Un laboratorio contra la exclusi¨®n en el desierto m¨¢s seco del mundo
El barrio transitorio Luz Divina VII, en La Chimba, uno de los n¨²cleos de pobreza m¨¢s emblem¨¢ticos de la ciudad minera de Antofagasta, innova para hacer frente a la crisis de vivienda que azota a Chile
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Hay un trozo de Chile en donde confluyen tres crisis: la habitacional, la migratoria y la medioambiental. Se trata de La Chimba, uno de los n¨²cleos de pobreza m¨¢s emblem¨¢ticos de la ciudad minera Antofagasta, 1.300 kil¨®metros al norte de Santiago, donde viven m¨¢s de 7.000 personas. Los pa?os de barriadas informales se han expandido hasta casi morder la entrada de la Reserva Nacional La Chimba, un territorio des¨¦rtico famoso por su biodiversidad y sus quebradas en los faldeos de la cordillera de la Costa. Ambos escenarios ¡ªlas chabolas y el ¨¢rea protegida¡ª viven bajo amenaza por las constantes quemas ilegales producidas a pocos metros, en el que fue el vertedero municipal durante seis d¨¦cadas. En medio de este complejo panorama, se ha levantado una suerte de laboratorio contra la precariedad: los barrios transitorios.
Silvia Bravo, de 71 a?os, es de la capital. Dos d¨¦cadas atr¨¢s decidi¨® abandonar la casa de sus hijos y mudarse a Antofagasta en busca del buen clima. ¡°Nunca se me pas¨® por la cabeza arrendar¡±, confiesa bajo el techo de su negocio ubicado a la entrada de La Chimba, donde se refugia del sol inclemente y las fuertes rachas de viento que levantan el polvo que lo cubre todo: desde el pelaje de los perros abandonados hasta los coches. Primero se fue a un asentamiento donde, con lo que ganaba manipulando alimentos en un colegio, se construy¨® ¡°un tremendo chal¨¦¡± en un terreno privado ubicado en una zona de riesgo, bajo las torres de alta tensi¨®n, en deslizamientos de terreno. Las ocupaciones irregulares e ilegales en la regi¨®n antofagastina alcanzan las 9.285, la tasa m¨¢s alta del pa¨ªs sudamericano, seg¨²n cifras del Ministerio de Bienes Nacionales.
A finales de 2018, Bravo se enferm¨® y le recomendaron mudarse al Luz Divina VII, un barrio de transici¨®n pensado para que la gente abandone los asentamientos y viva de manera m¨¢s segura hasta que el Estado le entregue su casa definitiva en cinco a?os. Ah¨ª viven unas 800 personas; 144 familias, el 90% de ellas inmigrantes (principalmente colombianos, bolivianos y ecuatorianos). A todos los inquilinos se les exige documentaci¨®n regularizada y la firma de un comodato, un contrato bilateral en el que una de las partes proporciona a otra el uso temporal de un producto, en este caso, una casa.
Este barrio transitorio, uno de los tres que existen en La Chimba, es gestionado por la organizaci¨®n Campamento de Ideas y el Servicio de Vivienda y Urbanizaci¨®n (Serviu). Son viviendas con dos habitaciones, que inicialmente fueron entregadas sin ba?o, en una planta de 3x6 metros y con un patio trasero de siete metros. Cuentan con un reglamento de convivencia r¨ªgido, ya que uno de los objetivos es preparar a las familias que vienen de distintas realidades socioculturales a respetar a sus vecinos. ¡°Pasaba mucho que cuando sal¨ªan de un campamento directo a las soluciones habitacionales hab¨ªa mucho conflicto por ruidos, fiestas, basura¡¡±, se?ala la administradora de Luz Divina VII, Marisel Reyes.
Uno de los elementos que hacen atractivo pasar de ¡°un chal¨¦¡± a una vivienda peque?a es que no existen riesgos de desalojamiento, como ocurre en los asentamientos. A¨²n as¨ª, son varios los casos como los de Alejandrania Guerrero, de 60 a?os, y su marido Jorge Rodr¨ªguez, de 57, que viven de manera ilegal en La Chimba y no pretenden moverse de ah¨ª. En 10 a?os, se han construido una casa con terraza donde est¨¢n sus habitaciones, otra para el sal¨®n, cocina y comedor y un taller mec¨¢nico y han plantado hasta ¨¢rboles que ya superan las techumbres. ¡°A m¨ª me hace da?o irme a un barrio transitorio. Perder¨ªa mi taller¡±, sostiene Rodr¨ªguez, quien es soldador.
La regi¨®n de Antofagasta aument¨® el ¨²ltimo a?o un 75% las familias que viven en asentamientos o campamentos, como los llaman en Chile, duplicando el incremento nacional. En solo un a?o, pasaron de 7.300 a 12.800, seg¨²n el Catastro Nacional de Campamentos 2022-2023 de la organizaci¨®n TECHO Chile. A nivel pa¨ªs, casi 114.000 hogares ¡ªun tercio de ellos migrantes¡ª habitan sitios con alcantarillado deficitario y acceso informal a agua potable y electricidad, cuatro veces m¨¢s que en 2011.
El presidente Gabriel Boric inform¨® en su Cuenta P¨²blica realizada esta semana ante el Congreso de los avances del Plan de Emergencia Habitacional para entregar 260.000 viviendas durante su mandato. Ya se han entregado 60.222 y otras 131.077 se encuentran en construcci¨®n, seg¨²n el mandatario, quien anunci¨® que Antofagasta ser¨¢ incorporada en 2025 en el Plan Ciudades Justas, una pol¨ªtica para la gesti¨®n del suelo p¨²blico y desarrollar conjuntos urbano-habitacionales.
