M¨¢s representaci¨®n y planes de conservaci¨®n descolonizados: el grito de los pueblos ind¨ªgenas
Son los guardianes de la biodiversidad, pero no se sienten incluidos en la conversaci¨®n sobre el futuro del planeta. En el d¨ªa internacional de los pueblos originarios dicen: ¡°Basta de hablar por nosotros¡±
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¡°De vez en cuando / camino al rev¨¦s: / es mi modo de recordar / Si caminara s¨®lo hacia delante, / te podr¨ªa contar / c¨®mo es el olvido¡±. La poes¨ªa de Humberto Ak¡¯abal, uno de los escritores guatemaltecos m¨¢s reconocidos, es siempre afilada. Este autor de la etnia maya k¡¯iche escribi¨® hace unos a?os unos versos que este martes, el D¨ªa Internacional de los Pueblos Ind¨ªgenas, retumban con m¨¢s fuerza. ¡°Caminar al rev¨¦s¡±, como la puesta en valor de los or¨ªgenes, es la bandera de cientos de l¨ªderes en Latinoam¨¦rica y el Caribe que trabajan por tener la representatividad que merecen, lejos del racismo y la condescendencia. ¡°Basta ya de hablar por nosotros¡±, reclama Chirley Pankar¨¢, activista pankar¨¢ y candidata a la gobernaci¨®n de S?o Paulo (Brasil).
Las comunidades ind¨ªgenas protegen el 80% de la biodiversidad del mundo pero ocupan apenas el 10% de la tierra. Son los m¨¢s afectados por el cambio clim¨¢tico y, sin embargo, apenas forman parte de los grupos de decisi¨®n para combatirlo. ¡°Al contrario¡±, lamenta por tel¨¦fono Fiore Longo, directora de Survival International, ¡°la conservaci¨®n del medio ambiente est¨¢ basada en un modelo euroc¨¦ntrico y colonialista en el que se entiende que los seres humanos destruyen los ecosistemas y que la ¨²nica forma de proteger el entorno es expulsando a quienes lo habitan. Lo que no entiende este modelo es que si hoy tenemos lo que tenemos es porque lo custodian estos pueblos; porque han sabido hacerlo durante milenios¡±.
Desde los cazadores hadzas de Tanzania, hasta los aw¨¢s de Brasil, los samis en Finlandia o los kazajos de Mongolia occidental, los m¨¢s de 400 millones de ind¨ªgenas en el mundo cuidan la mayor parte del planeta a pesar de que son muy pocas las pol¨ªticas que les reconocen sus derechos y sus tierras. En Chile, uno de los pa¨ªses de Latinoam¨¦rica m¨¢s conservadores en este ¨¢mbito, no existe ni un solo art¨ªculo en la Constituci¨®n vigente (1980) que los contemple como ¡°sujetos de derechos¡±. Alihuen Antileo, presidente de la plataforma Pol¨ªtica Mapuche en Chile, est¨¢ intentando cambiarlo.
En el nuevo proyecto constitucional, que ser¨¢ sometido a votaci¨®n el 4 de septiembre, se plantearon 55 art¨ªculos que contemplan los derechos de estos pueblos. Ellos representan el 13% de la poblaci¨®n chilena, principalmente mapuches. ¡°Si se aprueba, va a ser el principio de una gran lucha. Es como si, desde el punto de vista constitucional, empez¨¢ramos a existir. A partir de ah¨ª, toca seguir escribiendo¡±, cuenta. Los art¨ªculos relacionados con estas comunidades pasan por reconocer el pa¨ªs como un estado ¡°plurinacional¡±, aumentar la participaci¨®n ind¨ªgena y abrazar la educaci¨®n, la medicina y la justicia ancestral. ¡°Tambi¨¦n se expone la necesidad de que se realicen consultas vinculantes sobre temas que nos afectan a nosotros¡±, zanja.
