Petro recurre a la figura de Francia M¨¢rquez para frenar a Rodolfo Hern¨¢ndez
El l¨ªder de izquierdas trata de revertir la tendencia al alza del exalcalde de Bucaramanga con el fen¨®meno m¨¢s rompedor de la pol¨ªtica colombiana
Gustavo Petro entend¨ªa hasta hace poco la pol¨ªtica como un ejercicio solitario. En su ¨¦poca de congresista se val¨ªa de sus argumentos para atacar la corrupci¨®n o el paramilitarismo desde el podio. Como alcalde de Bogot¨¢ recibi¨® cr¨ªticas de quienes lo rodeaban por ser reacio a los consejos de los dem¨¢s. Ahora ha comprendido que para ser el pr¨®ximo presidente de Colombia necesita la ayuda del resto, aunque sobre todo la de Francia M¨¢rquez, su n¨²mero dos. M¨¢rquez, una mujer afro que se pag¨® sus estudios de derecho trabajando como empleada dom¨¦stica, se ha convertido en un fen¨®meno que ha roto todos los esquemas de la pol¨ªtica local. Frente a ella, que nunca ha ostentado ning¨²n cargo p¨²blico, Rodolfo Hern¨¢ndez dif¨ªcilmente podr¨¢ argumentar que se trata de una pol¨ªtica al uso ni que representa los intereses de las ¨¦lites. Adem¨¢s, ella sostiene un poderoso mensaje feminista con el que atacar al exalcalde de Bucaramanga, que suele hacer comentarios machistas. Los estrategas de Petro saben que son dos hombres los que se disputan la presidencia, pero que ser¨¢n las mujeres las que decidan qui¨¦n acaba en la Casa de Nari?o.
El protagonismo de Francia M¨¢rquez se va a redoblar en estos 20 d¨ªas que quedan hasta la votaci¨®n. Ella siente que en la primera vuelta no se le ha dado todo el espacio que se merec¨ªa. Ahora lo tendr¨¢. Este martes se le anunci¨® que ser¨¢ tanto o m¨¢s relevante que Petro. Se conf¨ªa en su car¨¢cter, audacia y valent¨ªa, describen quienes est¨¢n al tanto. Su importancia se ha visto claramente en el juego de sillas que ha habido en el primer acto p¨²blico que ha celebrado Petro tras las elecciones, el de la adhesi¨®n a su campa?a de Gilberto Murillo, el que hasta ahora era el dos de Sergio Fajardo, el candidato del centro que ha quedado fuera de carrera presidencial. Cuando habl¨® Murillo, a su izquierda qued¨® Francia, y dos puestos m¨¢s all¨¢, Petro.
La sorprendente llegada de Hern¨¢ndez a la segunda vuelta ha obligado a Petro a dar un golpe de tim¨®n. ?l confiaba en enfrentarse a Fico Guti¨¦rrez, el continuismo y la herencia del uribismo. Esa lecci¨®n se la sabe de memoria. Sin embargo, Hern¨¢ndez es un fen¨®meno pol¨ªtico extravagante, un constructor de 77 a?os, rico y malhablado, que se vende como el hombre que salvar¨¢ a Colombia de la corrupci¨®n. Petro, ahora, funge de pol¨ªtico m¨¢s relacionado con el establecimiento y las pol¨ªtica tradicional, un rol que no ha jugado en su vida. Desde la adopci¨®n de un discurso socialdemocrata y sereno, el exguerrillero quiere atraer para s¨ª al votante moderado que no quiere dejar a su pa¨ªs en manos de una inc¨®gnita como Hern¨¢ndez. Aunque si se piensa bien, no es nada nuevo, solo que Colombia no hab¨ªa sabido detectarlo: Hern¨¢ndez representa el resultado de la conversaci¨®n en redes sociales, como en su d¨ªa Trump, Bolsonaro o Bukele.
M¨¢rquez y Petro, han ideado los estrategas, deben ahora explicarle a los sectores del pa¨ªs que la naci¨®n no puede quedarse en manos de un populista con tics autoritarios, seg¨²n su visi¨®n. Quieren plantear la contienda como la elecci¨®n entre un izquierdista moderado -mucha gente no tiene esa visi¨®n de Petro- contra un hombre imprevisible. Se har¨¢ hincapi¨¦ en su personalidad sangu¨ªnea. Hern¨¢ndez se hizo conocido en el pa¨ªs hace unos a?os por golpear a un concejal de la oposici¨®n, John Claro. Bucaramanga estaba entonces entregada y se puso de parte del agresor. Claro se vio obligado a no salir de casa, se dej¨® barba y el pelo largo para pasar desapercibido cuando alguna obligaci¨®n le hacia pisar la calle. En las siguientes elecciones no fue reelecto. La bofetada sin sentido que recibi¨® le cost¨® su carrera pol¨ªtica. Quien se la dio compite en estos momentos por ser presidente. Petro lo ve como un se?or que no tiene la sangre fr¨ªa para tomar decisiones clave.
El otro flanco por el que pueden sufrir a Hern¨¢ndez es el de la corrupci¨®n. Aunque su plataforma se llama Liga de Gobernantes Anticorrupci¨®n, era el ¨²nico de los candidatos que est¨¢ imputado por un caso grave. En su etapa de alcalde su hijo recibi¨® dos millones de d¨®lares de una empresa que recibi¨® una concesi¨®n. Eso est¨¢ demostrado porque la compa?¨ªa y el hijo firmaron un documento ante notario. A finales de julio est¨¢ llamado a declarar en un juicio. Y al ser un empresario que gobern¨® su propia ciudad incurri¨® en conflicto de intereses, no diferenciando muy bien lo p¨²blico de lo privado. A menudo tambi¨¦n ha celebrado p¨²blicamente que los compradores de sus viviendas paguen durante mucho tiempo intereses.
La llegada de M¨¢rquez a la vicepresidencia, en caso de victoria, tendr¨ªa un enorme significado hist¨®rico. ¡°Para las mujeres, para las comunidades de esa otra Colombia, incluidas comunidades negras, afrodescendientes, raizales y palanqueras¡±, dijo Murillo. Tambi¨¦n Mabel Lara, una periodista que opt¨® por entrar al Congreso y que tiene una enorme popularidad, se ha sumado a la campa?a con una larga carta en la que no se menciona a Petro, solo a Francia M¨¢rquez.
Desde este mi¨¦rcoles Francia se lanzar¨¢ al ataque. La ¨²ltima encuesta publicada arroja una ventaja de dos puntos de Hern¨¢ndez, que se encuentra en plena ola tras sus sorprendentes resultados del domingo. La idea del pacto de izquierdas es frenar esa tendencia lo antes posible. Nunca la izquierda hab¨ªa contado un con suelo de votos tan s¨®lidos, 8,5 millones. Supone un crecimiento de 2,7 desde la consulta de las primarias. Ahora empieza a sumar figuras del centro. Falta por decidirse Fajardo, cuya adhesi¨®n a Hern¨¢ndez podr¨ªa ser un viraje a su honesta y bientencionada carrera pol¨ªtica. Sea como sea, los n¨²meros entre Petro y Hern¨¢ndez son muy ajustados, puede que todo se decida por un pu?ado de votos. Petro quiere que Francia M¨¢rquez, quien dice sin rodeos que le gustar¨ªa ser la primera presidenta de Colombia, marque la diferencia.
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