La divisa colombiana cierra la brecha frente al d¨®lar: roza los 3.990 pesos

Los choques cambiarios relacionados con el peso colombiano no se detienen. En la ma?ana del martes la divisa colombiana romp¨ªa por momentos el piso de las 4.000 unidades por d¨®lar y se acercaba a los rangos etiquetados como normales por los analistas en relaci¨®n con la divisa mundial de referencia. Pero a mediod¨ªa la aguja del TRM parec¨ªa acomodarse en 4,007 pesos, niveles de negociaci¨®n que no se ve¨ªan hace 13 meses. Un largo camino marcado, en primer t¨¦rmino, por el impacto de las pol¨ªticas macroecon¨®micas de la Reserva Federal estadounidense para disminuir el consumo en el pa¨ªs del norte y su incidencia sobre una econom¨ªa como la colombiana, altamente dependiente de las importaciones de insumos americanos en sectores vitales como la agricultura o la industria.

A la lectura sobre la correlaci¨®n entre el descenso de la inflaci¨®n en el pa¨ªs m¨¢s poderoso del mundo y la apreciaci¨®n del peso se suman otros factores que basculan entre lo local y los desbarajustes econ¨®micos a escala mundial, heredados de la pandemia y los problemas de suministros en los puertos. Laura Clavijo, directora de investigaciones econ¨®micas de Bancolombia, explica que desde la entidad emprendieron un estudio comparativo de la tasa de cambio entre una docena de pa¨ªses que comparten la misma calificaci¨®n crediticia con Colombia.

¡°Cuando uno mira esa evoluci¨®n, desde octubre de 2022, se encuentra un desacoplamiento por encima muy marcado de unos 1.200 o 1.500 pesos colombianos¡±, explica Clavijo. Esa brecha que situ¨® a la divisa colombiana en desventaja se ha venido corrigiendo gradualmente desde abril y, para la analista de Bancolombia, si no surgiera ning¨²n tipo de efecto ¡°idiosincr¨¢tico o pol¨ªtico¡± sobre la moneda local, la tasa de cambio deber¨ªa acercarse al rango de entre los 3.600 y los 3.800 pesos por d¨®lar. Se refiere en concreto a los vectores dom¨¦sticos que las agencias calificadoras de riesgo sopesan para evaluar el denominado riesgo-pa¨ªs, que mide la solidez institucional y solvencia de cada pa¨ªs para invertir y pagar sus deudas.

Un fen¨®meno que ha suscitado debates econ¨®micos y financieros en un pa¨ªs cuya econom¨ªa naveg¨® durante d¨¦cadas con cierta calma, tasas de crecimiento modestas pero constantes, y sin alejarse mucho de las recetas de organismos como el Banco Mundial o el Fondo Monetario Internacional. La estabilidad de esa arquitectura macroecon¨®mica, seg¨²n los observadores de los mercados internacionales, se vio amenazada por la llegada, en agosto de 2022, del primer presidente de izquierdas en la historia del pa¨ªs, Gustavo Petro. Pero pocos contaban con que las reformas sociales impulsadas desde el oficialismo en temas tan sensibles como la salud, la pol¨ªtica de hidrocarburos o el marco laboral fueron sucumbiendo en el tr¨¢mite legislativo. Los analistas e inversores no tardaron en celebrar la independencia del sistema pol¨ªtico frente a iniciativas que juzgaban en principio contrarias a sus intereses.

De cualquier forma, para el economista Felipe Campos, gerente de inversi¨®n en Alianza Valores y Fiduciaria, nadie vaticin¨® que la apreciaci¨®n del peso frente al d¨®lar iba a ser tan acelerada: ¡°Nosotros ten¨ªamos la tesis de que llegar¨ªamos a estas tasas de cambio en 2024¡å. En opini¨®n de Campos ya se puede hablar de un ¡°cambio estructural¡± en el comportamiento del d¨®lar que ¡°nos realinea de nuevo con las otras monedas de la regi¨®n¡±. Recuerda, as¨ª mismo, que antes de la pandemia y de las elecciones presidenciales de 2022 el d¨®lar oscil¨® entre los 3.400 y los 4.100 pesos.

De acuerdo con datos del diario brit¨¢nico Financial Times el peso es la moneda emergente m¨¢s revaluada en el primer semestre de este a?o ganando un 14,3% respecto a la divisa estadounidense. ¡°El riesgo y la inflaci¨®n en el mundo, sumado los factores pol¨ªticos locales, exageraron los movimientos del d¨®lar¡±, apunta el experto Andr¨¦s Moreno Jaramillo. ¡°Las dos fuerzas han cedido. Menos inflaci¨®n en el mundo, implica tasas de inter¨¦s m¨¢s bajas en todos los pa¨ªses y dinamiza el flujo de capital hacia pa¨ªses emergentes como Colombia¡±, a?ade.

De la misma forma recuerda que los precios del petr¨®leo, uno de los motores de la econom¨ªa colombiana, se han mantenido dentro de m¨¢rgenes estables. ¡°El peso se reacomod¨® 1.100 pesos en ocho meses¡±, prosigue Moreno Jaramillo. ¡°Eso es una brutalidad. Los actores perciben que ya se acerca el 25% del per¨ªodo presidencial de Petro y la percepci¨®n de riesgo de hace unos meses ha disminuido. Ya nadie ve posibilidades de que vaya a haber expropiaciones, controles de capitales o proyectos de imprimir m¨¢s billetes¡±, concluye.

Pero el profesor de la Universidad de Stanford Javier Mej¨ªa abre de nuevo el angular y recuerda que por estos d¨ªas buena parte de las divisas latinoamericanas, salvo el caso argentino, viene en un vigoroso proceso de revaluaci¨®n engarzado con la porci¨®n de capitales que est¨¢ absorbiendo la regi¨®n ante la retirada estadounidense de Asia debido, en especial, al pulso comercial entre China y Estados Unidos. Andr¨¦s Moreno Jaramillo a?ade por ¨²ltimo que el peso colombiano ¡°todav¨ªa deber¨ªa bajar m¨¢s¡±: ¡°Si uno mira el peso chileno, o el sol peruano, el peso mexicano y algo el real brasile?o, Colombia todav¨ªa tiene una prima de devaluaci¨®n alta. Para acercarse m¨¢s al caso peruano y chileno el d¨®lar deber¨ªa estar en 3.600 pesos¡±.

Suscr¨ªbase aqu¨ª a la newsletter de EL PA?S sobre Colombia y reciba todas las claves informativas de la actualidad del pa¨ªs.