La salud, el obst¨¢culo repetido de Petro
Es probable que la C¨¢mara de Representantes apruebe la reforma a la salud antes de Navidad. Pero ser¨¢ a costa de los nulos avances de otros proyectos, sin construir mayores consensos y con el pendiente de que el Senado le d¨¦ el visto bueno entre marzo y junio de 2024
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Reformar el sistema sanitario, o de salud, de un pa¨ªs, es una tarea tit¨¢nica. No solo porque afecta a toda la poblaci¨®n o porque es una parte sustancial de la econom¨ªa (en Colombia fue del 6,14% del PIB en 2022, tres veces el de la miner¨ªa), sino porque detr¨¢s del esquema que se elija est¨¢ una visi¨®n completa de la sociedad. El tama?o del Estado, el grado de solidaridad, la relaci¨®n ent...
Esta es la versi¨®n web de la newsletter semanal de EL PA?S sobre Colombia. Si quieren suscribirse, pueden hacerlo en este enlace.
Reformar el sistema sanitario, o de salud, de un pa¨ªs, es una tarea tit¨¢nica. No solo porque afecta a toda la poblaci¨®n o porque es una parte sustancial de la econom¨ªa (en Colombia fue del 6,14% del PIB en 2022, tres veces el de la miner¨ªa), sino porque detr¨¢s del esquema que se elija est¨¢ una visi¨®n completa de la sociedad. El tama?o del Estado, el grado de solidaridad, la relaci¨®n entre grandes conglomerados econ¨®micos, todo pasa por all¨ª. Es en la ambiciosa meta de cambiarlo, a trav¨¦s de la sonada reforma a la salud, que el Gobierno de Gustavo Petro ha encallado. El tortuoso paso del proyecto de ley, que lleva m¨¢s de medio a?o avanzando a cuentagotas en la C¨¢mara de Representantes, ha revelado las dificultades del Ejecutivo en lograr la gobernabilidad legislativa, en construir consensos y en crear narrativas que permitan avanzar a partir de logros del pasado.
El Gobierno ha presentado su reforma a la salud como un todo o nada. El eje del debate ha sido su visi¨®n de eliminar o reducir radicalmente la funci¨®n de las entidades promotoras de salud (EPS), las compa?¨ªas p¨²blicas o privadas a las que se deben afiliar los ciudadanos para que ellas contraten a quienes les prestan los servicios de salud. Esa estructura, creada hace 30 a?os, logr¨® que la cobertura del sistema se disparara del 30% al 99% de los habitantes. Pero el sistema tiene dificultades. No logra atender las demandas de salud, decenas de EPS se han quebrado ¡ª algunas por corrupci¨®n ¡ª, y lo aqueja un d¨¦ficit permanente de fondos. Por ello, hay consenso en la necesidad de hacer ajustes. El debate es cu¨¢les.
La propuesta del Gobierno es parte de una ambici¨®n mayor: reformar todo el sistema laboral y de seguridad social. Para ello ha presentado tambi¨¦n un proyecto que ajusta las reglas laborales, buscando una mayor remuneraci¨®n para los trabajadores formales, y otro que reforma el sistema pensional. A pesar de que la laboral es la que m¨¢s habla a la izquierda tradicional y la pensional es la que produce un mayor consenso, el Gobierno ha priorizado la de la salud. Eso pese a que es tan divisiva que produjo un remez¨®n ministerial en marzo y la ruptura de una coalici¨®n legislativa que le daba las mayor¨ªas al oficialismo. Produjo una debilidad en la gobernabilidad de la que no se ha recuperado y en la que Petro ha mostrado m¨¢s testarudez que flexibilidad.
Las ¨²ltimas semanas la apuesta solo ha crecido. Tras el par¨®n legislativo por las elecciones regionales del 29 de octubre, en las que los congresistas se enfocaron en hacer campa?a en sus regiones, la reforma a la salud regres¨® a la primera plana. La plenaria de la C¨¢mara avanza a paso muy lento en su discusi¨®n y, a cuatro semanas del final de las sesiones de este a?o, el destino del proyecto es un interrogante.
Aunque el Gobierno tiene en teor¨ªa una mayor¨ªa muy estrecha que la permitir¨ªa sacar adelante su proyecto, la ausencia de congresistas ha dejado el cu¨®rum, esa cifra m¨¢gica que permite que se hagan los debates en las votaciones, en manos de la oposici¨®n.
Los congresistas uribistas, de Cambio Radical y conservadores han denunciado falta de garant¨ªas y se han salido del recinto, impidiendo que el debate llegue a los art¨ªculos m¨¢s pol¨¦micos y delicados. La Superintendencia de Salud ha difundido datos inexactos que dejan mal paradas a las EPS, lo que las deslegitima. El Gobierno avanza con un plan paralelo para hacer cambios al sistema v¨ªa decreto, restando poder y funciones a las EPS. Incluso propone un caf¨¦ al expresidente ?lvaro Uribe, figura visible de la oposici¨®n, para intentar que se reduzcan las cr¨ªticas.
El presidente ha reivindicado una y otra vez su reforma, por lo que es probable que logre que la C¨¢mara de Representantes lo aprueba antes de Navidad. Pero, si eso ocurre, ser¨¢ a costa de los nulos avances de sus otros proyectos, sin construir mayores consensos y con el pendiente de que el Senado lo apruebe entre marzo y junio de 2024, so pena de que se hunda el proyecto. En la c¨¢mara alta las mayor¨ªas oficialistas son menos claras. La salud seguir¨¢ en el centro del debate, la soluci¨®n lejos, y, mientras tanto, la falta de recursos en todo el sistema afecta m¨¢s a los m¨¢s pobres y enfermos.
Otras historias
Y, como siempre, antes de despedirme les comparto unos cuantos art¨ªculos para que est¨¦n al d¨ªa de lo ¨²ltimo que hemos publicado:
- Primero, un perfil a fondo del presidente Petro, hecho por In¨¦s Santaeulalia y Juan Diego Quesada. El presidente ensimismado muestra un mandatario afincado en sus visiones y convicciones m¨¢s b¨¢sicas, con poca interlocuci¨®n con otros, a pesar de su discurso sobre un acuerdo nacional que no ha concretado.
- Tras el secuestro y la libertad de Luis Manuel D¨ªaz, padre del futbolista, Santiago Torrado recuerda por qu¨¦ ese delito es un gran trauma nacional.
- Luego, Daniela D¨ªaz convers¨® con Armel Caracas, el primer alcalde electo del partido Comunes, que surgi¨® de las extintas FARC tras la firma del Acuerdo de Paz de 2016.
- Camilo S¨¢nchez relata los cambios en el negocio de la coca. La irrupci¨®n de jugadores extranjeros, de drogas sint¨¦ticas y de posibilidades de cultivar y procesar fuera del pa¨ªs, han afectado especialmente al eslab¨®n m¨¢s d¨¦bil, los campesinos.
- Diana L¨®pez cuenta una historia que trae esperanza entre la tristeza: una iglesia cristiana en C¨²cuta, en la frontera con Venezuela, ayuda a migrantes a cumplir su sue?o de tener una fiesta de quince a?os.
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