Juanita Goebertus: ¡°No creo que la decisi¨®n de reconocer un conflicto armado en Ecuador sea la soluci¨®n¡±
La directora para Am¨¦rica de Human Rights Watch alerta sobre el deterioro de la democracia y el surgimiento de todo tipo de autoritarismos en la regi¨®n
La colombiana Juanita Goebertus (Bogot¨¢, 40 a?os) no se anda con rodeos: 2023 fue un mal a?o para la democracia en Am¨¦rica Latina. Las distintas din¨¢micas para restringir el derecho al voto y la participaci¨®n pol¨ªtica comenzaron muy temprano, desde los primeros d¨ªas de enero, con al asalto bolsonarista al Congreso en Brasil, y despu¨¦s se propagaron a otros pa¨ªses como Guatemala, donde ...
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La colombiana Juanita Goebertus (Bogot¨¢, 40 a?os) no se anda con rodeos: 2023 fue un mal a?o para la democracia en Am¨¦rica Latina. Las distintas din¨¢micas para restringir el derecho al voto y la participaci¨®n pol¨ªtica comenzaron muy temprano, desde los primeros d¨ªas de enero, con al asalto bolsonarista al Congreso en Brasil, y despu¨¦s se propagaron a otros pa¨ªses como Guatemala, donde Bernardo Ar¨¦valo se posesiona este domingo a pesar de innumerables obst¨¢culos, o Ecuador, donde fue asesinado un candidato presidencial y el crimen organizado tiene en jaque al naciente Gobierno de Daniel Noboa. ¡°Ha sido un a?o en donde hemos visto surgir y fortalecerse distintos tipos de autoritarismo¡±, advierte por videollamada la directora de la divisi¨®n para Am¨¦rica de Human Rights Watch, que este jueves presenta su Informe Mundial anual.
Pregunta. ?Les sorprendi¨® la crisis de seguridad que acaba de estallar en Ecuador?
Respuesta. Tristemente, la crisis en Ecuador no nos sorprende. Hemos visto la expansi¨®n del crimen organizado en el pa¨ªs, que ha triplicado la tasa de homicidios en los ¨²ltimos a?os. La situaci¨®n que est¨¢n sufriendo los ecuatorianos a manos de estas bandas criminales es dram¨¢tica y exige respuestas efectivas para proteger a la poblaci¨®n. Lamentablemente, no creo que la decisi¨®n de reconocer un conflicto armado en el pa¨ªs sea la soluci¨®n. Reconocer un conflicto armado siempre debe ser una decisi¨®n t¨¦cnica basada en un an¨¢lisis riguroso de los hechos y del derecho internacional. En cambio, el decreto que ha aprobado el presidente [Daniel Noboa] carece de solidez jur¨ªdica y al autorizar el uso de la fuerza letal como primera opci¨®n abre la puerta a graves abusos cometidos con impunidad. Lo que necesita Ecuador para enfrentar el crimen organizado son m¨¢s y mejores fiscales y jueces que puedan investigar de manera efectiva a estas bandas y atacar el lavado de activos y la corrupci¨®n que les permite operar en el pa¨ªs.
P. En un sentido m¨¢s panor¨¢mico, ?percibe un deterioro de la democracia en la regi¨®n?
R. Sin duda, 2023 no fue un buen a?o ni para los derechos humanos ni para el Estado de derecho en Am¨¦rica Latina. Vimos distintas din¨¢micas de restricci¨®n del derecho al voto y la participaci¨®n pol¨ªtica desde comienzos del a?o en Brasil, con la toma del Capitolio por parte de los bolsonaristas, pasando por Guatemala con tres candidatos presidenciales inhabilitados y luego los ataques sucesivos desde el Ministerio P¨²blico de Consuelo Porras para evitar que Bernardo Ar¨¦valo tomara posesi¨®n. Tambi¨¦n Ecuador, con un candidato presidencial asesinado, y Per¨², con ataques desde el Congreso al Jurado Nacional Electoral. Ha sido un a?o en donde hemos visto surgir y fortalecerse distintos tipos de autoritarismo, tanto en los ejecutivos como en extra?as alianzas desde congresos y ministerios p¨²blicos o fiscal¨ªas.
