El reciclaje en Nueva York, un trabajo mal pagado a cargo de los inmigrantes indocumentados
El sector lleva 15 a?os sin recibir un aumento por sus servicios, lo que ha llevado a muchos centros de reciclaje a cerrar. Una propuesta de ley busca duplicar el pago que se les da
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Todos los d¨ªas, a las 7 de la ma?ana, Graciela Cieza y Robert Romero, un matrimonio de inmigrantes peruanos, abre las puertas de la bodega donde tienen su centro de reciclaje en Queens, Nueva York. Es un peque?o negocio por el que recolectan latas y botellas para canjearlas por dinero. All¨ª guardan cientos de bolsas con miles de botellas y latas de agua, soda y cerveza clasificadas por marca, producto y tama?o. Llevan ocho a?os trabajando en este centro de redenci¨®n ¡ªcomo tambi¨¦n se les llama¡ª y hace cinco meses se convirtieron en due?os del negocio. ¡°El se?or que ten¨ªa la bodega antes cerr¨® porque se declar¨® en bancarrota¡±, cuenta Cieza, de 65 a?os, quien lleg¨® a Estados Unidos hace 12 con sus dos hijos y su esposo.
El fr¨¢gil ecosistema de reciclaje de botellas y otros materiales en el Estado de Nueva York es manejado mayormente por trabajadores inmigrantes y adultos mayores, que ganan aproximadamente 30 d¨®lares al d¨ªa si son recicladores independientes y 40 si son centros de redenci¨®n, y que no han visto un aumento en el valor de los art¨ªculos que recolectan en 15 a?os.
El reciclaje en el Estado de Nueva York es un proceso en cadena. Primero, el consumidor deja su botella o lata en el bote de basura azul para materiales reciclables. Luego, los recicladores independientes, recolectan el material y lo llevan a un centro de redenci¨®n, como el de Cieza y Romero, en donde les pagan 5 centavos por unidad. All¨ª categorizan los materiales recibidos por marca, tipo de contenedor y tama?o para venderlos a los distribuidores, que pueden ser las empresas que fabrican el contenedor de la bebida, las que las venden, o las embotelladoras, que les pagan 8,5 centavos por contenedor y lo mandan a f¨¢bricas que los transforman.
En los dos ¨²ltimos a?os, 150 de los alrededor de 700 centros de redenci¨®n del Estado han cerrado sus puertas porque no les sale rentable, de acuerdo con el New York Public Interest Research Group. Y quienes los dirigen han alertado que, sin un aumento en el valor de las latas y pl¨¢sticos establecido por la ley, habr¨¢ m¨¢s cierres. Mientras tanto, algunos esfuerzos de legisladores estatales para rescatar la industria se topan con las campa?as de opositores pol¨ªticos y grandes embotelladoras, que alegan que aumentar el pago de las tarifas de reciclaje impactar¨ªa a los consumidores.
El debate del proyecto de ley de la Bigger Better Bottle Bill (mejor y m¨¢s grande, en espa?ol, o ley de la botella), que fue propuesto el a?o pasado por la senadora estatal dem¨®crata Rachel May, qued¨® aplazado hasta el 28 de enero de 2025. Mientras esperan un pago que consideran m¨¢s justo, los centros de redenci¨®n se est¨¢n quebrando, aseguran las organizaciones que firmaron la solicitud de ayuda inmediata a la gobernadora Kathy Hochul.
Centros de redenci¨®n obligados a cerrar
La nueva Ley de la Botella propone que la tarifa de dep¨®sito suba de 5 a 10 centavos por unidad recolectada y de 3,5 a 6 centavos por unidad por el manejo, lo que hacen Graciela Cieza y Robert Romero. Esto duplicar¨ªa los ingresos actuales de los centros de redenci¨®n y los recicladores independientes. Adicionalmente, se espera que aumenten las tasas de reciclaje de un Estado, que actualmente solo recicla el 17,2% de sus residuos, de acuerdo a cifras del Departamento de Sanidad. Esto est¨¢ por debajo del promedio nacional, que es 35% y de Estados como Oreg¨®n, que ha implementado una ley similar a la que se debate en Nueva York y donde la tasa de reciclaje es de 85,5%.
