Una modelo er¨®tica demanda por abusos laborales a un estudio: ¡°Tienen miedo de que las chicas no callen m¨¢s¡±
La trabajadora denuncia sanciones injustas, incumplimiento en sus pagos y multas arbitrarias
La pandemia dej¨® a Lina*, que por entonces ten¨ªa 28 a?os, sin empleo. Durante la b¨²squeda de una nueva fuente de ingresos, una amiga la persuadi¨® de probarse como modelo webcam en un estudio ubicado en Bogot¨¢. Si bien la propuesta le despertaba reparos, no los suficientes para descartarla. El estudio suministraba la locaci¨®n, con las c¨¢maras de video, micr¨®fonos y dem¨¢s utiler¨ªa. Lina se conectaba diariamente a una plataforma, conversaba con los usuarios que ingresaran a su room ¡ªcomo se denomina a ...
La pandemia dej¨® a Lina*, que por entonces ten¨ªa 28 a?os, sin empleo. Durante la b¨²squeda de una nueva fuente de ingresos, una amiga la persuadi¨® de probarse como modelo webcam en un estudio ubicado en Bogot¨¢. Si bien la propuesta le despertaba reparos, no los suficientes para descartarla. El estudio suministraba la locaci¨®n, con las c¨¢maras de video, micr¨®fonos y dem¨¢s utiler¨ªa. Lina se conectaba diariamente a una plataforma, conversaba con los usuarios que ingresaran a su room ¡ªcomo se denomina a la transmisi¨®n individual de una modelo¡ª y realizaba una presentaci¨®n, por la que recib¨ªa pagos en d¨®lares. El 60% de los ingresos eran suyos, que alcanzaron a ser de 600.000 pesos (cerca de 150 d¨®lares) por semana, y el restante del estudio. Todo iba bien hasta que una emergencia familiar toc¨® su puerta y tuvo que renunciar. Volver a trabajar no fue f¨¢cil.
Intent¨® regresar al estudio, pero no hab¨ªa cupos. Acudi¨® a internet con la esperanza de encontrar alternativas. ¡°Abr¨ª Google y averig¨¹¨¦ en cu¨¢l otro sitio pod¨ªa hacer webcam. El primer enlace que me apareci¨® redirig¨ªa a una p¨¢gina que contaba con el sello de la Federaci¨®n de Comercio Electr¨®nico para Adultos (Fencea). Eso me dio tranquilidad y llam¨¦¡±, comenta. Para unirse a Fencea, que agremia y representa a diferentes actores de la industria ante las entidades gubernamentales, los estudios deben superar varios filtros, incluyendo evaluaciones de calidad.
Recuerda que program¨® una cita y puntualmente lleg¨® al lugar, en el barrio Patria, al norte de la capital colombiana. Le impact¨® que un hombre la atendiera, porque en el anterior estudio solo hab¨ªa mujeres. Fue entrevistada y casi todas las preguntas giraron alrededor de sus preferencias sexuales, una pr¨¢ctica com¨²n en la industria, seg¨²n cuenta a EL PA?S, para saber con qu¨¦ tipo de audiencia se puede perfilar a una modelo para obtener mejores r¨¦ditos. Hizo un recorrido por las instalaciones y not¨® que las paredes de algunas habitaciones contaban con c¨¢maras de seguridad: alguien diferente a los usuarios de las plataformas pod¨ªa verla desnuda. En todo caso, en febrero de 2021, firm¨® un contrato de mandato ¡ªque excluye el pago de prestaciones sociales y otros derechos laborales¡ª con el estudio, Digitech Media SAS.