Aunque Antileo se muestra optimista, sabe que ser¨¢ el primero de muchos ladrillos en la construcci¨®n de un pa¨ªs plural y justo. ¡°Tenemos que estar en la toma de decisiones. Si no, ?qui¨¦n va a defender nuestros derechos?¡±. Esta misma pregunta se la hace Pankar¨¢, quien no esconde la rabia y el hast¨ªo del discurso racista de Brasil. ¡°?D¨®nde est¨¢n tus plumas¡±; ?Por qu¨¦ tienes Iphone, si eres india?; ?Vuelve a la selva!; ?En S?o Paulo tambi¨¦n hay ind¨ªgenas? T¨² no lo pareces¡±. Los ataques racistas son dif¨ªciles de borrar para la activista.
Chirley Pankar¨¢, activista Pankar¨¢En el siglo XXI no deber¨ªamos de estar justificando por qu¨¦ merecemos ciertos derechos. Deber¨ªamos estar organiz¨¢ndonos
¡°Hemos pasado de ser colonizados a estar tutelados y a pol¨ªticas antiind¨ªgenas con discursos de odio como el del presidente [Jair Bolsonaro]¡±, critica. ¡°Necesitamos reaccionar ante todas las injusticias que vivimos, pero a veces es agotador. En el siglo XXI no deber¨ªamos de estar justificando por qu¨¦ merecemos ciertos derechos. Deber¨ªamos estar organiz¨¢ndonos¡±, dice la doctoranda en Antropolog¨ªa Social.
El miedo es otra constante de estos pueblos. Los defensores de la tierra no solo se enfrentan al racismo y a la invisibilizaci¨®n en la vida p¨²blica, tambi¨¦n son asesinados por proteger el territorio. Entre 2015 y 2019 se produjeron 232 homicidios de activistas ind¨ªgenas en el continente, seg¨²n un informe de la ONU. Una media de cuatro asesinatos al mes en la regi¨®n.
Para Teresa Zapeta, lideresa guatemalteca y directora ejecutiva del Foro Internacional de Mujeres Ind¨ªgenas, la violencia es una entre tantas tareas pendientes. ¡°La situaci¨®n de pobreza, la falta de acceso a la educaci¨®n o a la salud¡ Se ha avanzado mucho pero seguimos sintiendo un rechazo y un vac¨ªo muy grande¡±, narra.
En el pa¨ªs centroamericano, seg¨²n las cifras oficiales, la poblaci¨®n ind¨ªgena corresponde a m¨¢s del 43%. Aunque Zapeta cree que son m¨¢s de la mitad. Estos 24 pueblos, que hablan 22 idiomas diferentes, est¨¢n muy lejos de ser el orgullo de la naci¨®n. Muy al contrario, siguen marginalizados y vistos como sociedades ¡°poco avanzadas¡±. ¡°Nuestro reto es superar la utilizaci¨®n y la mercantilizaci¨®n de la pobreza a la que se ha sumido a los pueblos ind¨ªgenas¡±.
Una Latinoam¨¦rica que ilusiona
La llegada al poder de l¨ªderes de izquierda en varios pa¨ªses latinoamericanos ¡ªChile, con Gabriel Boric, Colombia con Gustavo Petro y Francia M¨¢rquez y una posible victoria de Luiz In¨¢cio Lula da Silva en Brasil¡ª son la esperanza de muchos de estos ecologistas de pueblos originarios. Aunque se mantienen cr¨ªticos y vigilantes.
¡°Estamos esperanzados pero la estructura est¨¢ hecha para que la buena voluntad no sea suficiente¡±, a?ade Zapeta. ¡°Si no se acompa?a de una intenci¨®n real de incluir nuestras voces desde lo colectivo, reformas profundas a la legislaci¨®n y medidas que vayan al coraz¨®n de la econom¨ªa, quedar¨¢n apenas en un pu?ado de buenas intenciones. Necesitamos mucho m¨¢s que eso¡±.
Adem¨¢s de la necesidad de cambios profundos, los l¨ªderes coinciden en que las nuevas generaciones tienen un gran peso en sus manos. Con el ¨¦xodo rural y el fuerte impacto de la globalizaci¨®n, muchos temen que la p¨¦rdida de la identidad sea inminente. Pankar¨¢, sin embargo, es optimista: ¡°Creo que se est¨¢ levantando un discurso en redes de orgullo de lo propio que est¨¢ calando muy hondo entre los m¨¢s j¨®venes. Nosotros estamos abriendo el camino. Y ellos son la esperanza¡±.
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