P. ?Les preocupa alg¨²n pa¨ªs en particular en este 2024?
R. Tenemos varias elecciones, vamos a monitorear de cerca al menos tres. Nos preocupa El Salvador, donde el presidente [Nayib] Bukele ha usado su popularidad como resultado de la lucha contra las pandillas para erosionar el Estado de derecho, reducir la separaci¨®n de poderes y pr¨¢cticamente eliminar cualquier control a su ejercicio de poder. Tendremos elecciones en M¨¦xico, donde la situaci¨®n de seguridad es muy preocupante. Y tendremos elecciones tambi¨¦n en Venezuela; si el proceso de habilitaci¨®n de Mar¨ªa Corina Machado, que ha sido elegida como la candidata a la oposici¨®n, no se consolida de manera definitiva, todo el proceso de negociaci¨®n se afectar¨ªa gravemente en su legitimidad.
P. En Argentina, Javier Milei ha hecho declaraciones preocupantes en relaci¨®n con los derechos humanos, amenaza con reprimir las protestas y saltarse al Congreso.
R. Lo primero es entender c¨®mo llegamos ac¨¢. Argentina est¨¢ sumida en una crisis econ¨®mica, pero eso ha opacado una crisis institucional m¨¢s profunda. Toda la Corte Suprema en juicio pol¨ªtico ante el Congreso; defensor del Pueblo y fiscal sin nombrar por a?os, por imposibilidad del Congreso de ponerse de acuerdo. Son fen¨®menos que en otros pa¨ªses de la regi¨®n no habr¨ªan pasado de agache. En ese escenario gana ¨Ccon una inmensa popularidad¨C el presidente Milei, que ha hecho una serie de anuncios muy preocupantes de ataque a los derechos sexuales y reproductivos, al derecho a la protesta pac¨ªfica y de desconocer las grav¨ªsimas violaciones de derechos humanos cometidas en la ¨²ltima dictadura en Argentina.
P. ?La pol¨ªtica de la Administraci¨®n de Joe Biden hacia Am¨¦rica Latina ha sido la adecuada en esta coyuntura?
R. Am¨¦rica Latina hace mucho que solo es prioritaria para Estados Unidos por temas de migraci¨®n o de drogas. A pesar de que la Administraci¨®n Biden tiene un mayor compromiso que Trump con los derechos humanos, con el Estado de derecho, en estos temas hemos visto pocos cambios. En materia migratoria recientemente publicamos un informe sobre el Dari¨¦n, m¨¢s de medio mill¨®n de personas cruzan anualmente por este peligroso trayecto. Hemos documentado desapariciones forzadas, casos de violencia sexual, homicidios¡ La administraci¨®n Biden parece m¨¢s sumida en sus propios problemas dom¨¦sticos de cara a la disputa entre republicanos y dem¨®cratas que a buscar fortalecer el Estado derecho y los derechos humanos en Am¨¦rica Latina.
P. All¨ª tambi¨¦n hay presidenciales este a?o. ?Qu¨¦ implicaciones tendr¨ªa un regreso de Donald Trump para la regi¨®n?
R. Ser¨ªa lamentable. Lo que hemos visto es que luego de que el expresidente Trump busc¨® desconocer resultados electorales en Estados Unidos gener¨® un fen¨®meno de copia en Am¨¦rica Latina. Primero, de los bolsonaristas en Brasil. A partir de all¨ª, un ataque sin verg¨¹enza a las instituciones en Guatemala, en Per¨². El trumpismo abri¨® la puerta para este tipo de populistas de talante autoritario en Am¨¦rica Latina y le rest¨® autoridad moral a Estados Unidos.
P. La posesi¨®n de Bernardo Ar¨¦valo en Guatemala es este domingo. ?Temen un intento de golpe de Estado o una ¨²ltima arremetida contra el presidente electo?