De su primer d¨ªa la marc¨® lo estricto del horario. El tiempo no resultaba suficiente para maquillarse antes de iniciar sus labores ni para lavar sus juguetes sexuales despu¨¦s de usarlos. El alto n¨²mero de modelos obligaba a compartir las habitaciones, llev¨¢ndolas a retrasar el regreso a sus casas porque deb¨ªan limpiar ¡ªcon elementos de aseo que costeaban de sus propios bolsillos¡ª el espacio antes de cederlo. Lina narra que pregunt¨® qu¨¦ deb¨ªa hacer para tener una habitaci¨®n propia y que Ra¨²l Ardila, gerente de Digitech Media, contest¨® que, como m¨ªnimo, trabajar nueve horas diarias, con un solo d¨ªa de descanso a la semana. Ella accedi¨®.
El acuerdo tuvo buena acogida y otras compa?eras quisieron replicarlo. Al ver esto, Ardila y Eduardo Sarmiento, socio del estudio, crearon un programa de incentivos para aumentar la productividad. ¡°Si trabaj¨¢bamos nueve horas por seis d¨ªas, nos garantizaban un 3% adicional sobre nuestras ganancias. En caso de trabajar los siete d¨ªas de la semana, nos daban otro 3%. Y as¨ª sucesivamente. Hab¨ªa un bono de superaci¨®n por el que nos reconoc¨ªan un porcentaje importante si super¨¢bamos nuestra mejor marca. Eran muchas las posibilidades de agrandar las ganancias¡±, evoca Lina.
Ella se propuso apuntarle al mayor de los est¨ªmulos: transmitir 12 horas diarias por seis d¨ªas, para recibir 12% m¨¢s. Cumpli¨® la meta y rebas¨® sus propios n¨²meros, pero relata que al momento del pago le entregaron menos dinero del esperado. Elev¨® el reclamo y logr¨® que algunos de los recibos fueran ajustados, mas nunca le consignaron la totalidad de lo que alega que le correspond¨ªa. Varias de sus compa?eras compart¨ªan su descontento. ¡°Las vi muy frustradas. Me dec¨ªan que si esas injusticias las comet¨ªan conmigo, que era la que m¨¢s rend¨ªa, qu¨¦ otros atropellos no pod¨ªan sufrir ellas¡±.
Los agravios crecieron. Lina sostiene que a las pocas semanas descubri¨® que el estudio contaba con un software que regularmente tomaba capturas de pantalla de sus transmisiones para llevar un registro de cu¨¢ntas horas trabajaba. No sabe todav¨ªa a d¨®nde fueron a parar dichas im¨¢genes. Asevera que, a ra¨ªz de sus quejas, Ra¨²l Ardila se esforz¨® por entorpecer su trabajo. Constantemente la llamaba a su oficina, dej¨¢ndola sin otra opci¨®n que detener su transmisi¨®n, para formularle cuestionamientos sin fundamento, como recriminarle por no trabajar durante su d¨ªa de descanso o interrogarla por supuestas llegadas tarde que, dice, nunca ocurrieron.
En junio de 2021 dio positivo para coronavirus y se ausent¨® por dos semanas del estudio. Al volver se enter¨® de que hab¨ªan desactivado su cuenta en Streamate ¡ªplataforma desde la que transmit¨ªa¡ª, impidiendo que sus seguidores compraran el contenido que all¨ª ten¨ªa habilitado, y que falsificaron su firma para afiliarla como trabajadora independiente a la seguridad social. ¡°Me perjudicaron porque, si bien estaba enferma, ten¨ªa la posibilidad de hacer algo de plata. Lo de la afiliaci¨®n no s¨¦ por qu¨¦ lo hicieron¡±, confiesa.
Cansada del ambiente, pidi¨® un traslado a otra sede del estudio, ubicada en Teusaquillo, cerca al centro de Bogot¨¢. Admite que su principal motivaci¨®n era evitar a Ardila. No obstante, cinco meses m¨¢s tarde, ¨¦l fue nombrado administrador de aquella sede y, entre sus primeras decisiones, estuvo eliminar los red days, dos d¨ªas de licencia que se le otorgaban a las modelos por su menstruaci¨®n. Desde entonces, si una modelo se tomaba estos d¨ªas, posteriormente deb¨ªa reponerlos.
