As¨ª no se gobierna un pa¨ªs
Estoy convencido firmemente de que el futuro de Colombia es descentralizado. Pero no con la reforma al Sistema General de Participaciones
La gran queja actual de los gobernadores y alcaldes es que su participaci¨®n en los ingresos de la Naci¨®n ha sido injusta, y ha ca¨ªdo a lo largo del siglo XXI. Es curiosa esta queja en el a?o 2024, cuando el llamado Sistema General de Participaciones (SGP) est¨¢ en medio de un sustancial aumento, al pasar del 3,3 % del PIB en 2022 a 5,4 % en 2026. ?Un incremento del 64% en cuatro a?os! (ver gr¨¢fica). El SGP aporta recursos para educaci¨®n, salud, ag...
La gran queja actual de los gobernadores y alcaldes es que su participaci¨®n en los ingresos de la Naci¨®n ha sido injusta, y ha ca¨ªdo a lo largo del siglo XXI. Es curiosa esta queja en el a?o 2024, cuando el llamado Sistema General de Participaciones (SGP) est¨¢ en medio de un sustancial aumento, al pasar del 3,3 % del PIB en 2022 a 5,4 % en 2026. ?Un incremento del 64% en cuatro a?os! (ver gr¨¢fica). El SGP aporta recursos para educaci¨®n, salud, agua potable, saneamiento b¨¢sico y libre destinaci¨®n.
Peso en el PIB del Sistema General de Participaciones (% sin reforma)
Si la reforma constitucional que hace tr¨¢mite en el Congreso fuera aprobada, el SGP llegar¨ªa a m¨¢s del 7% del PIB. Esa ser¨ªa una presi¨®n insostenible sobre un Gobierno nacional altamente endeudado y con un d¨¦ficit que no parece ceder. La voz de alarma fue firmada por 27 ministros y viceministros de Hacienda, y se ha documentado en sendos documentos del Comit¨¦ Aut¨®nomo de la Regla Fiscal, el Departamento Nacional de Planeaci¨®n, Fedesarrollo, ANIF y el Banco de la Rep¨²blica.
Comento las principales advertencias:
- En a?os venideros, el aumento previsto del SGP forzar¨ªa una gran austeridad en el Gobierno nacional, para poder cumplir con la regla fiscal. No obstante, quedar¨ªan substanciales exigencias de gasto en pensiones, servicio de la deuda, vigencias futuras de infraestructura, transferencias sociales, Fuerzas Armadas, y d¨¦ficits crecientes en salud, energ¨ªa, educaci¨®n, entre otros.
- El d¨¦ficit del Gobierno Nacional podr¨ªa alcanzar, seg¨²n los t¨¦cnicos del Emisor, 4,7% del PIB en el largo plazo, y su deuda neta pasar¨ªa de 55% al 65% del PIB. Eso suponiendo que al final del Gobierno Petro se cumple a¨²n con la regla y se baja la deuda a 55% del PIB, cosa dif¨ªcil de creer.
- Si al final de este Gobierno el d¨¦ficit fiscal permanece en 5,5% del PIB, y la deuda en 60% del PIB, el nuevo SGP ser¨ªa explosivo para las finanzas p¨²blicas.
- Estos c¨¢lculos son conservadores e ignoran efectos adicionales sobre: a) la prima de riesgo de la deuda p¨²blica, b) las tasas de inter¨¦s y de cambio, c) el comercio exterior y d) la actividad econ¨®mica general.
- Teniendo cuenta esos efectos de segundo orden (efectos de los efectos), Colombia iniciar¨ªa un espiral en descenso que podr¨ªa costar una ca¨ªda del PIB superior al 10% versus el escenario sin reforma; un menor consumo de las familias de 18% y un 30% de menor inversi¨®n.
- A su vez, los efectos de tercer orden podr¨ªan llevar la deuda p¨²blica a 83% del PIB, seg¨²n el documento del Emisor.
- Para los siguientes gobiernos, la reforma del SGP limitar¨ªa seriamente la capacidad de adelantar una agenda o hacer ajustes fiscales, cuando se requiera. Una reforma tributaria que aumente el recaudo ir¨¢, en m¨¢s de una tercera parte, autom¨¢ticamente a las regiones.
Ahora bien, el escenario descrito no es el m¨¢s dram¨¢tico. Los t¨¦cnicos del Emisor contemplan otro peor, en el que la deuda del Gobierno puede superar el 100% del PIB. Hace 10 a?os eso habr¨ªa sido una herej¨ªa en un pa¨ªs donde la deuda p¨²blica se mantuvo por debajo del 40% desde la fundaci¨®n de la patria.
Ya no. Despu¨¦s del estallido social, la pandemia y la fiebre de gasto y encogimiento del recaudo que ha tra¨ªdo el actual Gobierno, lo antes impensable ahora es posible. Ese escenario sombr¨ªo implicar¨ªa un sufrimiento social indecible. Cabe preguntarse: si estos riesgos son serios, ?c¨®mo pueden los congresistas seguir votando tan orondos la reforma al Sistema General de Participaciones? Aclaro: estoy convencido firmemente de que el futuro de Colombia es descentralizado. Pero no as¨ª. El c¨®mo es tan importante como el qu¨¦.
Los gobernadores y alcaldes se llaman a enga?os si creen que ese mundo les favorece. Su futuro depender¨¢ de una naci¨®n con un d¨¦ficit explosivo y una deuda insostenible, en la cual los ingresos corrientes pueden decrecer, en lugar de aumentar. El destino de las finanzas territoriales estar¨¢ en entredicho. Eso fue justamente lo que sucedi¨® despu¨¦s de aprobada la Constituci¨®n de 1991. Por eso desembocamos, en 2001, en el actual SGP.
El ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, y el director del DNP, Alexander L¨®pez, trataron de detener esta reforma, pero el ministro de Interior, Juan Fernando Cristo la apoy¨® pues, seg¨²n rumores, considera que estos recursos a las regiones apalancar¨¢n su nombre para una candidatura presidencial en 2026.
No es la primera vez que un ministro gasta a manos llenas creyendo que los mandatarios regionales y los congresistas lo recompensar¨¢n con sus votos y sus huestes. No ser¨¢ la primera ni la ¨²ltima vez que esa generosidad ministerial (con la plata de otros) es pagada con la ingratitud. Entre tanto, dejar¨¢ a la Naci¨®n colgada de la brocha.
A todas estas, ?d¨®nde est¨¢n los candidatos presidenciales? Por qu¨¦ no se manifiestan. ?Acaso no entienden? ?O acaso les gustar¨ªa gobernar un pa¨ªs en espiral de destrucci¨®n? Todo el mundo pasa de agache. Los expresidentes, los directores de los partidos pol¨ªticos y los empresarios. ?Por qu¨¦ casi todo el mundo parece entre adormecido y asustado?
En cuanto al presidente Gustavo Petro, a pesar de que al principio era enemigo de esta reforma de iniciativa parlamentaria, ahora admite que sea aprobada, siempre y cuando entre en vigencia en 2027, y que la destrucci¨®n, si ha de venir, le toque a los siguientes gobiernos. As¨ª no se gobierna un pa¨ªs.