La escalada en el precio de la gasolina a¨²n no toca fin

Los colombianos deben pagar desde el pasado puente de Todos los Santos, en promedio, m¨¢s de 14.564 pesos por cada gal¨®n de gasolina corriente. Se trata del d¨¦cimo octavo mes de aumento en un ejercicio de malabarismo econ¨®mico del Gobierno del presidente Gustavo Petro. La nueva escalada de 600 pesos sigue una l¨ªnea ponderada por distintos frentes pol¨ªticos, debido a la urgencia estatal de reducir la brecha fiscal causada por un subsidio ideado en 1998 para mitigar los impactos de la fluctuaci¨®n de los precios internacionales sobre el valor interno de los combustibles.

El ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, anunci¨® que el proceso para sanear el hueco fiscal, que cerrar¨ªa este diciembre en 20 billones, podr¨ªa tardar entre 18 meses y dos a?os m¨¢s. Un pron¨®stico sujeto a factores impredecibles como las afectaciones de los conflictos en Oriente Pr¨®ximo y Europa sobre los mercados o el comportamiento de la inflaci¨®n en Colombia. De la misma manera, el ministro ha se?alado que a¨²n restan dos aumentos m¨¢s hasta llegar a una tarifa de 16.000, que se espera alcanzar en enero de 2024.

El objetivo es llegar a la paridad con los precios internacionales de la gasolina para dejar de subsidiar los costos de los consumidores. Una meta que el Ejecutivo justifica en declaraciones de Bonilla: ¡°El d¨¦ficit del Fondo de Estabilizaci¨®n de Precios del Combustible ya se comi¨® la reforma tributaria de 2022¡å. En opini¨®n del ministro, se trata del ¡°mayor conflicto macroecon¨®mico que hoy tiene el pa¨ªs¡±.

La receta escogida para solucionar el l¨ªo, en opini¨®n de voces autorizadas como el exministro de Hacienda Juan Carlos Echeverry, es la correcta. Sin embargo, ri?e con los intereses de grandes grupos de presi¨®n como los taxistas o los conductores de motos que ya se han manifestado y organizado paros recientes.

No queda duda de que la maniobra implica riesgos a varios niveles. Y es que para cada dato adicional que se publica sobre el comportamiento del costo de vida, los expertos ponen la lupa sobre el rubro de la gasolina para confirmar si los ajustes del Banco de la Rep¨²blica a las tasas de inter¨¦s han surtido efecto. Una tarea ardua, ya que los incrementos a la gasolina han ejercido efectivamente un peso parcial en la lucha contra la alta inflaci¨®n (10,99%).

¡°El hueco fiscal ha condicionado el uso de la plata para gasto social del Gobierno¡±, a?ade Juan Carlos Echeverry, ¡°pero tambi¨¦n es una mala pol¨ªtica petrolera, porque Ecopetrol se convirti¨® en el financiador de la deuda durante 12 meses¡±. Y, como en una reacci¨®n en cadena, la petrolera estatal se ha quedado sin financiaci¨®n para cubrir su propia operaci¨®n en perforaciones. En los ¨²ltimos 10 meses, m¨¢s de 30 taladros han ca¨ªdo en desuso, algo as¨ª como un 20% del total de esta maquinaria con un recorte de unas 20.000 personas de la industria de servicios petroleros. Ecopetrol revel¨® este martes que para septiembre sus utilidades cayeron un 44,1% frente al mismo periodo de 2022.

Echeverry, a pesar de ser un cr¨ªtico del Gobierno, reconoce que la situaci¨®n es producto de la ¡°irresponsabilidad de (Iv¨¢n) Duque de creer que hab¨ªa que mitigarle a la gente los precios de ciertas cosas¡±. Se refiere a la decisi¨®n de congelar las tarifas de la gasolina por el Gobierno anterior en medio de la peor pandemia en un siglo y con las protestas sociales m¨¢s agudas en d¨¦cadas. En todo caso, se trata de una medida que a¨²n aguarda aclaraciones t¨¦cnicas m¨¢s s¨®lidas.

De acuerdo con Michel Janna, presidente del Autoregulador del Mercado de Valores, el de la gasolina ¡°es un subsidio regresivo porque no est¨¢ bien focalizado, no va a la gente m¨¢s necesitada sino al transporte p¨²blico, o a los usuarios de carro particular¡±. Hoy la gran cr¨ªtica que hacen los expertos es que el Gobierno de Gustavo Petro ha tardado en armonizar el alza del carburante corriente con el del di¨¦sel, un producto m¨¢s contaminante que la gasolina corriente. A pesar de que ya ha trascendido que los ministros de Hacienda y Minas eval¨²an el aumento de este carburante para el pr¨®ximo a?o, por lo pronto no hay nada en firme.

Pero el simple hecho de mencionar este cap¨ªtulo genera todo tipo de temores y protestas entre los transportistas de carga. Un gremio que hace uso mayoritario de este combustible y con poder pol¨ªtico y electoral suficiente para alzar la voz en el Palacio de Nari?o. Como el comercio en Colombia es casi totalmente dependiente del transporte por carreteras, ninguna alteraci¨®n a las reglas de juego o a los costos de los transportistas pasa inadvertida. Precisamente esa capacidad de incidencia le ha bastado a este sector para blindar desde 2020 cualquier alza en el precio del tambi¨¦n conocido como ACPM o gas¨®leo.

Luis Fernando Mej¨ªa, director del centro de pensamiento Fedesarrollo, se muestra cauto frente al camino recorrido en la tarea de sanear el agujero fiscal: ¡°Consideramos muy acertado el proceso de aumento gradual del precio de la gasolina. Pero a¨²n falta iniciar el ajuste en el caso del di¨¦sel, cuyo precio de venta local todav¨ªa est¨¢ muy lejos del precio de paridad internacional¡±. Adem¨¢s, se trata de una deuda de corte ambiental por parte de un Gobierno que ha agitado desde las elecciones presidenciales las banderas de la transici¨®n energ¨¦tica.

La tarifa del di¨¦sel se mantiene desde 2020 en el mismo valor ¨Dsolo ajustado por la inflaci¨®n¨D, que para 2020 es de 9.065 pesos por gal¨®n. La Federaci¨®n de Empresarios de Transporte de Carga (Fedetranscarga) justific¨® en junio su rechazo a la hipot¨¦tica subida: ¡°El aumento de 1.000 pesos en el ACPM incrementa el 4% del costo de la canasta familiar¡±, se lee en una publicaci¨®n del gremio en su cuenta de X. No cabe duda de que es un asunto que casi todos los presidentes procuran agarrar con guantes para no afectar sus niveles de aprobaci¨®n: ¡°Este Gobierno ha sido muy cuidadoso¡±, remata Michel Janna, ¡°pero ojal¨¢ el pr¨®ximo a?o cumpla para que podamos tener un fondo de estabilizaci¨®n de precios que no genere m¨¢s d¨¦ficit¡±.

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