Estigmas sin fronteras: as¨ª viven las mujeres sus reglas en otros pa¨ªses
Las mujeres son expulsadas de sus casas durante la menstruaci¨®n en zonas de Nepal
El mundo est¨¢ plagado de mitos que estigmatizan la menstruaci¨®n y que dificultan la vida de las mujeres y de las ni?as. ¡°En India es habitual que las mujeres no puedan entrar en la cocina o comer con la familia durante su menstruaci¨®n, por ejemplo, debido a la creencia de que una mujer con la regla puede agriar la comida¡±, explica Ina Jurga, de la organizaci¨®n especializada Wash United. En muchos lugares, las mujeres con regla tampoco pueden entrar en los templos religiosos.
"El resultado de esos tab¨²es y del silencio se traduce en una falta de conocimiento que no siempre es f¨¢cil de combatir", lamenta Jurga. En India, por ejemplo, el 50% de las ni?as desconoc¨ªa qu¨¦ era la regla cuando les lleg¨® por primera vez.
A estas complicaciones, ya de por s¨ª graves, en los pa¨ªses econ¨®micamente menos desarrollados se suman los problemas econ¨®micos para acceder a compresas desechables o tampones (si es que estos ¨²ltimos est¨¢n disponibles), seg¨²n explica Jurga. "Son demasiado caros", cuenta la experta, "y las adolescentes y las ni?as tampoco disponen de las instalaciones sanitarias m¨¢s b¨¢sicas en las escuelas. Esto provoca que tengan que quedarse en casa si tienen la regla".
En los pa¨ªses m¨¢s desarrollados, por su parte, se est¨¢n empezando a dejar atr¨¢s los tab¨²es, el silencio y la verg¨¹enza que rodean la regla. Cada vez se habla m¨¢s abiertamente. En Reino Unido, por ejemplo, una intensa campa?a p¨²blica coloc¨® la menstruaci¨®n en el debate pol¨ªtico cuando cientos de mujeres salieron a la calle con pancartas y compresas simuladas para reclamar que se dejen de tasar estos productos de higiene (la llamada tampon tax, el impuesto m¨¢s machista).
A continuaci¨®n, hacemos un viaje por seis pa¨ªses para saber c¨®mo conviven con la menstruaci¨®n.
Nepal. 'La regla en el cobertizo para los animales'.
Miles de mujeres y ni?as son expulsadas de sus casas cada mes por tener la regla. Son relegadas al campo, al patio o a los cobertizos destinados a los animales. Es el chaupadi ¡ªel aislamiento para menstruar¡ª, una practica hind¨² que las obliga a abandonar el hogar y que es habitual en algunas comunidades del oeste de Nepal. Creen que si no alejan a las mujeres con la regla, el pueblo y la comunidad sufrir¨¢ una desgracia.
El Parlamento de Nepal ha tipificado este a?o como delito el aislamiento del chaupadi, que, pese a que la justicia nepal¨ª lo prohibi¨® en 2005, a¨²n segu¨ªa d¨¢ndose. Quien obligue a practicarlo puede ser castigado con una multa y pena de c¨¢rcel de hasta tres meses. Seg¨²n el chaupadi, adem¨¢s, las mujeres tienen vetado tocar a los hombres o siquiera compartir su espacio. Tampoco pueden consumir l¨¢cteos. La superstici¨®n afirma que se cortar¨ªan con su solo contacto.
El aislamiento y la discriminaci¨®n ha llevado a algunas mujeres hasta la muerte. En julio, una adolescente de 19 a?os de Dailek falleci¨® tras ser mordida por una serpiente cuando estaba en el cobertizo para animales de su familia. Ten¨ªa la regla y se hab¨ªa visto obligada a pasar all¨ª esos d¨ªas. El a?o pasado, otra mujer falleci¨® asfixiada porque la ausencia de ventilaci¨®n en la caseta a la que hab¨ªa sido desterrada.
Jap¨®n. Desequilibrio menstrual para preparar sushi
La pr¨¢ctica totalidad de los chefs de sushi son hombres. A la tradicional sociedad patriarcal y la pervivencia de los roles de g¨¦nero se suma en Jap¨®n una superstici¨®n relacionada con la regla. Son muchos los que todav¨ªa creen que la menstruaci¨®n ¡ªenorme tab¨² tambi¨¦n en el pa¨ªs asi¨¢tico¡ª influye en la preparaci¨®n de alimentos.
El reputado chef Yoshikazu Ono, hijo y hermano de cocineros, lo explic¨® as¨ª en 2011 en una entrevista en The Wall Street Journal: "Ser profesional significa tener un sabor constante en la comida, pero debido al ciclo menstrual, las mujeres tienen un desequilibrio en su gusto, y es por eso que las mujeres no pueden ser sushi chefs". No es el ¨²nico mito que mantiene a las mujeres alejadas de la profesi¨®n de itamae (chef de sushi): la creencia popular dice que las mujeres tienen las manos demasiado calientes. Por suerte, cada vez son m¨¢s las mujeres que desaf¨ªan estas creencias y se dedican a la cocina.
