La paz total, en llamas
Al Gobierno le cuesta mucho trabajo levantarse de la mesa mientras los grupos subversivos se fortalecen
El Cauca est¨¢ perdido. El cese al fuego est¨¢ interrumpido en el departamento, lo mismo que en unos municipios del Valle del Cauca, Nari?o, Guaviare y la Amazon¨ªa, pero se mantiene en Putumayo, Caquet¨¢, el sur del Meta, el Catatumbo, el Magdalena Medio, el sur de Bol¨ªvar y el norte de Antioquia. Al Gobierno le cuesta mucho trabajo levantarse de la mesa mientras los grupos subversivos se fortalecen y atacan con drones caseros sin que la fuerza p¨²blica pueda neutralizarlos, porque hasta ahora est¨¢n comprando el equipo que los rechaza.
Esta semana se encuentra reunido el autodenominado Estado Mayor Central (EMC) con los delegados del Gobierno nacional en medio de un panorama confuso y de rechazo a los episodios de violencia por las amenazas contra los exguerrilleros de las FARC que habitan el antiguo el Espacio Territorial de Capacitaci¨®n y Reincorporaci¨®n en Caquet¨¢. Adem¨¢s, como lo describi¨® el diario El Espectador, a eso se suma el ataque ocurrido en Valdivia (Antioquia), donde murieron seis soldados del Ej¨¦rcito en un campo minado por acci¨®n de las disidencias. Todo en medio de las constantes violaciones al cese al fuego.
?C¨®mo hacen el Ej¨¦rcito y la Polic¨ªa para distinguir entre quienes dicen respetar el cese y los que se encuentran por fuera de las mesas de negociaci¨®n? Camilo Gonz¨¢lez, el exministro, jefe de la delegaci¨®n del Gobierno, un experto de buena voluntad, advierte que ya no se puede hablar de que exista un Estado Mayor Central en el que unos est¨¢n en la mesa y otros no. Son dos grupos distintos, que tienen comportamientos y pretensiones pol¨ªticas diferentes.
Hay regiones que est¨¢n bajo el beneficio del cese al fuego y la alteraci¨®n de la vida normal es permanente. Lo del sur del departamento del Meta es insoportable: las disidencias de las FARC al mando de Alexander D¨ªaz, alias Calarc¨¢, reinan en las zonas rurales como en las cabeceras municipales, y el propio Calarc¨¢ est¨¢ sentado en la mesa de negociaci¨®n. Sus referencias criminales tienen que ver con la orden de cerrar municipios por uno o dos d¨ªas, las citaciones a veredas y el cobro de extorsiones. Oblig¨® a 3.000 personas a concurrir a unas reuniones en un sitio conocido como Guayabero para dar a conocer los impuestos que se deben pagar cada a?o a su organizaci¨®n: por hect¨¢rea de tierra, 10.000 pesos, y otros 10.000 pesos por cabeza de ganado. Por las gallinas pagan 3.000 pesos. Se disputan el territorio con los disidentes de Iv¨¢n Mordisco, los de la Segunda Marquetalia de Iv¨¢n M¨¢rquez y el Clan del Golfo. Para contener el ambiente de zozobra, las autoridades le dicen a la gente que no atiendan las instrucciones de los sediciosos, lo que por supuesto no acatan porque corren con las consecuencias que en algunos casos cuestan la vida.
Del ELN, ni hablar. Toda la etapa de negociaci¨®n ha estado atrapada por las ¡°crisis¡± superadas con aspirinas que no matan la enfermedad. No han renunciado al secuestro. Disfrutan del cese al fuego. El Gobierno ha dicho que no firmar¨¢ acuerdos si decide seguir secuestrando, pero no se atreve a levantarse de la mesa. Las violaciones al cese al fuego llegan a 39 y a seis incumplimientos, seg¨²n el Centro de Recursos para el An¨¢lisis de Conflictos.
Algo est¨¢ pasando en las Fuerzas Armadas, porque han dado de baja a algo m¨¢s de 60 generales y almirantes desde agosto de 2022. Se trajo de comandante del Ej¨¦rcito a un general en retiro que hab¨ªa salido en la barrida del 26 de mayo de 2022. La otra novedad: se design¨® nuevo comandante de las Fuerzas Armadas a un almirante en lugar de un general, lo cual contradice la regla tradicional, dejando molestias en el Ej¨¦rcito.
Desde lejos se ven las llamas de la paz total.
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