Un ¡®cazaplaguicidas¡¯ hecho en Argentina: creado un dispositivo para monitorear pesticidas en el aire
El AR-PUF permite la captura de agroqu¨ªmicos en el ambiente para su estudio en un pa¨ªs con millones de hect¨¢reas de cultivos extensivos y un uso cada vez mayor de plaguicidas y fertilizantes sint¨¦ticos
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Hace m¨¢s de 20 a?os, Argentina adopt¨® un modelo de agroproducci¨®n extensivo con una fuerte base en los transg¨¦nicos. El pa¨ªs se convirti¨® en uno de los tres grandes productores de soja del mundo, s¨®lo superado por su vecino Brasil y por Estados Unidos. Y la actividad es la principal generadora de divisas de un pa¨ªs econ¨®micamente golpeado.
La otra cara de ese modelo de producci¨®n es el impacto ambiental de los plaguicidas, que afecta a los ecosistemas, produce una p¨¦rdida de la biodiversidad y multiplica los pueblos ¡°fumigados¡±. Con la idea de realizar mediciones ambientales en zonas de resguardo, un equipo del Instituto Nacional de Tecnolog¨ªa Agropecuaria (INTA) de Paran¨¢ (Entre R¨ªos) cre¨® el AR-PUF, un detector de pesticidas en el aire, en conjunto con el Gobierno de la provincia y el Ministerio de Ciencia, Tecnolog¨ªa e Innovaci¨®n de la naci¨®n.
¡°El equipo es un muestreador de aire de alto volumen, que permite la captura de plaguicidas presentes en esa matriz; funciona tanto para aquellos que se encuentran en fase vapor como particulada. El equipo toma muestras de aire con una bomba de aspiraci¨®n y es este aire el que pasa por filtros espec¨ªficos que permiten captar los plaguicidas. Luego, los filtros se llevan a un laboratorio para la determinaci¨®n de las concentraciones de los plaguicidas de inter¨¦s. Al d¨ªa de la fecha no se comercializan estos equipos en el pa¨ªs, por lo cual su fabricaci¨®n nacional permite un costo menor y una mayor accesibilidad para quien desee adquirirlo¡±, dijo Mariela Seehaus, investigadora del Departamento de Recursos Naturales y Gesti¨®n Ambiental del INTA Paran¨¢.
Un trabajo de Seehaus en Entre R¨ªos hall¨® presencia de glifosato en localidades de la provincia. La necesidad de continuar con las mediciones y diagnosticar el problema la llevaron a impulsar la creaci¨®n del dispositivo junto a su equipo.
¡°A trav¨¦s de mi tesis de maestr¨ªa pude realizar una medici¨®n ¡®indirecta¡¯ sobre la calidad del aire. En ese momento se monitore¨® la presencia de glifosato y su principal metabolito de degradaci¨®n (AMPA) en la depositaci¨®n atmosf¨¦rica; es decir en las part¨ªculas que ingresan a la superficie desde la atm¨®sfera y que se depositan ya sea por su peso o por acci¨®n de las lluvias. El monitoreo fue en 15 puntos de la localidad distribuidos en zonas urbanas, en barrios periurbanos y en las cercan¨ªas de lotes agr¨ªcolas, en tres momentos con diferentes intensidades de uso de los plaguicidas en la zona. Los resultados revelaron la presencia de uno o ambos compuestos en m¨¢s del 60% de los puntos, con diferencias entre los tres momentos de medici¨®n y en las tres ¨¢reas bajo estudio¡±.
El desarrollo puede ser de utilidad para monitorear el aire en zonas de resguardo. ¡°Consideramos importante que esta informaci¨®n pueda ser utilizada por otras ¨¢reas, fundamentalmente las relacionadas a la salud y que sean un insumo cuando se hacen evaluaciones de riesgo. Tambi¨¦n en el momento de la evaluaci¨®n p¨²blica y privada de diferentes estrategias de manejo integrado de plagas, nuevas tecnolog¨ªas y desarrollos de biosiunsumos¡±, dice la investigadora.
Para desarrollar el dispositivo, Seehaus no trabaj¨® de forma solitaria. Convoc¨® al ingeniero qu¨ªmico y becario del Consejo Nacional de Investigaciones Cient¨ªficas y T¨¦cnicas (CONICET) Manuel Hadad, que ven¨ªa trabajando en el desarrollo de aparatos con estas caracter¨ªsticas. ¡°En principio, el aparato permite conocer una informaci¨®n que no hab¨ªa: la cantidad de glifosato en el aire. Ese dato se desconoc¨ªa. Se empez¨® a ver el efecto nocivo en la leche, en la miel, en los p¨¢jaros, en los animales¡ La idea es delimitar con criterio de mediciones cu¨¢l es la distancia a la que el glifosato no llega. Esa distancia no se pod¨ªa estudiar porque no exist¨ªa el equipo¡±.
