Lagunas que desaparecen y arroyos sin agua: as¨ª cambia la sequ¨ªa los paisajes de Argentina
Los devastadores efectos de la falta de lluvias y el cambio clim¨¢tico han dejado pr¨¢cticamente secos varios cuerpos de agua cercanos a Buenos Aires. Tambi¨¦n se han reportado muertes masivas de peces
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La tierra devuelve un sonido seco y se resquebraja a cada paso. Bajo el sol de una tarde de oto?o de finales de marzo, en el suelo apenas se encuentran algunos charcos, lodo, peces muertos y residuos. Algunos perros deambulan sin rumbo, un ciclista pasea a ritmo lento y un grupo de hombres se pierde en el horizonte con rastreadores de metal en busca de alg¨²n tesoro perdido. De lejos parece una playa detenida en el tiempo, pero se trata de la laguna de Lobos, un espejo de agua de 800 hect¨¢reas ubicado al noreste de la provincia de Buenos Aires que desde noviembre pasado experimenta una de las peores bajantes de su historia y ha quedado pr¨¢cticamente seca.
La Argentina acaba de dejar atr¨¢s la mayor ola de calor registrada en d¨¦cadas, que adem¨¢s coincidi¨® con la etapa final de La Ni?a, un per¨ªodo de sequ¨ªa extrema en toda la regi¨®n con los niveles de precipitaciones m¨¢s bajos en sesenta a?os, que seg¨²n los expertos deber¨ªa comenzar a revertirse a partir de 2023. Un informe elaborado por el Sistema de Informaci¨®n sobre Sequ¨ªas para el Sur de Sudam¨¦rica (SISSA) precis¨® que en la provincia de Buenos Aires el 40% del territorio atraviesa una situaci¨®n de sequ¨ªa extrema.
Lagunas, arroyos y r¨ªos bonaerenses lucen vac¨ªos o con niveles de agua muy por debajo del promedio habitual. En Lobos, la bajante comenz¨® en octubre pasado y a finales de a?o se registr¨® una inusual mortandad de peces. Ahora, para hallar agua hay que caminar entre 200 y 300 metros desde la costa, aunque en algunas zonas la laguna qued¨® a¨²n m¨¢s retirada. A su paso, la sequ¨ªa alter¨® el ecosistema: a la muerte de miles de pejerreyes se le suma la aparici¨®n de aves que normalmente no se observan en la zona, como flamencos o esp¨¢tulas rosadas.
Ignacio Su¨¢rez, secretario de Turismo de Lobos, se remonta a 2009 para recordar una bajante similar, aunque no tan dram¨¢tica. ¡°Tambi¨¦n fue en medio de una sequ¨ªa¡±, dice a Am¨¦rica Futura, mientras con el pie remueve una botella de pl¨¢stica encallada en la tierra. La sequ¨ªa adem¨¢s dej¨® a la vista la huella ecol¨®gica: en estos meses hicieron una gran limpieza de la laguna y extrajeron m¨¢s de cien neum¨¢ticos y miles de botellas de pl¨¢sticos y vidrio.
El principal afluente de la laguna de Lobos es el arroyo Las Garzas, que desde hace meses est¨¢ completamente seco, a tal punto que muchos turistas y vecinos organizan paseos en bicicleta. A unos 40 kil¨®metros, en el otro extremo se encuentra la laguna de Navarro, que en febrero desapareci¨® por completo y hoy se puede atravesar a pie. All¨ª no queda ni una gota de agua: solo pastizales y botes que reposan sobre la tierra seca.
Lluvia persistente, la ¨²nica esperanza
¡°Se necesita una lluvia generalizada que persista en el tiempo¡±, explica Natalia Gattinoni, licenciada en Ciencias de la Atm¨®sfera e investigadora en Clima y Agua del Instituto Nacional de Tecnolog¨ªa Agropecuaria (INTA). Argentina atraves¨® durante tres a?os consecutivos el fen¨®meno de La Ni?a, el mayor per¨ªodo de sequ¨ªa registrado en 50 a?os, que hace pocas semanas mostr¨® indicios de llegar a su fin y abrir paso a una etapa m¨¢s h¨²meda y con precipitaciones en l¨ªnea con los promedios habituales o un poco por encima, de acuerdo con relevamientos del sector agropecuario que estiman que s¨®lo en esta campa?a de cultivo las p¨¦rdidas trepan a los 15.000 millones de d¨®lares. Un informe publicado en marzo por el Servicio Meteorol¨®gico Nacional resalt¨® la baja humedad en los suelos, enfatiz¨® que ¡°en numerosos cursos fluviales hay valores muy bajos de altura¡± y advirti¨® el fuerte incremento de superficie que ahora se encuentra bajo la categor¨ªa de ¡°sequ¨ªa severa¡±.
