La Corte Constitucional da un espaldarazo a los derechos menstruales al reconocer a la endometriosis como una enfermedad incapacitante
El tribunal atiende las peticiones de quienes padecen esa patolog¨ªa, que es muy poco tratada y ocasiona dolores intensos y dificultades para embarazarse
Con frialdad, como sin anestesia, Luz Marina Araque se enter¨® a los 17 a?os de que ten¨ªa endometriosis. ¡°No va a poder tener hijos. Usted tiene una enfermedad cr¨®nica que no tiene cura¡±, le dijo el m¨¦dico, a quien hab¨ªa acudido porque mes a mes, durante la menstruaci¨®n, viv¨ªa un infierno por cuenta de un dolor tan intenso que a veces la hac¨ªa vomitar. El sangrado era incontenible y terminaba pasando varios d¨ªas en cama. Se...
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Con frialdad, como sin anestesia, Luz Marina Araque se enter¨® a los 17 a?os de que ten¨ªa endometriosis. ¡°No va a poder tener hijos. Usted tiene una enfermedad cr¨®nica que no tiene cura¡±, le dijo el m¨¦dico, a quien hab¨ªa acudido porque mes a mes, durante la menstruaci¨®n, viv¨ªa un infierno por cuenta de un dolor tan intenso que a veces la hac¨ªa vomitar. El sangrado era incontenible y terminaba pasando varios d¨ªas en cama. Seg¨²n datos de la Asociaci¨®n Mundial de Endometriosis, en todo el planeta 176 millones de mujeres padecen esa enfermedad. En Colombia, se calcula que unas 3,5 millones viven con la patolog¨ªa, que ha sido motivo de una sentencia de la Corte Constitucional que puede cambiar la vida de quienes la tienen: la endometriosis, dice el tribunal, puede ser ¡°incapacitante¡± y afectar al desempe?o laboral.
La Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS) explica que la endometriosis es una enfermedad que ocasiona el crecimiento de un tejido similar a una mucosa en la parte exterior del ¨²tero, y que puede causar un dolor muy intenso y dificultades para conseguir un embarazo. Puede aparecer desde la primera menstruaci¨®n y hasta la menopausia. Entre sus s¨ªntomas habituales se cuentan, adem¨¢s, hemorragias muy intensas durante o entre las menstruaciones, gases, n¨¢useas, cansancio, depresi¨®n y ansiedad. Es una enfermedad de dif¨ªcil tratamiento, muy poco estudiada y, en ocasiones, motivo de estigmatizaci¨®n.
Un caso similar al de Araque vivi¨® Mariana White, de 28 a?os, que empez¨® con los s¨ªntomas a los 13. Su primera menstruaci¨®n le anunci¨® lo que vivir¨ªa en adelante: un sangrado que pod¨ªa durar semanas y, luego, desaparecer por varios meses. Le dieron muchos diagn¨®sticos, y algunos m¨¦dicos incluso le recetaron anticonceptivos hormonales cuando no hab¨ªa cumplido todav¨ªa 15 a?os. M¨¢s de una d¨¦cada despu¨¦s de convivir con la endometriosis, siente que ya ha prendido a lidiar con ella, pero reconoce que no ha sido f¨¢cil. Tanto Araque como White han probado muchos tipos de medicina, remedios naturales, segu¨ªan recomendaciones. Araque, incluso, busc¨® soluciones fuera de Colombia. En el exterior logr¨® lo que los m¨¦dicos de su pa¨ªs hab¨ªan descartado para ella: quedar embarazada.
Araque fund¨® hace 12 a?os la Asociaci¨®n Colombiana de Endometriosis e Infertilidad (Asocoen), que busca dar apoyo a las mujeres que padecen la enfermedad. Se enfoca en hacer labores educativas y concienciar a las pacientes a trav¨¦s de programas sobre salud menstrual en comunidades vulnerables. Hoy en d¨ªa tiene el apoyo de una red de especialistas y trabaja en ocho ciudades del pa¨ªs con al menos 400 afiliadas. Araque explica que el principal motivo para fundar la asociaci¨®n fue el deseo de evitar a muchas mujeres enfrentarse a los obst¨¢culos que ella encontr¨® en el sistema m¨¦dico: ¡°Reci¨¦n me enter¨¦, tuve que iniciar un tratamiento muy agresivo. Varias cirug¨ªas. Me afect¨® no solo a nivel f¨ªsico por el dolor incapacitante, sino tambi¨¦n en mi salud mental. Por eso decid¨ª formarme en el tema y luego naci¨® la asociaci¨®n¡±, cuenta.
Una enfermedad cr¨®nica
El ginec¨®logo Anderson P¨¦rez, especializado en endometriosis, explica que la diversidad de s¨ªntomas de la enfermedad constituye una barrera para detectarla. A pesar de que el panorama para quienes la padecen ha mejorado en los ¨²ltimos a?os, reconoce que en el pa¨ªs todav¨ªa no hay suficientes doctores especializados en ella y que la literatura m¨¦dica que la aborda no es bastante. Seg¨²n P¨¦rez, una de cada diez mujeres en edad reproductiva en el mundo puede padecer endometriosis, y que en ocasiones pueden pasar hasta por siete m¨¦dicos diferentes antes de conseguir un diagn¨®stico acertado.
