El duelo migratorio es distinto a todos los dem¨¢s
Los migrantes pueden atravesar procesos emocionales complejos, incluso cuando llegan con ciertas garant¨ªas
¡°Migrar es como nacer por segunda vez en otro pa¨ªs¡±, explica Viviana Zapateiro, psic¨®loga que atiende a migrantes que han llegado a Colombia y a colombianos que han migrado a otros pa¨ªses. Su experiencia le ha permitido entender que, cuando cada vez m¨¢s personas buscan crear una vida en pa¨ªses diferentes al de origen, el duelo migratorio es una realidad cada vez m¨¢s frecuente. Por eso busca que su empresa de salud mental se especialice en el tema.
Seg¨²n la Organizaci¨®n Internacional para las Migraciones, OIM, ¡°el n¨²mero estimado de migrantes internacionales ha aumentado en las ¨²ltimas cinco d¨¦cadas. El total estimado de 281 millones de personas que viv¨ªan en un pa¨ªs distinto de su pa¨ªs natal en 2020 es superior en 128 millones a la cifra de 1990 y triplica con creces la de 1970¡å. Zapateiro no recuerda d¨®nde ley¨® la frase que cita, pero s¨ª sabe que entender las dimensiones de esa realidad ha sido clave para migrantes como Laura Naranjo Dom¨ªnguez, una polit¨®loga colombiana que emigr¨® al Reino Unido en 2022 para cursar una maestr¨ªa en Pol¨ªtica, Comunicaciones y An¨¢lisis de datos en la Universidad de Essex, y quien desde el a?o pasado ha estado en consulta con ella.
Laura est¨¢ pr¨®xima a graduarse, el 18 de abril, ha tenido financiaci¨®n del Icetex y est¨¢ enamorada, pero no por eso su proceso de adaptaci¨®n ha sido f¨¢cil. Ella ha vivido lo que se conoce como un duelo migratorio, que no es igual a los dem¨¢s.
Vicky P¨¦rez, psiquiatra y divulgadora de informaci¨®n sobre salud mental, y quien tambi¨¦n atiende personas que han migrado, principalmente a Europa y Estados Unidos, explica que todo duelo es una respuesta que se da a una p¨¦rdida, que en el caso de los migrantes no necesariamente es para siempre, porque la persona puede regresar. Otra de sus particularidades es que es m¨²ltiple, porque son muchas las p¨¦rdidas que se viven al mismo tiempo: la familia, el trabajo, los amigos, la comida, los espacios conocidos, toda una forma de vida que hace parte de la esencia de quien migra y que ya no est¨¢ en el lugar donde empieza una nueva vida. De cierta manera, explica Zapateiro, para algunos es una p¨¦rdida que no termina, por lo que muchas veces se necesita ayuda de un experto en salud mental para atravesarla.
Laura lo vivi¨®. Aunque el idioma no fue una barrera porque habla ingl¨¦s y hab¨ªa vivido en Londres durante siete meses por una pr¨¢ctica universitaria, extra?¨® la comida y tuvo que enfrentarse a otra forma de ver el mundo, a nuevas maneras de relacionarse con los dem¨¢s, al clima, a un ritmo de estudio muy fuerte, a la ausencia de su mam¨¢, de su abuela y de sus amigos de siempre. Desde antes de partir quer¨ªa contar con ayuda psicol¨®gica, pero fue en su nueva ciudad donde comprendi¨® que la necesitaba con urgencia porque sufr¨ªa angustia y ansiedad. Zapateiro le explic¨® que estaba renaciendo, que hasta entonces estaba sembrada en una matera y necesitaba crecer para trasladarse a la tierra, echar ra¨ªces, esperar a que crecieran sus ramas, sus hojas y florecer en una nueva cultura, con una nueva forma de vida, crear una vida laboral, hacer nuevos amigos, tener una red de apoyo, encontrar otros gustos, otras comidas.
