Choc¨®: bajo la lluvia y las armas
Las inundaciones afectan especialmente a los ni?os. Al menos 46.000 estudiantes dejan de recibir clases en uno de los departamentos m¨¢s rezagados en temas de educaci¨®n y ya se evidencian enfermedades respiratorias
De la sequ¨ªa y el verano que parec¨ªa eterno a la lluvia imparable y las inundaciones en varias partes del pa¨ªs. Eso ha vivido Colombia en los ¨²ltimos d¨ªas. Aunque la autopista norte en Bogot¨¢ convertida en r¨ªo se llev¨® los reflectores medi¨¢ticos por ser la entrada a la capital del pa¨ªs, el Choc¨® ¨Da menudo olvidado¨D es la regi¨®n donde la situaci¨®n es cr¨ªtica: al menos 35.0000 familias est¨¢n bajo el agua.
?Las im¨¢genes de casas arrastradas por la fuerza del agua en Alto Baud¨® y Bojay¨¢, gente intentando salvar sus enseres y su vida, recuerdan el desastre en Valencia (Espa?a), donde van 223 muertos, entre ellos un colombiano, y 23 desaparecidos. La mala gesti¨®n de ese desastre est¨¢ muy presente en la retina de los colombianos.
?De hecho, el presidente Gustavo Petro mencion¨® la Dana espa?ola al hacer la declaratoria de desastre natural en Colombia. ¡°La declaratoria de desastre se hace porque el riesgo ya se materializ¨®¡±, dice la directora del Ideam, Ghisliane Echeverri. La declaratoria se enfoca especialmente en el Choc¨®, con el 85% del territorio en riesgo y 100.000 afectados; pero tambi¨¦n se hace en otros departamentos en peligro por deslizamientos y desbordamientos de r¨ªos. La Guajira, por ejemplo, se encuentra en alerta amarilla por vendavales y aumento de los vientos. El decreto de desastre natural, que a¨²n no se ha publicado, ¡°permite trasladar recursos de la Naci¨®n a las regiones que est¨¢n siendo v¨ªctimas de las emergencias clim¨¢ticas¡±, dijo tambi¨¦n Petro al lanzar la declaratoria.
?Y aunque se suele pensar que se trata de La Ni?a, esta vez es un fen¨®meno de variabilidad clim¨¢tica diferente ¡ªLa Ni?a a¨²n no ha llegado, y es probable que lo haga pronto, seg¨²n los expertos¡ª. ¡°La sequ¨ªa prolongada en Colombia ha hecho que, al recibir lluvias, la percepci¨®n sea que est¨¢ lloviendo m¨¢s de lo habitual¡±, dijo Echeverri a medios de comunicaci¨®n y aclar¨® que esto no incide en la necesidad de racionar el agua en Bogot¨¢. Es decir, aunque se caiga el cielo en la ciudad, si no llueve lo suficiente en el embalse de Chuza, decenas de kil¨®metros m¨¢s al oriente, la capital seguir¨¢ con problemas de agua.
?Al desastre clim¨¢tico para los chocoanos se suma el eterno de la violencia: la guerrilla del Ej¨¦rcito de Liberaci¨®n Nacional (ELN) hab¨ªa decretado un paro armado, lo que dificultaba la entrega de ayuda humanitaria a los chocoanos, que siguen con el agua al cuello y bajo el terror de las armas. Este fin de semana, el Frente de Guerra Occidental Ogli Padilla de esa guerrilla por fin anunci¨® el levantamiento del paro aunque all¨ª nadie sabe hasta cu¨¢ndo: el ELN convirti¨® esos bloqueos armados en costumbre que no permiten preparar a las poblaciones para las siguientes emergencias.?
Los efectos de las inundaciones afectan especialmente a los ni?os ¡ª46.000 estudiantes que dejan de recibir clases en uno de los departamentos m¨¢s rezagados en temas de educaci¨®n¡ª y ya se han evidenciado enfermedades respiratorias y alergias en la piel, entre otras.
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