Las vidas que se trag¨® la tierra en el Choc¨®: ¡°No sabemos cu¨¢nta gente nos falta¡±
Un deslizamiento de tierra sepult¨® el viernes a por lo menos 50 personas. Bomberos, militares, ind¨ªgenas y familiares continuaron este s¨¢bado con la b¨²squeda de desaparecidos y fallecidos, que ya suman 33
James y Herminio Palacio vieron a primera hora del s¨¢bado el colosal derrumbe de tierra que, el d¨ªa anterior, sepult¨® al hermano de ambos y a decenas de otras personas en la v¨ªa Quibd¨®-Medell¨ªn, a la altura de El Carmen de Atrato (Choc¨®). Arribaron al sitio con la intuici¨®n de que Pedro Leonel Palacio pod¨ªa estar con vida, al igual que unos 20 heridos que durante la noche hab¨ªan sido trasladados a Medell¨ªn. Pero, segundos despu¨¦s de llegar, se enteraron de que las fuerzas de rescate sub¨ªan el cuerpo de Pedro por la ladera que separa el r¨ªo y la v¨ªa. ¡°Ya ven¨ªa en la bolsa¡±, afirman en referencia a unos costales blancos que se acumulan al lado de un cami¨®n de la Fiscal¨ªa.
Pedro, que trabajaba como escolta de seguridad, es uno de los 33 muertos encontrados entre la noche del viernes y el mediod¨ªa del s¨¢bado. Al igual que la mayor¨ªa de los afectados, viajaba desde Quibd¨® a Medell¨ªn cuando una intensa lluvia produjo un deslizamiento de tierra que se llev¨® puesta la casa en la que decenas indeterminadas de viajeros se refugiaban mientras aguardaban a que escampara. Contrario a lo que esperaban los hermanos de Pedro, ninguna persona ha sido rescatada con vida en la ma?ana del s¨¢bado. Los damnificados que quedan por encontrar est¨¢n sepultados a una profundidad mayor que los heridos evacuados en la noche y tienen menos chances de haber sobrevivido.
El deslizamiento se produjo cerca de las cuatro de la tarde del viernes. La v¨ªa estaba cerrada a la altura del kil¨®metro 17 por un derrumbe m¨¢s peque?o que se hab¨ªa producido unas horas antes a unos pocos metros. Muchos viajeros ya hab¨ªan regresado a Quibd¨®, pero otros se quedaron con la expectativa de seguir su camino cuando mejoraran las condiciones clim¨¢ticas. Alberto Olaya y Roc¨ªo Masso, un agricultor y una profesora pensionada del kinder de Carmen de Atrato, abrieron las puertas de su casa sobre la v¨ªa para cobijar a los viajeros. Ahora, la vivienda ya no existe y ha sido reemplazada por toneladas de lodo que descienden unos 30 metros hasta el r¨ªo.
El improvisado centro de operaciones de rescate est¨¢ a un costado de la v¨ªa, a unos metros del derrumbe. Una pizarra en la carpa del puesto de comando muestra que hay 239 personas que forman parte del rescate. Incluyen militares, bomberos, polic¨ªas, funcionarios de Defensa Civil, personal de la Fiscal¨ªa y miembros de la guardia ind¨ªgena. El sitio ha cambiado de manera radical con respecto a la tarde anterior. El sol intenso del mediod¨ªa ha reemplazado a la lluvia y la oscuridad. El lugar, adem¨¢s, se ha llenado de personas de todos lados. Los ind¨ªgenas de las comunidades vecinas, que enfatizan en su amistad con los due?os de la casa sepultada, ya no son los ¨²nicos rescatistas.
Entre los nuevos socorristas est¨¢ John Arrovaye, un antioque?o de 26 a?os que trabaja en Latinco, la empresa que tiene la concesi¨®n de la v¨ªa. Es parte del equipo encargado de mantener la carretera, que en su trayecto tiene carteles que alertan sobre la habitual ca¨ªda de piedras. Est¨¢ habituado a moverse entre escombros, pero nunca le hab¨ªa tocado ayudar a rescatar cuerpos. Comenta que le impact¨® que la primera persona rescatada en la jornada fuera una ni?a y que pens¨® en que alg¨²n d¨ªa podr¨ªa ser ¨¦l quien termine sepultado.
John y sus compa?eros se?alan, mientras descansan, que en la ma?ana las autoridades les explicaron algunos protocolos para rescatar a las v¨ªctimas. ¡°Si el cuerpo tiene una parte atrapada entre el lodo, no hay que jalar. La idea es no desmembrarlos¡±, afirman. Tienen que excavar alrededor de la parte visible para dejar al descubierto el resto del cuerpo y poder retirarlo con facilidad.
La gobernadora y el alcalde
El campamento termina de entrar en ebullici¨®n cuando aterriza un helic¨®ptero del Ej¨¦rcito y levanta una polvareda en los alrededores. Minutos despu¨¦s, aparecen en el puesto de comando el alcalde de Carmen de Atrato y la gobernadora del Choc¨®, Nubia Carolina C¨®rdoba. ?l le hace una detallada rendici¨®n de cuentas sobre lo ocurrido en las ¨²ltimas horas. Es enf¨¢tico en que no hay pistas sobre cu¨¢ntos desaparecidos quedan. Ni el due?o de la casa sepultada ni su hija han sido hallados y, seg¨²n el alcalde, eso indica que puede haber muchos m¨¢s como ellos. ¡°No sabemos exactamente, gobernadora, cu¨¢nta gente nos falta. Se dice que eran 70 en la casa, se dice que eran 80¡±, exclama.