El proceso no siempre es f¨¢cil. La psic¨®loga explica que la principal dificultad para adaptarse es lo que llama la rigidez cognitiva: a la gente le cuesta trabajo flexibilizar su mente para adaptarse al cambio. Muchas personas llegan a su consulta angustiadas porque la migraci¨®n no ha sido lo que esperaban, porque las personas no son como siempre las han visto, porque todo es distinto. Para que dejen de pensar como siempre y se abran al mundo, la psic¨®loga busca que definan un nuevo proyecto de vida, uno en el lugar que ahora habitan. Explica que la psicolog¨ªa existencial comprende tres preguntas fundamentales relacionadas con el prop¨®sito o el sentido de la vida: la primera es qui¨¦n soy, la segunda es para d¨®nde voy y la tercera es qui¨¦n me acompa?a.
Estas preguntas deben responderse en orden secuencial. Por eso, lo primero que les dice a sus pacientes es que si se sienten confundidos es porque tal vez no se conocen, y el trabajo comienza por este primer punto. Cuando sus pacientes, adultos o adolescentes, logran redefinir su vida y encontrarle sentido en su nuevo pa¨ªs, su cotidianidad comienza a cambiar. Laura se quiere quedar en el Reino Unido y trabaja con el condado al que pertenece Ipswich, la ciudad donde vive. Conoce m¨¢s el sistema de gobierno brit¨¢nico y est¨¢ aplicando sus conocimientos, tanto de pregrado como de posgrado. Es la ¨²nica extranjera en su oficina.
Con Viviana, Laura entendi¨® que necesitaba crear nuevos amigos, as¨ª que ahora es m¨¢s sociable, m¨¢s abierta. Tambi¨¦n ha acomodado su vida a sus ingresos. Mientras en Colombia pod¨ªa acceder a una peluquer¨ªa sin problema, en Inglaterra es un servicio m¨¢s costoso. La comida fue dif¨ªcil; ahora cocina. La forma de divertirse en los bares no le pareci¨® simp¨¢tica, y ya acept¨® que en el Reino Unido la rumba no le resulta tan divertida como en Colombia.
Desde que se fue, no ha podido visitar su ciudad. Parti¨® con la intenci¨®n de trabajar y estudiar al mismo tiempo, pero la universidad result¨® ser mucho m¨¢s exigente de lo que esperaba. All¨ª tuvo uno de sus aterrizajes m¨¢s fuertes en la realidad: no podr¨ªa viajar pronto a Colombia porque no tendr¨ªa dinero. Ahora espera poder hacerlo a finales de a?o, cuando se case una prima. Podr¨¢ ver a toda su familia y darse el tiempo que tanto a?ora con su mam¨¢. Dice que ya est¨¢ muy adaptada, que ya no siente ansiedad ni angustia, pero que por momentos quisiera poder viajar a la casa materna, hacerle una visita de media hora a su madre, recargarse emocionalmente y regresar.
Tambi¨¦n sabe que encontr¨® mucho de lo que buscaba, como una mejor calidad de vida. Mientras en Bogot¨¢ pasaba dos horas diarias en el tr¨¢fico para moverse de su casa al Congreso de la Rep¨²blica, donde trabajaba, ahora se gasta 20 minutos a su trabajo. Ya no camina por las calles preocupada por su seguridad.
No todos los migrantes salen de su pa¨ªs con las mismas garant¨ªas que tuvo Laura. Como lo explica la psiquiatra P¨¦rez, muchos lo hacen obligados, no por decisi¨®n propia. Esto cambia totalmente la situaci¨®n, porque realmente no saben si podr¨¢n regresar, si volver¨¢n a ver a sus familias. Otros viajan con un proyecto cuyas caracter¨ªsticas no conocen en detalle y sufren una gran decepci¨®n cuando llegan. En estos casos al duelo migratorio se suman la rabia, una mayor incertidumbre y muchas veces tambi¨¦n la culpa.
Es frecuente que estas personas presenten s¨ªntomas como insomnio, ansiedad, angustia, irritabilidad, cansancio y no tengan ganas de seguir adelante. Algunas terminan con depresi¨®n cl¨ªnica. En estos casos lo mejor es buscar ayuda psicol¨®gica. Ahora es m¨¢s f¨¢cil, porque la consulta virtual les permite a los migrantes buscar profesionales en su pa¨ªs de origen, en su idioma, de su cultura. Una terapia que sea un alivio al duelo que ya viven por la distancia.
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