Las mafias ponen en jaque a Ecuador desde las c¨¢rceles
Las bandas gobiernan desde las prisiones sin que el Estado pueda controlarlas
La Penitenciar¨ªa del Litoral y la Regional, que est¨¢n dentro de un mismo complejo penitenciario, son las ca?rceles ma?s pobladas de Ecuador. Se levantan en la costera ciudad de Guayaquil. Entre ambas tienen 10.000 presos, m¨¢s de la cuarta parte de la poblacio?n penitenciaria del pai?s sudamericano. Y aqui? el control lo tienen los detenidos. No solo manejan los 15 pabellones, sino que desde ahi? controlan el narcotra?fico y el crimen organizado en las calles. Ellos deciden a quie?n dejan entrar y a qui¨¦n no. Tienen incluso las llaves de sus celdas. As¨ª han llegado a sembrar el terror en todo el pa¨ªs, como ocurri¨® el martes en una jornada que dej¨® al menos 10 muertos, entre ellos dos polic¨ªas.
Esta?n identificadas siete bandas delictivas que tienen el poder dentro de las ca?rceles. En los tres pabellones de la Regional mandan Los Choneros, que responden a Jos¨¦ Adolfo Mac¨ªas, alias Fito. En la Penitenciar¨ªa, los 12 pabellones est¨¢n divididos para cada banda, identificadas como Chone Killers, ?guilas, Fatales, Latin Kings, Lobos, Tiguerones y la Mafia. Fue aqu¨ª donde se encendi¨® la chispa que deton¨® en la primera masacre carcelaria el 23 de febrero de 2021, cuando fueron decapitados 79 presos. Fue el inicio de una crisis de inseguridad que ha escalado violentamente y que ha puesto en jaque a los ¨²ltimos tres gobiernos, que no han logrado tener el control de lo que ocurre dentro de las c¨¢rceles.
Los cabecillas de los carteles ecuatorianos han puesto contra las cuerdas al novel Gobierno del presidente Daniel Noboa con una ola de atentados que inici¨® el domingo, cuando las autoridades se dieron cuenta de que no estaba Fito, el l¨ªder de Los Choneros. Los motines se dieron en siete c¨¢rceles.
La infraestructura de los pabellones de la Regional permite ver claramente los movimientos de los privados de libertad que suben y bajan por una escalera de madera hasta los techos, hablan por tele?fono e incluso han instalado hamacas donde se mecen. Puede verlos cada persona que pasa por la v¨ªa principal, tambi¨¦n los gu¨ªas penitenciarios que est¨¢n adentro, polic¨ªas y militares que custodian el primer anillo de seguridad a la entrada de las c¨¢rceles. Todo sucede ante la presencia de quienes ¡ªse supone¡ª deber¨ªan tener el control.
¡°Las c¨¢rceles son ciudades donde los presos mandan¡±, reconoce un polic¨ªa que trabaj¨® en esas dos prisiones. ¡°Tienen sus propios negocios. En la Regional, desde que se entra ofrecen venta de pollo asado, hay una carreta de salchipapa, morocho, son negocios para alimentar la estructura que han creado adentro¡±.
La pregunta obvia es c¨®mo ingresan los pollos, la carreta, los cilindros de gas, las armas, municiones, bombas, drogas o el alcohol, que se han incautado en cantidades incalculables. La respuesta es la corrupci¨®n del sistema a cargo del SNAI [Servicio Nacional de Atenci¨®n Integral a Personas Adultas Privadas de la Libertad y a Adolescentes Infractores], la entidad del Gobierno. La Comisi¨®n Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), que visit¨® el pa¨ªs en 2021, se lo dijo al Gobierno de ese entonces en un documento: ¡°Corrupci¨®n sin precedentes dentro de las prisiones, y que responde al abandono del sistema penitenciario por parte del Estado desde hace a?os atr¨¢s, as¨ª como a la ausencia de una pol¨ªtica criminal integral¡±, que han provocado un ¡°autogobierno¡±, que implica que el control intramuros lo ejercen las propias personas detenidas.
La estructura funciona con un l¨ªder por cada pabell¨®n que responde al dirigente m¨¢ximo de la banda. El polic¨ªa que relata a EL PA?S c¨®mo funciona esa red de corrupci¨®n describe ese cargo como el ¡°gerente¡±. ¡°Fito, por ejemplo, que estaba en la Regional, no sab¨ªa necesariamente lo que pasaba en uno de los pabellones de la Penitenciar¨ªa, los l¨ªderes de su banda y de las afines a Los Choneros de cada pabell¨®n le informaban. ?l era algo as¨ª como el gerente de Los Choneros¡±, se?ala.
En cada pabell¨®n, los l¨ªderes cobran por todo. En las celdas, que miden dos por dos metros, pueden vivir desde una persona a 8 o 10, todo depende de cu¨¢nto pueden pagar. ¡°Si quer¨ªan una buena habitaci¨®n, los narcotraficantes llegaban a pagar hasta 1.500 d¨®lares mensuales [unos 1.368 euros]; esa celda ten¨ªa hasta aire acondicionado, y era para ¨¦l y su seguridad¡±. En una celda de dos literas para cuatro personas, cada uno pagaba 300 mensuales. ¡°El que no pagaba, viv¨ªa en el piso¡±. Cada pabell¨®n puede llegar a mover hasta 20.000 d¨®lares mensuales.
De ah¨ª que muchos de los conflictos entre bandas criminales sean ¡°por el control de pabellones y centros penitenciarios, motivados principalmente por ganancias econ¨®micas que pudieran obtener a trav¨¦s de negocios il¨ªcitos¡±, advirti¨® la CIDH en su informe, y esa lucha por el control y poder ocurre tambi¨¦n fuera de las c¨¢rceles.
El modelo de las c¨¢rceles de Guayaquil se replic¨® en las dem¨¢s que est¨¢n distribuidas en distintas provincias del pa¨ªs y bajo el mando de diferentes bandas. Las de Cotopaxi, Quito, Cuenca, Machala, Chimborazo, las que presentaron los ¨²ltimos motines carcelarios, est¨¢n bajo el control de Los Lobos, la banda criminal que intenta conseguir la hegemon¨ªa del crimen organizado dentro y fuera de las prisiones de Ecuador.
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