Las dos caras de Petro
Fuera del pa¨ªs, ante Naciones Unidas, el presidente suena abierto y pluralista. Dentro del pa¨ªs lanza dardos a los medios y a la oposici¨®n
Bastaba con ver al presidente Gustavo Petro en las Naciones Unidas para que el asunto quedase claro: el comportamiento de nuestro mandatario es id¨¦ntico al de los maridos maltratadores. Esos que en p¨²blico se muestran amorosos, pero que en privado son crueles y pasan con facilidad de los insultos a los golpes como si se tratara de caricias.
En Nueva York, ante el concierto internacional, no hubo dardos contra los medios de comunicaci¨®n, ni contra la oposici¨®n. No hizo un llamado para enfrentar a un grupo de colombianos con otro, ni tampoco exacerb¨® el odio que clases, cosa que en el pa¨ªs se le da muy bien. All¨¢, como si fuese el m¨¢s abierto y pluralista de los jefes de Estado, plante¨® ideas para salvar el proceso de paz, habl¨® otra vez de acuerdo nacional, pero como un camino para consolidar y contagiar lo firmado con las Farc hacia otros niveles. En fin, el presidente Petro de Nueva York era otro. Tal vez el que muchos quisieran que fuese.
Pero recuerden que lo que vimos en la ONU fue la faceta linda y encantadora del marido maltratador. En Colombia las cosas son a otro precio. Todos los que no hagan eco con alegr¨ªa de lo que ¨¦l propone son sencillamente fascistas o narcotraficantes. Todos los que nos ven en ¨¦l la panacea para salvar el pa¨ªs son herederos de Uribe y nost¨¢lgicos de la violencia.
Cuidado con los medios de comunicaci¨®n que se atrevan a denunciar hechos reales de corrupci¨®n en su gobierno. Ser¨¢n se?alados como si fueran delincuentes. Igual ocurrir¨¢ si esos mismos medios buscan proyectar una visi¨®n plural del pa¨ªs, abriendo espacio para que puntos de vista divergentes se encuentren y dialoguen. El pluralismo es de la oligarqu¨ªa. Lo que nuestro presidente-marido-maltratador quiere es unanimismo. Por eso hay que crucificar a aquellos que no ven el mundo como ¨¦l.
S¨ª es l¨®gico que un presidente, sea el que sea, insista en sus propuestas y busque que estas lleguen intactas hasta concretarse, pero de un dem¨®crata lo que se espera es flexibilidad para aceptar modificaciones y grandeza para abrazar a los contradictores. Infortunadamente, a pesar de lo que se muestra en los escenarios internacionales, la situaci¨®n con nuestro presidente dista mucho de ser as¨ª.
Por eso no se puede alzar la voz para decir que hoy como en el anterior gobierno ¡°nos est¨¢n matando¡± y el mejor ejemplo es la dram¨¢tica crisis por la que atraviesa el departamento del Cauca. Por eso no se puede llamar la atenci¨®n sobre un hecho que es evidente: hay un estancamiento de la econom¨ªa que puede salirle muy caro al pa¨ªs. Nada de eso es aceptable para un marido-presidente que ¨²nicamente va a aceptar la suya como verdad absoluta.
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