La celebraci¨®n del orgullo LGTBI se toma una de las c¨¢rceles m¨¢s peligrosas de Colombia
Una docena de reclusos reivindica sus derechos en un ambiente que hist¨®ricamente les ha sido hostil, tan solo nueve semanas despu¨¦s del asesinato del director de La Modelo, en Bogot¨¢
En medio de cuatro hileras de sillas pl¨¢sticas hay un espacio de unos cinco metros. Del techo cuelgan dos banderas arco¨ªris, tras ellas una tarima decorada con globos de distintos colores. M¨²sica electr¨®nica suena de fondo. Varios guardias uniformados cuchichean en una esquina del auditorio, mirando con atenci¨®n los preparativos que ocurren al otro extremo, en donde un grupo de hombres y mujeres trans se organiza para iniciar el evento. Van a celebrar. Visten atuendos festivos. La poblaci¨®n privada de la libertad de la c¨¢rcel La Modelo de Bogot¨¢ eligi¨® y logr¨® el permiso para conmemorar el mes del orgullo LGTBI, que se celebra en junio, el pen¨²ltimo d¨ªa de julio. ¡°Nunca es tarde¡±, dice al final de la celebraci¨®n Bella Guill¨¦n, una de las entrevistadas por EL PA?S, ¡°para recordar que la diversidad no es mala, no hace da?o y tampoco enferma¡±.
El episodio carga simbolismo. Adem¨¢s de que reivindica reclamos de personas que hist¨®ricamente han sido discriminadas, que el gay pride se lleve a cabo en este centro penitenciario reafirma que los derechos no cesan, as¨ª existan circunstancias dif¨ªciles. Hace nueve semanas, a finales de mayo, el coronel en retiro ?lmer Fern¨¢ndez fue asesinado mientras se movilizaba en su veh¨ªculo por el norte de la ciudad. Fern¨¢ndez cumpl¨ªa apenas 40 d¨ªas como director de La Modelo. Su homicidio conmocion¨® al pa¨ªs, alertando sobre la delicada situaci¨®n de seguridad que se vive en esta c¨¢rcel, ubicada al occidente de la capital colombiana. No era la primera vez que sucesos escabrosos ten¨ªan relaci¨®n con La Modelo. William Gacharn¨¢, antecesor de Fern¨¢ndez en el cargo, reconoci¨® ante la Jurisdicci¨®n Especial para la Paz (JEP) que en los patios de la penitenciar¨ªa se cavaban fosas para desaparecer cad¨¢veres. En marzo de 2020, un mot¨ªn dej¨® un saldo de 24 muertos y 107 heridos.
Ese complejo pasado inmediato oblig¨® a que la celebraci¨®n, que se realiza anualmente desde 2018 gracias a la gesti¨®n de la fundaci¨®n Acci¨®n Interna, s¨®lo fuera confirmada con cuatro d¨ªas de anticipaci¨®n por el INPEC (Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario). Hubo restricciones: a diferencia del a?o pasado, cuando se permiti¨® que los miembros de la comunidad LGTBI all¨ª recluidos desfilaran por los pasillos del penal, esta vez el evento se limit¨® a lo que ocurriera entre las cuatro paredes de un auditorio.
Nada de eso opac¨® la ocasi¨®n.
Todav¨ªa no son las diez de la ma?ana, pero el ambiente parece el de una fiesta. La intensidad de las luminarias disminuye; el volumen de la m¨²sica sube. Aquarella DeeLicious, una reconocida drag queen que fue invitada a oficiar como maestra de ceremonias, presenta a cada uno de los 12 protagonistas de la jornada, en su mayor¨ªa mujeres trans. Todos recorren el auditorio, modelando entre las hileras de sillas pl¨¢sticas, y finalizan con un breve performance en la tarima. Sobre sus torsos lucen bandas, cada una con un valor estampado: humildad, honestidad, bondad, inclusi¨®n. Los asistentes aplauden y gritan.
