Mauricio Garc¨ªa Villegas: ensayista de temas dif¨ªciles para el gran p¨²blico
Con filosof¨ªa, sociolog¨ªa, historia y autobiograf¨ªa, el acad¨¦mico y escritor manizale?o ha sabido ser un afinado lector del momento pol¨ªtico y existencial de las sociedades contempor¨¢neas. Su libro ¡®El pa¨ªs de las emociones tristes¡¯ ya va por su d¨¦cima edici¨®n
A los diez a?os, Mauricio Garc¨ªa Villegas (Manizales, 65 a?os) descubri¨® su talento para el dibujo. Quiso ser artista hasta que se meti¨® en el terreno de las ideas y lo devoraron los libros. ¡°Vengo de familias muy cat¨®licas, pero recib¨ª muchas versiones encontradas sobre la religi¨®n: ten¨ªa un t¨ªo que simpatizaba con la Teolog¨ªa de la Liberaci¨®n, mi madre no cre¨ªa en el infierno, mi padre era un esc¨¦ptico y mis profesores eran del Opus Dei. Todo eso me arm¨® un l¨ªo en la cabeza que en vano intent¨¦ resolver leyendo libros¡±, recuerda.
Lleg¨® a Medell¨ªn cuando era ni?o y con los ahorros de la mesada comenz¨® su biblioteca, siendo cliente asiduo de la Librer¨ªa Continental. A los 14 a?os, con su gran amigo H¨¦ctor Abad Faciolince, fund¨® un peri¨®dico estudiantil, el primero de muchos otros que cre¨® hasta terminar la universidad. Su padre le inculc¨®, desde muy temprano, la afici¨®n por la historia, y la idea que no basta con tener la lupa puesta en la actualidad, sino que hay que saber mirar a trav¨¦s del tiempo.
El tiempo y la perspectiva han sido claves en la obra del reconocido ensayista, autor de El pa¨ªs de las emociones tristes (2020), que ya va por la d¨¦cima edici¨®n, y El viejo malestar del nuevo mundo (2023), dos t¨ªtulos que son referentes de reflexi¨®n sobre Colombia y Am¨¦rica Latina, territorios en los que el ¨¢mbito de la cultura pol¨ªtica ha estado inclinado hacia los odios y las venganzas.
¡°Colombia est¨¢ en uno de los rincones m¨¢s bellos del planeta, pero sus habitantes, por inconsciencia o por falta de orden, lo est¨¢n destruyendo. El presente se ver¨ªa mejor si las ¨¦lites pol¨ªticas hubiesen hecho una reforma agraria y mejorado la educaci¨®n p¨²blica. El futuro es incierto, pero el pa¨ªs tiene grandes reservas ¨¦ticas que lo pueden sacar adelante¡±, reflexiona Villegas.
Con una mezcla precisa y personal de filosof¨ªa, sociolog¨ªa, historia y autobiograf¨ªa, ha sabido ser un afinado lector del momento pol¨ªtico y existencial de las sociedades contempor¨¢neas. En tiempos de posverdad, polarizaci¨®n, inestabilidad y populismo reflexiona sobre temas de gran importancia como la justicia, la libertad y la verdad ¨Ceje central del libro que actualmente escribe¨C. ¡°Mi pretensi¨®n con el ensayo ha sido escribir sobre temas dif¨ªciles de filosof¨ªa moral y de sociolog¨ªa pol¨ªtica, de tal manera que el p¨²blico general los pueda entender y se interese por ellos¡±, se?ala.
Sabe poner en contexto todo lo que nos est¨¢ pasando. Y sabe ¡°leerlo entre l¨ªneas, sin pasarse de la raya, sin plegar el pliegue, sin perder de vista que toda interpretaci¨®n tiene que servir para algo¡±, se?ala el escritor Ricardo Silva Romero, habitual lector de las columnas de opini¨®n que Garc¨ªa Villegas publica en el peri¨®dico El Espectador.
Estudi¨® Derecho en la capital antioque?a y luego sali¨® del pa¨ªs para hacer estudios de maestr¨ªa y doctorado en Lovaina-La-Nueva (B¨¦lgica) y en Par¨ªs. En la d¨¦cada del noventa regres¨® a Colombia, donde se hizo magistrado auxiliar de la Corte Constitucional. Es uno de los fundadores del prestigioso centro de estudios jur¨ªdicos y sociales Dejusticia (donde actualmente dirige la l¨ªnea de Estado de Derecho) y lleva m¨¢s de dos d¨¦cadas trabajando en el Instituto de Estudios Pol¨ªticos y Relaciones Internacionales ¨CIEPRI¨C, de la Universidad Nacional.
Ha sido profesor de muchas generaciones de abogados. Ense?¨® Filosof¨ªa pol¨ªtica en las universidades de Los Andes, en Bogot¨¢, y de Antioquia y Bolivariana, en Medell¨ªn. Ha sido tambi¨¦n profesor visitante durante varios a?os en universidades de Estados Unidos y Francia.
Se siente m¨¢s paisa que colombiano, pero m¨¢s latinoamericano que paisa. ¡°Y m¨¢s, un miembro de la especie humana que cualquier otra cosa. Soy poco apegado al sentimiento patriota, a las emociones tribales, a los partidos, a los equipos, a las banderas, a los himnos y a las iglesias. Me interesa mucho m¨¢s lo que nos une, como especie, que lo que nos divide¡±, concluye.
*Apoyan Ecopetrol, Movistar, Fundaci¨®n Corona, Indra, Bavaria y Colsubsidio.
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