El alcalde afirma que al operativo no le falta personal, pero que s¨ª necesita m¨¢s recursos materiales. ¡°Le quiero decir que estamos trabajando con las u?as, la Defensa Civil no ten¨ªa siquiera una camilla¡±, lamenta. ¡°Mi pueblo es pobre y campesino. Aguanta solo tres d¨ªas para sostener 239 personas¡±, agrega. Tanto el mandatario local como el l¨ªder de los bomberos de Envigado (Antioquia), H¨¦ctor Ortega, insisten en que necesitan conseguir maquinarias que permitan iniciar con las excavaciones a mayor profundidad. ¡°A punta de pico y pala va a ser imposible encontrar a los que est¨¢n un metro o metro y medio abajo¡±, subraya Ortega.
La gobernadora C¨®rdoba, que escucha al alcalde sin interrumpirlo, es una abogada de 33 a?os que ha reanimado la esperanza de cambio en un departamento hastiado de la desidia y la corrupci¨®n y con cifras de pobreza mayores al 50%. Coincide en parte del diagn¨®stico sobre la falta de recursos. ¡°Con esta informaci¨®n, creo que tanto el departamento como el municipio no est¨¢n preparados para una emergencia como esta¡±, afirma. Pero ah¨ª termina la sinton¨ªa. C¨®rdoba evidencia su molestia con que no coincidan las cifras de heridos que tiene ella y las que dice la pizarra. Despu¨¦s, muestra su preocupaci¨®n por la posibilidad de que varios cuerpos no est¨¦n en la zona de b¨²squeda, sino r¨ªo abajo.
C¨®rdoba se detiene unos momentos a responder a las preocupaciones del alcalde sobre el traslado de los cuerpos a Medell¨ªn y no a Quibd¨®, la capital de departamento y origen de la mayor¨ªa de los muertos. Varios familiares est¨¢n preocupados de que la Fiscal¨ªa tenga que llevarse los cuerpos tan lejos ¡ªhay 230 kil¨®metros entre ambas ciudades¡ª porque Quibd¨® no tiene la capacidad para procesar tantos cad¨¢veres. La gobernadora le asegura al alcalde que el departamento garantizar¨¢ el traslado de los cuerpos a Quibd¨® una vez se realicen los procedimientos necesarios en Medell¨ªn. Es la promesa m¨¢s concreta de una visita cuya prioridad es la recolecci¨®n de informaci¨®n.
Afuera de la carpa esperan varios familiares que ya han identificado los cuerpos de sus seres queridos, que permanecen en las bolsas blancas alineadas en el suelo de un sector restringido. Esperan que la Fiscal¨ªa suba los cuerpos a un cami¨®n que los llevar¨¢ a Medell¨ªn, como ya sucedi¨® en la madrugada con los primeros 17 que se encontraron. Tras la reuni¨®n, la gobernadora se acerca a ellos, les da su p¨¦same y les promete que pronto volver¨¢n de Medell¨ªn y estar¨¢n en Quibd¨®. Despu¨¦s, los abraza.
Entre esos familiares est¨¢n Alex Pino y Yessid Perea, expareja y primo de Leidi Laura Mosquera, respectivamente. Explican que ella trabajaba en un restaurante de Medell¨ªn, pero que hab¨ªa ido a visitarlos en Quibd¨® por las fiestas de fin de a?o y que regresaba a su casa cuando ocurri¨® el derrumbe. Yessid, pese a las horas que han pasado desde que identific¨® el cuerpo de su prima, a¨²n carga la pala con la que lleg¨® en la ma?ana para excavar entre los escombros. Al igual que James y Herminio Palacio, afirma que tambi¨¦n pens¨® que ten¨ªa alguna probabilidad de encontrarla con vida. Mientras se despide, otros familiares se preparan para continuar con la b¨²squeda de los desaparecidos a¨²n sepultados.
Cristian Correa, psic¨®logo de primeros auxilios
Cristian Correa Villa es un joven psicólogo del Hospital San Roque, en Carmen de Atrato. Llega al campamento en las últimas horas de la tarde, cuando ya ha disminuido el movimiento y son los familiares de las víctimas los que permanecen en la zona de búsqueda. Dice que se acercó para buscar a una madre que conoció el viernes en las primeras horas tras el derrumbe. Ella se había salvado, pero su hijo estaba entre los escombros. “Dijo que no se iba de acá hasta encontrarlo. Supongo que lo encontró, sino estaría acá”, comenta. “Espero que me llame si me necesita”, añade.
El psicólogo explica que en la mañana estuvo atendiendo a una mujer que llegó al Hospital de San Roque desde Medellín. Buscaba a su hija, que vivía en Quibdó y viajaba a la capital antioqueña en la noche del derrumbe. Sin embargo, tras llegar al hospital, se enteró de que el cuerpo ya estaba en Medellín. Cristian comenzó entonces con lo que llama “los primeros auxilios psicólogicos”. “Muchas veces no es lo que se les dice. Se trata de escucharla, de preguntarle de su hija y que me cuente”, cuenta.
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