Aprender, celebrar, sembrar
Mientras nos acercamos al final del a?o, nuestro esp¨ªritu se llena de nostalgia y celebraci¨®n. Es momento para el recogimiento y, a la vez, para la expansi¨®n
Diciembre huele y sabe a platos dulces; suena a m¨²sica parrandera y cantos de cigarras; luce a brillo, bombillos de colores y velas; y se siente con abrazos y caricias. Este mes es un verdadero activador de los sentidos, que nos invitan a viajar a trav¨¦s de la memoria y nos impulsan con ilusi¨®n hacia el futuro. Es el periodo del a?o en el que es oportuno agradecer y renovar nuestros sentimientos de afecto, expresados con presentes. Tambi¨¦n recordamos los aprendizajes y, con cierta ingenuidad, escribimos todo lo que haremos bien el a?o pr¨®ximo. ?Por qu¨¦ celebramos el cierre del a?o con intercam...
Diciembre huele y sabe a platos dulces; suena a m¨²sica parrandera y cantos de cigarras; luce a brillo, bombillos de colores y velas; y se siente con abrazos y caricias. Este mes es un verdadero activador de los sentidos, que nos invitan a viajar a trav¨¦s de la memoria y nos impulsan con ilusi¨®n hacia el futuro. Es el periodo del a?o en el que es oportuno agradecer y renovar nuestros sentimientos de afecto, expresados con presentes. Tambi¨¦n recordamos los aprendizajes y, con cierta ingenuidad, escribimos todo lo que haremos bien el a?o pr¨®ximo. ?Por qu¨¦ celebramos el cierre del a?o con intercambio de regalos y listas de deseos? ?Qu¨¦ celebramos realmente cuando conmemoramos la Navidad y el A?o Nuevo?
Detr¨¢s de las tradiciones religiosas, que son en esencia rituales culturales, retomamos el sentido de lo m¨ªstico y trascendente. Nos valemos de s¨ªmbolos para dar significado a los fen¨®menos humanos y vitales. Es el caso de la antigua festividad romana del Natalis Solis Invictus o ¡°nacimiento del sol invicto¡±, celebrada el 25 de diciembre, que conmemoraba un fen¨®meno natural: el solsticio de invierno, la noche m¨¢s larga del a?o. Esta fiesta honraba al dios Sol y marcaba el momento en que los d¨ªas comenzaban a alargarse, simbolizando el renacer de la luz y la vida tras un periodo de oscuridad. Era una ¨¦poca crucial para la agricultura, un tiempo de esperanza despu¨¦s de superar el miedo a perder las cosechas. Aunque sus ra¨ªces se encuentran en la cultura romana, la tradici¨®n de celebrar el regreso del sol se ha difundido a lo largo del tiempo y ha influido en diversas festividades alrededor del mundo, incluyendo la Navidad. Para atraer a los paganos a su fe, los cristianos establecieron el rito de celebrar el nacimiento de Jes¨²s en esta misma fecha.
Esta fiesta ancestral, que marca el renacer del sol, se entrelaza bellamente con la tradici¨®n contempor¨¢nea de hacer balances de lo vivido y establecer prop¨®sitos para el nuevo a?o. Nos invita a reflexionar sobre la idea de renacimiento y la esperanza que trae consigo la llegada de la luz. En un mundo incierto, este tiempo nos recuerda que siempre hay una oportunidad de empezar de nuevo, dejar atr¨¢s lo viejo y abrirnos a lo que est¨¢ por venir.
As¨ª como el sol vuelve a ascender en el horizonte, tambi¨¦n nosotros podemos elevar nuestro esp¨ªritu hacia el florecimiento. En este proceso de meditaci¨®n, comenzamos por pensar en las semillas sembradas en el a?o que termina: ?Qu¨¦ aprendizajes he tenido? ?Qu¨¦ relaciones he fortalecido y cu¨¢les he descuidado? ?Me atrev¨ª a curiosear y asombrarme? ?Estudi¨¦ algo nuevo? ?Qu¨¦ libros le¨ª? ?Cultiv¨¦ a mi artista interior? ?Am¨¦ con intensidad? ?Agradec¨ª cada despertar? ?Honr¨¦ mi vida y la de quienes me rodean?
Y continuamos la reflexi¨®n pregunt¨¢ndonos sobre lo que viene para establecer nuevos prop¨®sitos. As¨ª como el Natalis Solis Invictus nos recuerda que siempre hay un nuevo comienzo, el nuevo a?o nos ofrece la posibilidad de reinventarnos y fijar metas que nos acerquen a la vida que deseamos vivir. Anhelamos, sobre todo, ¡°tener voluntad¡± para mover nuestro universo, cultivar h¨¢bitos pr¨®speros, cuidar las relaciones que nos dan valor, alimentar la vitalidad de nuestro cuerpo, esp¨ªritu y mente; y perseguir causas superiores a nosotros mismos. Nos encontramos con el prop¨®sito de sembrar nuevas semillas y recoger con entusiasmo lo sembrado.
Y como es el tiempo de los deseos, aqu¨ª comparto los m¨ªos para ustedes, desde la humanidad que nos une:
- Que nos asombre cada ma?ana como si fuera la ¨²ltima, para que emerja nuestra fuerza creativa.
- Que recordemos nuestra peque?ez ante el universo, para que nos ofrezca humildad.
- Que amplifiquemos nuestra proximidad, para sentirnos parte de un todo.
- Que seamos valientes para querer transformar el mundo, el propio y el de los otros.
Finalmente, que al sentirnos parte del mismo mundo, seamos m¨¢s emp¨¢ticos, como nos lo recuerda el Papa Francisco con su enc¨ªclica Laudato si?: ¡°El amor, lleno de peque?os gestos de cuidado mutuo, es tambi¨¦n civil y pol¨ªtico, y se manifiesta en todas las acciones que procuran construir un mundo mejor¡±. Amar es, en esencia, un acto pol¨ªtico. Amar la humanidad.
A celebrar lo aprendido y sembrar el futuro. Feliz Natalis Solis Invictus.