R. Vamos a estar vigilantes hasta el ¨²ltimo segundo. Guatemala nos ha demostrado que cada d¨ªa hay una posibilidad de sorpresa y un nuevo intento desde el Ministerio P¨²blico liderado por Consuelo Porras de intentar desconocer los resultados electorales, de violar el derecho al voto y a la participaci¨®n. Ha habido no solo un intento de golpe sino una erosi¨®n profunda de las instituciones. Seguiremos muy atentos una vez Ar¨¦valo pueda tomar posesi¨®n, para que tenga la posibilidad de gobernar en funci¨®n del programa que fue elegido, no s¨®lo con una plataforma de lucha contra la corrupci¨®n y recuperar la seguridad, sino de recuperar la independencia judicial y de las instituciones democr¨¢ticas en Guatemala.
P. ?El camino autoritario de Bukele en El Salvador va camino de convertirse en un modelo para Am¨¦rica Latina?
R. Nos preocupa much¨ªsimo El Salvador, con m¨¢s de 73.000 personas privadas de la libertad en ya casi dos a?os de Estado de emergencia. Hemos documentado entre las personas detenidas no s¨®lo grav¨ªsimas violaciones al debido proceso ¨Caudiencias de m¨¢s de 500 personas sin acceso a abogado, menores de edad juzgados como si fueran adultos¨C sino tambi¨¦n casos muy graves de torturas, muertes en los centros de detenci¨®n, malos tratos graves y degradantes. Nos preocupa el falso dilema en el que Bukele ha metido al pa¨ªs y a la regi¨®n, como si la ciudadan¨ªa tuviera que escoger entre seguridad y derechos humanos. Es un dilema falso. Es posible tener pol¨ªticas de seguridad que sean al mismo tiempo efectivas y protectoras de derechos humanos. Am¨¦rica Latina lo ha hecho en el pasado en distintos momentos de su historia.
P. En M¨¦xico, con toda probabilidad, una mujer se convertir¨¢ en la pr¨®xima presidenta. ?En qu¨¦ deber¨ªa corregir el rumbo de Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador?
R. Bajo L¨®pez Obrador hemos visto al menos tres tipos de fen¨®menos muy graves para el Estado derecho y para los derechos humanos. En primer lugar, el fortalecimiento de las fuerzas militares, no solo al entregarle mucho del control de la seguridad p¨²blica, sino sobre todo y de manera grave, al involucrar a los militares en funciones administrativas absolutamente extra?as a la funcionalidad militar. Poner en marcha una reforma al sector seguridad para garantizar que haya control civil sobre los militares va a ser fundamental. Luego, un segundo fen¨®meno han sido los ataques a la sociedad civil, la forma en la cual AMLO de manera muy personal usa su programa de la ma?anera para atacar periodistas, organizaciones de sociedad civil y estigmatizarlos. Quien sea elegida deber¨ªa preocuparse por el fortalecimiento de la sociedad civil. Y el tercero ha sido un ataque constante a todas las instituciones independientes en M¨¦xico.
P. Aterrizando a Colombia, donde usted ha sido congresista, ha manifestado que le preocupa el deterioro de la seguridad. ?En qu¨¦ se evidencia ese deterioro?
R. Es claro que hay un crecimiento m¨¢s o menos de 16% en masacres, del 70% en secuestro, del 130% en el reclutamiento forzado de menores. M¨¢s all¨¢ de esas cifras, lo que vemos por nuestro trabajo cualitativo a nivel territorial es un sentimiento de abandono en muchas de las comunidades que hist¨®ricamente han sufrido la guerra.
P. ?El deterioro es atribuible a la pol¨ªtica de paz total del Gobierno de Gustavo Petro?
R. La Corte Constitucional ha dicho que la pol¨ªtica de paz, independientemente de cu¨¢l sea, no puede desconocer el deber del Estado de tener una pol¨ªtica de seguridad para garantizar su deber de protecci¨®n y garant¨ªa. Una de las preocupaciones que tenemos frente a la pol¨ªtica de paz total es que no ha ido de la mano de una pol¨ªtica de seguridad efectiva en el territorio. La segunda es cuando la pol¨ªtica de paz implica ceses al fuego que supongan que la fuerza p¨²blica deje de actuar frente a grupos violentos. Eso es posible, Colombia lo ha hecho en distintos momentos, pero funciona si tiene reglas claras, un monitoreo imparcial y cre¨ªble, y consecuencias de cara al incumplimiento de esos ceses. Desafortunadamente, durante la Administraci¨®n Petro hemos visto varios ceses al fuego poco claros, traslapados entre ellos.
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