La Chimba cuenta con un consultorio de salud donde atienden a un m¨¢ximo de 10 personas diarias y un sistema de transporte p¨²blico escaso que finaliza su ruta a las 19.00 horas. ¡°El acceso a la salud es casi imposible y los ni?os que van al colegio al centro de Antofagasta tardan dos horas en llegar¡±, reclama Reyes, la administradora del barrio. ¡°Nuestro acceso al agua es a trav¨¦s de los camiones aljibes, que puede ser robada. Llega amarilla o caf¨¦¡ no es consumible. La poblaci¨®n solo la ocupa para ba?arse y tiene que comprar bidones de 20 litros para consumir o para cocinar. Una familia de cuatro ocupa cuatro al mes (60 d¨®lares), pero aqu¨ª tenemos grupos de ocho¡±, explica Reyes.
Tras una larga negociaci¨®n, alcanzaron un convenio con Aguas Antofagasta y a partir de la pr¨®xima semana las viviendas tendr¨¢n acceso a agua potable. La entrada a corrientes el¨¦ctricas funciona con normalidad gracias al Gobierno regional, pero en la noche no cuentan con luminaria.
¡°Antes, el tema de la basura era un asco¡±, sostiene Bravo, apuntando a la entrada del barrio, donde los vecinos depositaban sus desechos formando una torre de porquer¨ªas. ¡°Era un mosquer¨ªo con ratones¡ Ahora estamos s¨²per bien. Vamos a tener agua tambi¨¦n¡±, agrega ilusionada. ¡°Era un microbasural de toda la ciudad delante de nosotros. Eso dur¨® hasta hace unos cuatro meses atr¨¢s, que lo logramos erradicar gracias a un trabajo en uni¨®n con todas las dirigentes de los otros campamentos¡±, apunta Reyes. La empresa de servicios socioambientales Agges don¨® recientemente la infraestructura de un punto limpio al barrio transitorio y parte de la comunidad pint¨® la fachada de lo que hoy llaman ¡°la casa de la basura¡±.
El alcalde de Antofagasta, Jonathan Vel¨¢squez, explica por escrito a El PA?S que el municipio no est¨¢ facultado por ley para el retiro de basura domiciliaria en los asentamientos temporales. ¡°Sin embargo, como municipio nos hacemos cargo del retiro de los desechos que generan estos campamentos mediante una caja de cami¨®n ampli-roll¡±, afirma.
La basura de los vecinos del barrio est¨¢ resuelta, pero hay un problema mucho mayor a la vuelta de la esquina: el que fue el vertedero municipal durante seis d¨¦cadas. ¡°El olor de las quemas que llega desde ah¨ª es terrible, aire contaminado¡±, describe Bravo. Hace tres a?os, lo cerraron y enterraron todos los desechos pero, al no estar cercado, se han vuelto a acumular escombros, ropa, botellas y un sinf¨ªn de objetos que emanan un olor ¨¢cido que perfora las fosas nasales. Las quemas no han cesado, algunas de ellas provocadas para sustraer el material ferroso de los desechos y luego comercializarlos.
Por orden de la Corte Suprema, Vel¨¢squez tuvo que elaborar un Plan de Cierre del exvertedero La Chimba definitivo, el cual present¨® la semana pasada ante la Secretar¨ªa Regional Ministerial de Salud. Cuenta con tres etapas: la construcci¨®n de un muro, seguridad con servicio de vigilancia y control de vectores y emanaciones. ¡°Esto ¨²ltimo consiste en la mantenci¨®n de la limpieza y redisposici¨®n de residuos que hay al interior¡±, apunta el alcalde. El municipio tiene hasta el 6 de junio para licitar los guardias de seguridad y el cierre perimetral.
Ernesto Espinoza, director de Campamento de Ideas, plantea en un recorrido por Luz Divina VII que ¡°el abandono del Estado implica que muchos vecinos digan que la quema de basura no es su tema principal preocupaci¨®n, sino las tem¨¢ticas diarias que les pegan m¨¢s fuerte, como la falta de seguridad, de luminaria o de servicios p¨²blicos¡±.
A pesar de todos los males que aquejan a La Chimba, hay vecinas como Bravo, del barrio transitorio, que no quieren que le pasen las llaves de su vivienda definitiva. Su amiga Julia Gonz¨¢lez, de 66 a?os, est¨¢ igual de a gusto: ¡°?Qu¨¦ ganas de irnos nos va a dar? Aqu¨ª he encontrado la felicidad, tengo mis talleres, mi negocio¡¡±, comenta, en alusi¨®n a los programas de emprendimiento y de alfabetizaci¨®n digital para mujeres, impartidos por voluntarios universitarios en el cibercaf¨¦ comunitario. Ah¨ª mismo ofrecen reforzamiento escolar personalizado y grupal.
¡°La idea es potenciar a las mujeres, que son mayoritariamente jefas de hogar, para que cuando se vayan a su vivienda definitiva tambi¨¦n tengan herramientas para levantar su microemprendimiento¡±, apunta Reyes. Ese es el motor de Campamento de Ideas, que naci¨® con la hip¨®tesis de que la crisis de vivienda se estaba abordando desde la habitabilidad, pero poco desde las personas, y pusieron en marcha un plan para construir casas y capital social a la vez.
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