Petro viaja a Panam¨¢ para la posesi¨®n de Mulino, que insiste en ¡°cerrar¡± el Dari¨¦n
El nuevo presidente paname?o se propone repatriar a los migrantes irregulares, un giro con implicaciones regionales
El presidente de Colombia, Gustavo Petro, ser¨¢ parte de la docena de jefes de Estado que acude este lunes a la toma de posesi¨®n de Jos¨¦ Raul Mulino en Panam¨¢. La qu¨ªmica entre los dos mandatarios vecinos estar¨¢ en gran medida determinada por la manera de abordar la emergencia humanitaria que representa el flujo masivo de migrantes por la inh¨®spita selva que separa a los dos pa¨ªses. Mulino, un exministro de varias carteras que ha cultivado una imagen de mano dura durante su dilatada carrera p¨²blica, insiste en la idea de ¡°cerrar¡± el Dari¨¦n y repatriar a los migrantes irregulares a sus lugares de origen. Un cambio significativo con implicaciones regionales.
El nuevo presidente de Panam¨¢ reconoce que cuando habla de cerrar la frontera se refiere a un concepto m¨¢s ¡°filos¨®fico¡± que material. Es imposible levantar barreras en esa compleja geograf¨ªa. Por muchos a?os existi¨® un muro imaginario de facto, pero ya est¨¢ perforado. La tupida selva en otros tiempos era considerada inaccesible, el inh¨®spito Tap¨®n del Dari¨¦n, pero el incontenible flujo migratorio la ha vuelto porosa. Cerca de 200.000 personas han cruzado solo en lo que va del 2024 con rumbo al norte, principalmente a Estados Unidos.
El paso de personas ha roto todos los registros en los ¨²ltimos a?os. M¨¢s de 130.000 migrantes, principalmente haitianos y cubanos, cruzaron en 2021. La cifra salt¨® a 250.000 en 2022, con un incremento de venezolanos y ecuatorianos. Y m¨¢s de medio mill¨®n se aventur¨® por esas peligrosas rutas el a?o pasado, la gran mayor¨ªa venezolanos. Del lado colombiano, el Clan del Golfo, la mayor banda del narcotr¨¢fico, domina el tr¨¢fico de migrantes, que le proporciona millonarios recursos. Del paname?o, los caminantes tambi¨¦n enfrentan todo tipo de vej¨¢menes.
El Dari¨¦n es el horror en la tierra, un terreno empinado y resbaladizo con r¨ªos caudalosos. Es una crisis humanitaria sin freno, como han documentado diversas organizaciones de derechos humanos. Venezolanos, haitianos, ecuatorianos y colombianos, pero tambi¨¦n migrantes de otros continentes como Asia y ?frica, arriesgan sus vidas en esas rutas. Expuestos a abusos por parte de grupos criminales, incluyendo violencia sexual, reciben poca protecci¨®n o ayuda humanitaria, han advertido varios informes de Human Rights Watch (HRW).
Hasta ahora, por encima de un esfuerzo de acogida o integraci¨®n, las autoridades paname?as han optado por la pol¨ªtica de flujo controlado, que favorece el traslado de los migrantes de su frontera sur ¨Cuna vez que ya han atravesado la selva¨C hasta su frontera norte, para que sigan su camino.
La relaci¨®n entre Panam¨¢ y Colombia no es fluida. ¡°De hecho, siempre ha sido bastante tensa, la din¨¢mica casi que de para¨ªso fiscal de Panam¨¢ ha causado mucha preocupaci¨®n en Colombia en diferentes momentos. A esa dif¨ªcil relaci¨®n ahora hay que sumar el tema migratorio¡±, apunta el analista Ronal Rodr¨ªguez, investigador del Observatorio de Venezuela de la Universidad del Rosario, en Bogot¨¢. Mulino lo que plantea es bloquear el paso por el Dari¨¦n, explica, asumir una posici¨®n de contenci¨®n migratoria que le rebota el problema a Colombia. Anticipa un ambiente de tensiones y confrontaci¨®n entre las dos capitales.
El canciller colombiano, Luis Gilberto Murillo, acord¨® recientemente reactivar el mecanismo tripartito entre Colombia, Estados Unidos y Panam¨¢, despu¨¦s de reunirse con Alejandro Mayorkas, el secretario de Seguridad Nacional de Estados Unidos. Mayorkas justamente lidera la misi¨®n de su pa¨ªs en la posesi¨®n de Mulino, quien ha dicho que aspira firmar con Washington un acuerdo para la repatriaci¨®n de los migrantes irregulares que llegan al pa¨ªs centroamericano.
Panam¨¢, que hasta ahora dejaba pasar ese flujo, est¨¢ entrando en la l¨®gica de otros pa¨ªses del ¨¢rea que se han convertido en actores o instrumentos de la pol¨ªtica de contenci¨®n migratoria de Estados Unidos, apunta Rodr¨ªguez. ¡°Un cambio en esa pol¨ªtica podr¨ªa ser muy grave en t¨¦rminos humanitarios, porque podr¨ªa generar nudos importantes de poblaci¨®n migratoria del lado colombiano de la frontera y bloqueos que la administraci¨®n colombiana no ha dimensionado. Ah¨ª hay que tener una diplomacia muy robusta con Panam¨¢ para evitar que eso suceda, de lo contrario la situaci¨®n migratoria se puede salir de control del lado colombiano¡±, se?ala.
¡°Cerrar el Tap¨®n del Dari¨¦n es virtualmente imposible. E intentarlo puede ser contraproducente: puede lograr que los migrantes usen v¨ªas a¨²n m¨¢s peligrosas, que el crimen organizado se enriquezca a¨²n m¨¢s y que Colombia y Panam¨¢ tengan a¨²n menos control sobre lo que ocurre en su frontera¡±, advierte por su parte Juan Pappier, subdirector de HRW para las Am¨¦ricas. ¡°Colombia y Panam¨¢ necesitan una estrategia conjunta para proteger a los migrantes que cruzan el Dari¨¦n, investigar los abusos y el crimen organizado en la zona, y promover v¨ªas legales y seguras para que los migrantes no tengan que arriesgar su vida buscando protecci¨®n o un futuro digno¡±.
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