como fibra ¨®ptica. Para ninguna empresa es f¨¢cil tomar decisiones a futuro en una coyuntura de poca claridad para ese tipo de negocios¡±.
Gal¨¦ Mallol, aspirante al Concejo de Bogot¨¢, y l¨ªder gremial del sector de comunicaciones, a?ade otro escollo para el mercado local: ¡°Nuestros operadores hacen grandes inversiones en d¨®lares, pero cobran en pesos y nuestra moneda ha tenido muchos altibajos en los ¨²ltimos meses¡±. No son buenos tiempos para contraer grandes deudas y la situaci¨®n parece cada d¨ªa m¨¢s compleja. Por eso lamenta que Tigo-UNE haya sido instrumentalizado como ¡°caballito de batalla pol¨ªtico¡±. Y concluye que, ante las adversidades, siempre fue una empresa en b¨²squeda de alternativas: ¡°Su servicio es patrimonio de 12 millones de clientes que corren el riesgo de quedar desconectados¡±.
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