El carb¨®n, petr¨®leo y gas est¨¢n alimentando la crisis del coste de vida
Los combustibles f¨®siles est¨¢n llevando al l¨ªmite el presupuesto de millones de hogares. La Conferencia sobre Cambio Clim¨¢tico COP28 puede observar una resurgencia de la acci¨®n clim¨¢tica
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En los dos ¨²ltimos a?os, la inflaci¨®n ha provocado una crisis del coste de vida en gran parte del mundo. Algunos alarmistas han utilizado las dificultades que esto ha causado a millones de personas para propagar la ret¨®rica de que la acci¨®n contra el cambio clim¨¢tico es inasequible y va en contra de los intereses de la gente. Nada m¨¢s lejos de la realidad.
Propagar una narrativa de verdes contra pobres es divisivo y a menudo se utiliza para enmascarar intereses propios, de corto plazo y con ¨¢nimo de lucro. El ¨²nico futuro estable y econ¨®micamente sostenible es el de la seguridad energ¨¦tica, resistencia a las cat¨¢strofes, recuperaci¨®n coordinada y bien financiada de las mismas y, en ¨²ltima instancia, la limitaci¨®n del aumento de la temperatura a 1,5¡ãC.
Los combustibles f¨®siles, incluidos el carb¨®n, el petr¨®leo y el gas, son uno de los principales motores de la crisis del coste de vida, que est¨¢ llevando al l¨ªmite el presupuesto de miles de millones de hogares. Los precios se han disparado, como suele ocurrir, impulsados por la incertidumbre y los conflictos. A su vez, esto eleva los costes del transporte, alimentos, electricidad y necesidades b¨¢sicas de los hogares. En 2022, en algunos pa¨ªses altamente dependientes de combustibles f¨®siles, las facturas de los hogares aumentaron hasta 1.000 d¨®lares debido a los costes energ¨¦ticos de los combustibles f¨®siles.
Seg¨²n autoridades econ¨®micas como el Tesoro de Estados Unidos, el Banco de la Reserva de la India y el Banco Central Europeo, los costes para el consumidor aumentar¨¢n a¨²n m¨¢s y el crecimiento econ¨®mico se ralentizar¨¢ a medida que se intensifiquen los efectos del cambio clim¨¢tico. Los altos precios de la energ¨ªa tambi¨¦n reducen los m¨¢rgenes de beneficio de las empresas, perjudican el crecimiento econ¨®mico e impiden garantizar el derecho al acceso a la energ¨ªa en todo el mundo. La inflaci¨®n perjudica sobre todo a los hogares m¨¢s pobres.
Los desastres clim¨¢ticos tambi¨¦n est¨¢n empeorando en todos los pa¨ªses. Este a?o ser¨¢ probablemente el m¨¢s caluroso de los ¨²ltimos 125.000 a?os. Tormentas m¨¢s destructivas, lluvias e inundaciones impredecibles, olas de calor y sequ¨ªas ya est¨¢n causando enormes da?os econ¨®micos y afectando a cientos de millones de personas en todo el mundo, cost¨¢ndoles la vida y el sustento.
Los grifos de los combustibles f¨®siles no pueden cerrarse de la noche a la ma?ana, pero hay muchas oportunidades para actuar que no se est¨¢n aprovechando actualmente. Por ejemplo, en 2022, los Gobiernos gastaron m¨¢s de siete billones de d¨®lares del dinero de los contribuyentes o de pr¨¦stamos en subvenciones para combustibles f¨®siles. Las subvenciones no protegen los ingresos reales de los hogares m¨¢s pobres y desv¨ªan recursos que aumentan la carga de la deuda de los pa¨ªses en desarrollo, o que podr¨ªa haberse utilizado para mejorar la atenci¨®n sanitaria, construir infraestructuras -incluidas las energ¨ªas renovables y las redes el¨¦ctricas- y ampliar los programas sociales para aliviar la pobreza. Si se hace de forma responsable, la eliminaci¨®n progresiva de estas subvenciones ayudar¨ªa realmente a los m¨¢s pobres y mejorar¨ªa las econom¨ªas de los pa¨ªses que ahora dependen de ellas.
Este a?o, en ONU Cambio Clim¨¢tico, hemos realizado un balance mundial de la acci¨®n clim¨¢tica implementada hasta la fecha. ?ste ha indicado claramente que los avances son demasiado lentos. Pero tambi¨¦n ha revelado que disponemos de muchas herramientas para acelerar ahora la acci¨®n clim¨¢tica, lo que al mismo tiempo construir¨¢ econom¨ªas m¨¢s fuertes. Tenemos los conocimientos y las herramientas para acelerar esta transici¨®n, garantizando al mismo tiempo que sea justa y equitativa y que no deje a nadie atr¨¢s.
Miles de millones de personas necesitan que sus Gobiernos tomen esta caja de herramientas y la pongan a trabajar. Eso incluye cambiar miles de millones de d¨®lares de inversiones para producci¨®n de combustibles f¨®siles por energ¨ªas renovables que proporcionen energ¨ªa estable, fiable y de menor precio para impulsar el crecimiento econ¨®mico. Se trata tanto de la demanda como de la oferta. Los que demandamos energ¨ªa para encender la luz necesitamos opciones limpias para hacerlo, y el espacio fiscal para invertir en nuestras comunidades y en su capacidad para adaptarse a un mundo cambiante.
Hay motivos para el optimismo, si los Gobiernos acuden a la conferencia sobre cambio clim¨¢tico de este a?o -la COP28- en Dub¨¢i con esp¨ªritu de cooperaci¨®n y la mirada puesta en las soluciones. En la COP28 podemos llegar a un acuerdo para triplicar la capacidad mundial de energ¨ªa renovable. Podemos duplicar la eficiencia energ¨¦tica. Podemos demostrar que estamos duplicando la financiaci¨®n para ayudar a los pa¨ªses a adaptarse a los impactos clim¨¢ticos y centrarla en la planificaci¨®n nacional. Podemos hacer realidad el fondo para p¨¦rdidas y da?os clim¨¢ticos que contribuya a la justicia clim¨¢tica. Y podemos cumplir viejas promesas sobre el financiamiento de la transici¨®n y esbozar c¨®mo vamos a financiar los pr¨®ximos pasos.
Un momento o una reuni¨®n no lo cambiar¨¢ todo. Pero podemos determinar nuestro futuro en las pautas que fijemos este a?o, y as¨ª trazar el plan para que los compromisos nacionales puedan cumplirse en 2025. Me niego a dejar que el alarmismo me tape los ojos y usted tampoco deber¨ªa dejarse cegar.