Todas las complicaciones que trae consigo la endometriosis hacen que la reciente sentencia emitida por la Corte Constitucional sea tan significativa. Porque, adem¨¢s, da un impulso a la puesta en marcha de la ley de endometriosis, sancionada este a?o, que busca crear pol¨ªticas p¨²blicas para la protecci¨®n de los derechos menstruales en toda Colombia. Con esas dos decisiones, el pa¨ªs se une a Argentina y Panam¨¢ en el todav¨ªa peque?o grupo de pa¨ªses de Am¨¦rica Latina que tienen legislaci¨®n sobre esa enfermedad.
Ambas decisiones judiciales tardaron a?os en tomar fuerza, pese a que los activistas por los derechos menstruales promovieron por mucho tiempo proyectos de ley en el Congreso. El exsenador Mauricio Toro, coautor del articulado de la ley, dijo en su momento, a modo de cr¨ªtica: ¡°Esta es una enfermedad hu¨¦rfana, porque el Estado no le ha dado la importancia que merece, son millones de mujeres y personas menstruantes quienes la sufren, por lo que deber¨ªa ser una de las enfermedades m¨¢s prioritarias del sistema de salud, pero el desconocimiento es su peor enemigo¡¯¡¯.
El fallo de la Corte Constitucional tiene un impacto particular, puesto que abre la puerta para implementar un enfoque de g¨¦nero en los derechos laborales de quienes sufren la enfermedad. As¨ª lo indica la sentencia del tribunal, que surge tras estudiar el caso de una trabajadora que fue despedida por pedir vacaciones no remuneradas para recuperarse de tres operaciones a las que tuvo que someterse como consecuencia de la enfermedad. ¡°La endometriosis es una condici¨®n que no suele ser investigada y atendida apropiadamente, que, adem¨¢s, s¨ª puede ser una enfermedad grave que afecte la capacidad para trabajar¡±, se lee en la sentencia.
Casos como el de la trabajadora que motiv¨® la sentencia se escuchan todos los d¨ªas en Asocoen. Araque explica: ¡°Hay muchas pacientes que llevan 10 a?os con dolor, con s¨ªntomas, y les han dicho que eso es normal. Nunca les han hecho una ecograf¨ªa y solo toman pastillas anticonceptivas, pero sienten que algo no est¨¢ bien con su cuerpo¡±. La Corte Constitucional, adem¨¢s, aclar¨® que quienes sufran s¨ªntomas graves derivados de la endometriosis podr¨¢n ser objeto de estabilidad reforzada, es decir, no podr¨¢n ser despedidas por razones de salud. Por eso orden¨® al Ministerio de Trabajo formular una pol¨ªtica p¨²blica para que esa informaci¨®n sea incluida ¡°en la formaci¨®n y divulgaci¨®n con perspectiva de g¨¦nero sobre el impacto diferenciado de las enfermedades en hombres, mujeres y personas no binarias¡±.
Veintisiete a?os despu¨¦s de recibir el diagn¨®stico de endometriosis, Araque cree que a¨²n faltan muchos avances para mejorar la vida de quienes padecen la enfermedad. Considera que problemas como la invisibilizaci¨®n, la violencia ginecol¨®gica y las consecuencias en la salud mental son asuntos que quedan por abordar y resolver. El testimonio de White lo confirma: seg¨²n relata, en las varias ocasiones en que el dolor la oblig¨® a ir al hospital, los m¨¦dicos la acusaban de exagerar o minimizaban su condici¨®n, aduciendo que ten¨ªa el umbral del dolor muy bajo. Esos maltratos, aparte de empeorar su estado, hac¨ªan mella en su salud mental.
Araque y White creen que la lucha persistente para defender los derechos menstruales es lo que ha logrado que la Corte y el Congreso se hayan detenido a observar su situaci¨®n. P¨¦rez, por su parte, espera que tanto las sentencias como las leyes se traduzcan en hechos tangibles que impacten la vida de sus pacientes. Todav¨ªa hay un trecho largo para crear conciencia en los m¨¦dicos y para que quienes padecen endometriosis se empoderen de su condici¨®n. ¡°Yo recomiendo que, si encuentran un obst¨¢culo, pidan otra opini¨®n. Si el m¨¦dico al que est¨¢n acudiendo no les menciona opciones, sigan buscando. Las pacientes pueden ser quienes exijan tratamientos integrales y atenci¨®n eficaz¡±, dice. Y agrega que, a pesar de que las menstruaciones tortuosas se han normalizado, hay algo que debe estar claro: las mujeres no tienen por qu¨¦ acostumbrarse a vivir con dolor.
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