Pamela Gordillo, de 29 a?os, es una de las voceras de la comunidad. Lleva puesto un vestido rojo, que cubre con una t¨²nica del mismo color. Al llegar su turno, se acerca al p¨²blico y, antes de pasar por la pasarela improvisada, se detiene de espaldas. Desdobla un papel, gira de nuevo y comienza su recorrido. ¡°No necesito que me aceptes. Necesito que me respetes¡±, es el mensaje impreso. Unos segundos despu¨¦s muestra otro. ¡°La discriminaci¨®n es un delito: art¨ªculo 134A del C¨®digo Penal¡±. Explica, minutos m¨¢s tarde, su motivaci¨®n. ¡°En las c¨¢rceles somos discriminadas por guardias y otros internos. Es importante que sepan que ese tipo de maltrato tambi¨¦n est¨¢ tipificado¡±.
Algunas de las otras participantes coinciden. Por lo menos tres de las mujeres trans aseguran que cuentan con menos beneficios que el resto de la poblaci¨®n privada de la libertad. ¡°No nos ven como si fu¨¦ramos seres humanos. Por eso es que nos alegran tanto estos momentos, podemos ser quienes verdaderamente somos¡±, asegura una de ellas, quien pidi¨® no ser citada por su nombre.
Las dem¨¢s insisten en lo valioso de sentir ese ¡°reconocimiento¡±. ¡°Esto nos permite ser nosotras, ser libres, aceptadas tal y como somos¡±, se?ala Tiffany Hern¨¢ndez, de 29 a?os. Para Jessica Romero, de 23, se trata de un oasis en medio de la aversi¨®n con la que tiene que lidiar, dice, ¡°casi a diario¡±. ¡°Estar ac¨¢ es terrible, de verdad. Siendo una chica trans es much¨ªsimo peor. Estas pocas horas son una excusa para re¨ªr¡±. Una de las responsables de que se abra este espacio es Johana Baham¨®n, directora de Acci¨®n Interna y quien lleva m¨¢s de 12 a?os trabajando en centros penitenciarios. ¡°Hay que promover el respeto y la dignidad. Estamos convencidos de que las c¨¢rceles deben ser espacios inclusivos y diversos¡±, insiste.
Presente en el auditorio est¨¢ Edwin Conde, coordinador nacional de Derechos Humanos del INPEC, la entidad encargada de todas las c¨¢rceles y penitenciar¨ªas nacionales. Al ser interpelado sobre la discriminaci¨®n que sufren las personas LGTBI, responde que es un problema prioritario para la instituci¨®n. ¡°Hace muchos a?os no se conceb¨ªa que este tipo de eventos se realizaran. Ahora estamos trabajando con personas de la comunidad para que nos digan cu¨¢les son sus necesidades¡±. Agrega que el d¨ªa del orgullo gay se celebra en los 126 penales que hay alrededor de Colombia.
La jornada se cierra con un tumulto de personas saltando y cantando al son de Thal¨ªa. ¡°A qui¨¦n le importa lo que yo haga, a qui¨¦n le importa lo que yo diga. Yo soy as¨ª, as¨ª seguir¨¦ y nunca cambiar¨¦¡±. La emoci¨®n es innegable. Los asistentes se paran de sus puestos para unirse. Hay una veintena de estudiantes del Grupo de Prisiones de la Universidad de los Andes y dos actores invitados, Laura Mar y Emmanuel Restrepo. ¡°Es una gran oportunidad para darles visibilidad, eso es importante. Se va uno muy contento¡±, comenta Restrepo.
Las luces vuelven a encenderse y la algarab¨ªa se disipa lentamente. Vestida de azul y con tacones altos, Andrea G¨®mez, de 22 a?os, se recuesta sobre una silla. Se ve cansada, pero satisfecha. ¡°Es bueno que se den cuenta que compartir y reunirse con nosotros y nosotras no lastima a nadie¡±.
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