Presto y Oma, dos empresas insignia de Colombia que se asoman a la bancarrota
Tras casi medio siglo de operaci¨®n, la sociedad propietaria de la cadena de hamburguesas y de los caf¨¦s acude a un ¨²ltimo salvavidas, tras el impacto dejado por la pandemia
Presto, una de las hamburgueser¨ªas insignia de Colombia desde hace m¨¢s de cuatro d¨¦cadas, se asoma al precipicio financiero. La Superintendencia de Sociedades, el ente regulador de la mayor¨ªa de empresas en el pa¨ªs, inform¨® el pasado viernes 14 de julio que acept¨® la petici¨®n de la sociedad que gestiona a la cadena de comidas r¨¢pidas, as¨ª como tambi¨¦n a la tradicional marca de caf¨¦s Oma, para acogerse a un proceso de reorganizaci¨®n empresarial. Un llamado de auxilio para dos empresas que han sido sello del paisaje de las ciudades y aeropuertos colombianos.
Mesofoods, el grupo costarricense propietario de las empresas en proceso de reestructuraci¨®n, ha indicado que los negocios no han soportado las altas tasas de inflaci¨®n tras la pandemia ¨Dque en su medici¨®n anual de junio se ubic¨® en un a¨²n elevado 12,13%¨D. Lo cierto es que la par¨¢lisis por cuenta de los confinamientos dej¨® renqueante a m¨¢s de un negocio en el sector de los restaurantes. Y, en el caso de Oma y Presto, de poco sirvi¨® el notable rebote econ¨®mico del a?o pasado, acelerado por un gasto desbordado de los hogares colombianos, y que llev¨® al producto interno bruto a marcar un nivel de crecimiento anual del 7,3% que hoy se contempla como un espejismo (las proyecciones para este a?o no pasan de 1,8%).
El costarricense Luis Javier Castro, socio minoritario del grupo, cuenta por tel¨¦fono que el conglomerado centroamericano se convirti¨® en accionista mayoritario de las marcas en 2013. ¡°Ahora entramos en un proceso de negociaci¨®n con todos los acreedores y en un punto se hace una votaci¨®n y si se sienten c¨®modos con el plan, se sigue adelante en un proceso que var¨ªa en su duraci¨®n. Hay empresas que duran un a?o. Otras un a?o y medio¡±, dice.
La ley 116 de reorganizaci¨®n empresarial, por su parte, concede una bater¨ªa de medidas para extender los plazos de pago de las deudas, protege el cr¨¦dito de los accionistas y aporta otro tipo de facilidades para que las compa?¨ªas refloten. ¡°Es un recurso legal que se adopta para proteger la continuidad del negocio y el empleo¡±, se lee en un comunicado de la empresa, ¡°y de esta forma seguir apost¨¢ndole al pa¨ªs, como lo hemos hecho en las ¨²ltimas cuatro d¨¦cadas¡±. Con una plantilla que sum¨® en sus mejores a?os 700 empleos directos, 160 locales alrededor de 24 ciudades del pa¨ªs, Presto fue tercera por participaci¨®n dentro del segmento de hamburgueser¨ªas en Colombia. Por delante solo se encontraban la estadounidense McDonald¡¯s y la l¨ªder El Corral, del reci¨¦n adquirido Grupo Nutresa de la familia de banqueros Gilinski.
En todo caso, la historia de Presto empez¨® en 1981 dentro del emporio del Grupo Santo Domingo, propiedad del magnate y patriarca de la familia, Julio Mario (Panam¨¢, 1923 - Nueva York, 2011). Un tipo de trajes impolutos y aire grandilocuente que en la Colombia de entonces acaparaba entre sus activos a Avianca, la l¨ªnea a¨¦rea bandera del pa¨ªs; Bavaria, la mayor cervecer¨ªa, y el 20% de Ecopetrol, la mayor compa?¨ªa del pa¨ªs, hoy de mayor¨ªa accionaria estatal.
Por entonces, al tiempo que los beneficios de los Santo Domingo se hinchaban, los aeropuertos del pa¨ªs tej¨ªan un t¨¢ndem entre su negocio a¨¦reo y una cadena de comidas r¨¢pidas que atra¨ªa con el estribillo pegajoso de ¡°Lo rico es ir a Presto¡±. La d¨¦cada de los noventa tambi¨¦n fue positiva a pesar de que otros restaurantes como El Corral empezaron a ganar terreno. Para el cambio de milenio, aterriz¨® McDonald¡¯s, ubicua y global, y el proceso de estancamiento se hizo notorio. El Grupo Santo Domingo anunci¨® la venta de Presto en 2002 y desde entonces la hamburgueser¨ªa ha ejecutado todo tipo de maniobras para sostenerse como tercero en el podio con un volumen de ventas de ocho millones de combos al a?o.
La historia de Oma, por su parte, discurre por otros canales. Lleg¨® a abrir 150 tiendas que fusionaban una barra de caf¨¦, pasteler¨ªa y hace unas d¨¦cadas una que otra librer¨ªa. La idea naci¨® a mediados de los setenta en Bogot¨¢ y hasta la primera d¨¦cada del milenio fue una empresa rentable. El empresario tico Marlos Masis, director ejecutivo de Mesofoods, asegur¨® al diario La Rep¨²blica a finales de 2021 que el incremento del 40% en los costos de las materias primas dej¨® una huella negativa en la cadena: ¡°Oma es m¨¢s de experiencias alrededor del producto. Por esa raz¨®n, vamos a renovar toda la marca y el portafolio en nuestras 150 tiendas. Han sido tres a?os de arduo trabajo para el redise?o y la primera tienda con esta imagen la estaremos abriendo en noviembre¡±.
La ley 116 blinda los derechos y garant¨ªas para que los empleados de las dos compa?¨ªas reciban sus salarios y prestaciones sociales durante el tiempo que dure el proceso de reorganizaci¨®n. Y aporta un salvavidas para que las dos marcas contin¨²en con sus operaciones. Se trata, en ¨²ltimas, de una bocanada de ox¨ªgeno para dos empresas que dejaron su impronta en la memoria colectiva de los colombianos.
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