Lina asegura que su estado de salud decay¨®. Padeci¨® episodios de ansiedad y acudi¨® a un psic¨®logo. ¡°Estaba exhausta, vuelta nada. Una noche, despu¨¦s de muchas horas de transmisi¨®n, decid¨ª recostarme un rato. Me despert¨¦ a las 24 horas. Nunca en mi vida hab¨ªa dormido un d¨ªa de corrido¡±.
Su debilidad, sumada a multas arbitrarias que vinieron despu¨¦s, la convencieron de buscar asesor¨ªa legal. Solicit¨® una copia del contrato de mandato que hab¨ªa firmado meses atr¨¢s, pero se lo remitieron incompleto. Un asunto no le cuadraba, dice: aunque firm¨® el contrato con Digitech Media, en las instalaciones y documentos del estudio ve¨ªa el logo de otra empresa, MVC Studios. Indag¨® y encontr¨® una p¨¢gina web con testimonios de decenas de modelos que acusan a Eduardo Sarmiento y MVC de desconocer sus derechos laborales. Lina present¨® su renuncia y demand¨® a MVC.
Ang¨¦lica Valencia, su abogada y miembro de la Red Jur¨ªdica Feminista, se?ala que el derecho a la dignidad de Lina fue vulnerado. Agrega que, a pesar de que el estudio le hizo firmar un contrato de mandato para intentar evadir responsabilidades a futuro, hab¨ªa una relaci¨®n laboral. ¡°Aunque las modelos webcam tienen un margen de autonom¨ªa porque deciden qu¨¦ hacen para satisfacer las peticiones de sus clientes y tienen flexibilidad en el horario, para la mayor¨ªa de estas personas, y en el caso concreto de Lina, esto no pas¨®. Si incumpl¨ªa un horario, corr¨ªa el riesgo de que no le pagaran o la multaran, condiciones que no estaban en el contrato de mandato que firm¨®. Hab¨ªa subordinaci¨®n porque recib¨ªa ¨®rdenes y deb¨ªa cumplirlas. Los elementos de trabajo y las habitaciones los otorgaban los due?os de estos estudios¡±, recalca.
EL PA?S contact¨® a Fencea, que envi¨® una respuesta a trav¨¦s de su equipo de comunicaciones. El gremio niega conocer el caso y manifesta que en las pr¨®ximas semanas llevar¨¢ a cabo su asamblea de asociados, en la que iniciar¨¢ el respectivo proceso de investigaci¨®n. Por su parte, Eduardo Sarmiento, socio de Digitech y MVC, explica que no est¨¢ dando entrevistas a los medios por ¡°la ausencia de regulaci¨®n y al oportunismo de muchas personas para afirmar realidades que no est¨¢n sustentadas¡±, y Ra¨²l Ardila no contesta llamadas ni mensajes.
La discusi¨®n sobre el modelaje webcam y los derechos de sus trabajadores no es novedoso ni marginal. En el Congreso cursa un proyecto de ley, apoyado por la bancada de Gobierno, para regular este oficio y dotar a Fencea con la capacidad de inspeccionar, vigilar y controlar a los estudios. Cifras de la Latin American Adult Business Exposition (Lalexpo) indican que en el pa¨ªs hay m¨¢s de 5.000 estudios, que emplean a 150.000 personas, entre modelos y personal administrativo, y mueven alrededor de 600.000 millones de d¨®lares al a?o.
Lina opt¨® por conciliar la demanda que instaur¨®. ¡°Prefer¨ª que me dieran algo de dinero, en vez de alargar esto. Decid¨ª contar mi experiencia¡±. Hoy se desempe?a en otro estudio webcam, administrado por una amiga, y reconoce que ha recibido apoyo y expresiones de solidaridad de otras modelos. A ellas las invita a dar un paso adelante y denunciar cualquier abuso. ¡°Los estudios tienen miedo de que las chicas no callen m¨¢s¡±, advierte.
*Nombre cambiado para preservar la intimidad.
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