Gattinoni aclara que para que se recupere el nivel normal en las lagunas no alcanza con diluvios en esos cuerpos de agua, sino que se deben producir especialmente en las cuencas h¨ªdricas de r¨ªos y arroyos. Adem¨¢s, detalla que el agua debe escurrir tambi¨¦n desde los campos. ¡°Se tiene que regularizar el proceso hidrol¨®gico, tengo la esperanza de que en este oto?o las lluvias sean mayores y permitan la recuperaci¨®n¡±, indica a Am¨¦rica Futura.
El tr¨¢nsito de La Ni?a a El Ni?o
Con el fin del fen¨®meno de La Ni?a ¨Cun calentamiento en las aguas del Oc¨¦ano Pac¨ªfico en Per¨² que produce cambios en la atm¨®sfera que repercute en una ca¨ªda de las precipitaciones en todo el mundo¨C ahora se esperan ciclos m¨¢s h¨²medos. ¡°Ingresamos en una etapa de m¨¢s precipitaciones. Aunque en este momento estamos en una fase de neutralidad, se puede esperar un trimestre con posibilidades de lluvias normales o por encima del promedio¡±, se entusiasma Gattinoni.
El bi¨®logo Sergio Federovisky, viceministro de Ambiente y Desarrollo Sostenible de la Argentina, enfatiza que de cara a los pr¨®ximos a?os es esperable una ¡°agudizaci¨®n de los extremos¡±: episodios meteorol¨®gicos que siempre existieron, como sequ¨ªas o tormentas severas, pero que ahora por efecto del cambio clim¨¢tico se vuelven m¨¢s violentos, recurrentes y agudos. ¡°Si hay una sequ¨ªa de cuatro a?os es esperable que desaparezca una laguna. Y la contracara ¨C advierte ¨C ser¨¢ cada vez m¨¢s violenta. Es factible que una vez terminada la sequ¨ªa aparezcan inundaciones que tambi¨¦n ser¨¢n brutales¡±.
Federovisky analiza que el fen¨®meno de bajantes de r¨ªos, arroyos y lagunas tiene otro efecto tan grave como el impacto en la flora y la fauna: la posibilidad de que esos humedales sean capturados para desarrollos productivos o inmobiliarios mediante incendios. Para el funcionario, est¨¢ claro que la p¨¦rdida de grandes masas de agua no es inocua. ¡°Tiene consecuencias sociales, productivas y ecol¨®gicas. La alteraci¨®n que produce en el ecosistema implica un impacto dif¨ªcil de sanear¡±, se?ala.
¡°Miramos al cielo esperando que llueva¡±
En Chascom¨²s, una ciudad de 33.000 habitantes a 120 kil¨®metros de Buenos Aires, hay siete lagunas interconectadas que tambi¨¦n experimentan bajantes r¨¦cord. La principal, un gran atractivo tur¨ªstico, tiene una superficie de 3.000 hect¨¢reas y en los ¨²ltimos meses la profundidad cay¨® de casi 3 metros a 1,40. A media hora de all¨ª, la laguna Vitel est¨¢ completamente seca.
¡°La situaci¨®n es muy preocupante, en esta zona llueven unos 900 mil¨ªmetros al a?o, que es lo mismo que se evapora. Hace tres a?os las precipitaciones rozan los 500 mil¨ªmetros, pero la evaporaci¨®n se mantuvo y este verano por la ola de calor se profundiz¨®¡±, detalla el intendente, Javier Gast¨®n. Ante Am¨¦rica Futura, lo grafica en pocas palabras: ¡°Esto se soluciona con lluvia. Todos miramos al cielo, los que tienen fe rezan para que las lagunas se recuperen y los campos puedan producir. Se anunciaban precipitaciones para febrero, luego para marzo, pero el agua sigue sin aparecer¡±, lamenta.
En Navarro, a 150 kil¨®metros, los ¨²ltimos rayos de sol del d¨ªa iluminan el desierto en que se convirti¨® la laguna. En la orilla bebe mate Sof¨ªa Almeida, una joven de la zona que observa desolada los restos del espejo de agua al que sol¨ªan llegar cientos de turistas cada fin de semana y que se convert¨ªa en un paseo casi obligado para los habitantes. ¡°Da mucha tristeza, era una laguna honda y ahora no hay ni una gota de agua¡±, resume. Mira al horizonte y especula que deber¨¢ llover mucho para verla otra vez en su esplendor. Unos minutos despu¨¦s guarda sus pertenencias, se aleja a paso lento y la costanera queda totalmente vac¨ªa.
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