Jap¨®n, curiosamente, es uno de los pocos pa¨ªses que dispone de un permiso laboral por tener la menstruaci¨®n. Se implant¨® en 1947, pero apenas se utiliza. Las japonesas afirman que usarlo las estigmatiza y empeora su posici¨®n en la empresa. Algunas ni siquiera saben que tienen ese derecho. En Corea del Sur existe un derecho similar que permite tomar un d¨ªa libre, aunque las mujeres tampoco se sienten c¨®modas a la hora de solicitarlo a la direcci¨®n, en un porcentaje alt¨ªsimo compuesta por hombres.
Malawi. La regla es top secret
En Malawi las madres y los padres no hablan a sus hijos sobre la regla. Menstruar es all¨ª top secret. Son las t¨ªas quienes, en todo caso, explican a las ni?as c¨®mo hacer compresas caseras, las instruyen para no hablar de la regla en p¨²blico y no acercarse a los chicos, seg¨²n cuenta Unicef. En Malawi, como en muchos lugares de ?frica y Asia, las mujeres y ni?as suelen usar compresas caseras, elaboradas con tela, ropas viejas o incluso hojas, debido al alto precio de las almohadillas industriales ¡ªalrededor de un euro por paquete, lo que las convierte en un producto de lujo en una de las econom¨ªas m¨¢s pobres del mundo¡ª y a que no es tan f¨¢cil conseguirlas.
En los ¨²ltimos tiempos, sin embargo, han empezado a surgir grupos con trabajadoras sanitarias que, como si fuera una actividad extraescolar m¨¢s, ense?an a las ni?as a hacer compresas caseras adecuadas y a mantener una correcta higiene reproductiva. As¨ª, poco a poco, se van rompiendo los da?inos tab¨²es, explica la Agencia de Poblaci¨®n y Desarrollo (Unfpa). Patricia Chabuka, profesora en una escuela del distrito de Salima, explica que ense?an a las ni?as a utilizar las m¨¢quinas de coser para elaborar las almohadillas sanitarias m¨¢s adecuadas. Tambi¨¦n las animan a no faltar a clase cuando tienen la regla.
Ghana. Sin ir a la escuela por tener la regla
En Ghana y otros muchos pa¨ªses africanos y asi¨¢ticos la falta de ba?os adecuados en las escuelas ¡ªy en algunos centros de trabajo¡ª, as¨ª como el alto precio de las almohadillas desechables, obliga a las ni?as a quedarse en casa cuando tienen la regla. Seg¨²n Unicef, s¨®lo el 23% de las escuelas en Ghana tiene una red de ba?os adecuada. Y lo mismo ocurre en Kenia, donde las compresas desechables, como en Malawi, son un producto prohibitivo. Un estudio de la Universidad de Duke estima que las ni?as pierden en Kenia una media de tres d¨ªas de clase por tener la regla, lo que se traduce en un perjuicio para su futuro y muchas veces termina por conducir al abandono escolar. En Ghana, Kenia y otros pa¨ªses, organizaciones como Femme International tienen programas para repartir copas menstruales, m¨¢s accesibles econ¨®micamente y m¨¢s sencillas de utilizar.
Afganist¨¢n. "No te duches con la regla"
En muchas zonas de Afganist¨¢n se cree que lavarse la zona vaginal durante la menstruaci¨®n puede causar infertilidad. Este mito, sumado a las dificultades para permitirse compresas y a la ausencia de materiales adecuados para elaborar almohadillas sanitarias en casa, genera importantes problemas de salud reproductiva, seg¨²n alerta la Unfpa. En este pa¨ªs, como en muchos otros, la menstruaci¨®n es un secreto vergonzoso, lo que agrava a¨²n m¨¢s el problema de las ni?as y adolescentes que acaban de empezar con la regla y que no saben c¨®mo desenvolverse.
Un informe de Unicef y el Ministerio de Educaci¨®n afgano se?ala que m¨¢s del 70% de las adolescentes afganas no se ducha cuando menstr¨²a y alrededor del 50% no sab¨ªa qu¨¦ era la regla antes de tenerla por primera vez. "Las chicas no son capaces de tener la regla con dignidad, privacidad y seguridad", dice el informe, que cuenta, por ejemplo, que las adolescentes ni siquiera son capaces de vencer el tab¨² para pedir medicamentos contra el dolor menstrual.
Bolivia. Prohibido mezclar las compresas con otra basura
Una creencia popular en algunas regiones de la Bolivia rural dicta que la sangre menstrual no puede mezclarse con otros residuos. Si se hace, puede provocar enfermedades o incluso c¨¢ncer a toda la comunidad. Es por eso, cuenta Unicef, que ha dedicado un proyecto especial al problema, que muchas ni?as se guardan las almohadillas sanitarias durante todo el d¨ªa en sus bolsos para tirarlas cuando llegan a casa. A pesar de los programas especializados, la falta de dispositivos especiales para dejar las compresas usadas hace que esta costumbre sea muy dif¨ªcil de erradicar. Es por esto, y tambi¨¦n porque la regla todav¨ªa est¨¢ rodeada de un halo de verg¨¹enza, que, en muchas ocasiones, se autoexcluyen de la escuela cuando est¨¢n menstruando