El costo de un equipo AR-PUF es similar a uno tra¨ªdo de los Estados Unidos. De todas formas, la fabricaci¨®n local implica un ahorro en traslados e impuestos. ¡°El desarrollo cuesta lo mismo. El tema en un pa¨ªs como Argentina es traerlo desde afuera. El costo del transporte y otros gastos asociados a las transferencias internacionales hacen que sea el triple de caro. No es una tecnolog¨ªa de punta pero s¨ª logramos hacerla m¨¢s robusta, precisa y acorde al mercado local. Tiene ese valor agregado¡±, explica la investigadora.
Un equipo para monitoreo de pesticidas en aire es s¨®lo una herramienta; un aporte de datos que sirve para sentarse a la mesa y discutir otro gran tema en Argentina: el mal manejo de productos qu¨ªmicos para uso agr¨ªcola, que va mucho m¨¢s all¨¢ del glifosato. Un reciente informe t¨¦cnico-cient¨ªfico, realizado por Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible de la Naci¨®n y otros organismos oficiales, advert¨ªa sobre el uso y los impactos de la atrazina, un herbicida sist¨¦mico selectivo autorizado en Argentina para el control de malezas en cultivos de ma¨ªz, sorgo gran¨ªfero, ca?a de az¨²car, t¨¦, cultivos de soja, papa, algod¨®n, trigo y girasol, entre otros. Y prohibido en 37 pa¨ªses, muchos de ellos de la Uni¨®n Europea.
¡°La atrazina ha resultado ser un contaminante frecuente en todos los compartimientos ambientales analizados en distintas provincias argentinas, pudiendo presentar frecuencias de entre el 50 y el 100 %. Adem¨¢s, muchas veces las concentraciones exceden los l¨ªmites permitidos establecidos por organismos nacionales o internacionales. Esto permite deducir que es un contaminante pseudopersistente en aguas epicontinentales porque, dada la persistencia de la mol¨¦cula, la frecuencia y los vol¨²menes anuales de uso, se excede la capacidad natural de depuraci¨®n del ambiente¡±, detalle el informe.
Luego, en sus conclusiones, el trabajo indica: ¡°Se identifica una falta de datos e informaci¨®n en todo el territorio nacional sobre las concentraciones de atrazina y sus metabolitos en alimentos, biota, agua superficial y subterr¨¢nea y aire, as¨ª como estad¨ªsticas de uso, datos epidemiol¨®gicos de exposici¨®n, riesgo e impactos en la salud y falta de evaluaciones de riesgo¡±.
Seehaus considera que los an¨¢lisis son importantes a la hora de abordar las problem¨¢ticas ambientales que tiene el pa¨ªs. ¡°Es necesario incorporar a la comunidad a la hora de pensar o diagramar las posibles soluciones. Contar con la informaci¨®n que el equipo puede brindarnos colabora a la hora de tomar decisiones y seguir avanzando en la definici¨®n de mejores tecnolog¨ªas agropecuarias, delimitaci¨®n de zonas de resguardo, evaluaciones de riesgo y validaci¨®n de pr¨¢cticas de manejo de cultivos¡±.
Dami¨¢n Marino, profesor en el ¨¢rea de Ambiente de la Facultad de Ciencias Exactas de la Universidad Nacional de La Plata e investigador del CONICET, cree que la situaci¨®n es acuciante y que necesita ¡°acciones concretas¡± m¨¢s all¨¢ de las mediciones. ¡°Basta con recorrer los ¨²ltimos 20 a?os de la ciencia argentina para notarlo: sobran los estudios, las evidencias y los datos. Lo que falta es transformar esa informaci¨®n cient¨ªfica en acciones concretas, marcos regulatorios y prohibiciones. Es decir, pol¨ªticas p¨²blicas activas de uso de suelo. Fijate en el documento sobre la atrazina. La situaci¨®n est¨¢ para tomar acciones, que deben venir desde distintos sectores. Falta regulaci¨®n ambiental, resolver cuestiones vinculadas a la salud p¨²blica y a los sistemas de producci¨®n¡±, dijo Marino, que realiz¨® numerosos trabajos sobre el nivel de contaminaci¨®n que produce la aplicaci¨®n indiscriminada de herbicidas.