Jade Eddy, due?a del centro de redenci¨®n MT Retornables en Queensbury y miembro de la asociaci¨®n de centros de redenci¨®n Empire State Redemption Association, est¨¢ pensando en cerrar su bodega porque no tiene dinero para mantenerse a flote. Eddy ha perdido la esperanza de que esta ley se apruebe antes de que pierda el negocio que le dio de comer a su familia por 20 a?os. ¡°Actualmente, estoy recibiendo un auxilio por pobreza, gast¨¦ todos mis ahorros para la jubilaci¨®n y perd¨ª mi casa para intentar mantener mi negocio¡±, dice la mujer de 40 a?os, en una videollamada. ¡°La posici¨®n en la que nos han puesto es criminal porque veo a los legisladores de Albany m¨¢s preocupados por grandes compa?¨ªas como Pepsi, que se oponen a la Ley de la Botella, que por los peque?os negocios que sirven a sus comunidades¡±, asegura.
Si la nueva ley se aprueba, las embotelladoras tendr¨¢n que invertir m¨¢s en reciclar los contenedores de los productos que comercializan, pues pasar¨ªan de pagar 8,5 centavos a 16 a los centros de redenci¨®n. De acuerdo al Container Recycling Institute, una organizaci¨®n no gubernamental dedicada a investigar el reciclaje y recolecci¨®n en Estados Unidos, los principales opositores de la Ley de la Botella son embotelladoras como PepsiCo, Coca Cola y Anheuser Busch. Sin embargo, la vocera de PepsiCo, Andrea Foote, le dijo a Pol¨ªtico que ¡°PepsiCo est¨¢ abogando por la Ley de la Botella de Nueva York y proyectos de ley que ampl¨ªen la responsabilidad del productor¡±.
¡°Si cierran, nos vamos a quedar sin nada¡±
La amenaza contra los centros de redenci¨®n impacta a los recicladores independientes, que son en su mayor¨ªa inmigrantes, casi la mitad de ellos latinos, con un nivel de ingresos menor a 400 d¨®lares mensuales, seg¨²n un informe de Sure We Can, un centro de redenci¨®n y espacio comunitario para recicladores independientes en Bushwick, Brooklyn.
¡°Antes ¨ªbamos a un centro que nos quedaba m¨¢s cerca a la casa, pero lo cerraron por problemas econ¨®micos. Entonces ahora venimos ac¨¢, pero nos toca caminar mucho y ya estamos cansados¡±, cuentan Pedro Romero y Josefa Mar¨ªn, una pareja de inmigrantes indocumentados mexicanos de 68 a?os, que llevan el material reciclable que recogen al centro de Sure We Can. Ambos comenzaron a trabajar como recicladores independientes debido a que no tienen una pensi¨®n que cubra todos sus gastos. ¡°Nos afectar¨ªa mucho que este centro cerrara. Si cierran, creo que es mejor devolvernos a M¨¦xico de una vez¡±, asegura Mar¨ªn.
?ngela, una recicladora independiente de 50 a?os originaria de Rep¨²blica Dominicana, se dedica a recoger material reciclable desde hace dos a?os, cuando perdi¨® su trabajo como cocinera en un restaurante en Manhattan. Trabaja todos los d¨ªas y lleva el material al centro de redenci¨®n de Graciela Cieza y Robert Romero en Queens. ¡°Esta labor es la que me est¨¢ dando dinero para mantener a mis tres hijos y pagar la renta. Si estos centros los cierran, nos vamos a quedar sin nada¡±, dijo la dominicana, quien prefiri¨® no dar su nombre completo debido a su estatus migratorio irregular.
La Ley de la Botella actual ¡ªvigente desde 1982¡ª determina una tarifa de dep¨®sito de 5 centavos que los consumidores pagan al comprar bebidas embotelladas o enlatadas, reembolsables si el consumidor devuelve el envase para su reciclaje; y una tarifa de manejo de 1,5 centavos que comprende un pago adicional que los distribuidores y embotelladores deben hacer a los centros de redenci¨®n.
En el 2009, la Asamblea de Nueva York aument¨® la tarifa de manejo a 3,5 centavos y redistribuy¨® los fondos no reclamados. Antes de eso, los 5 centavos de la tarifa de dep¨®sito quedaban en manos de las embotelladoras. A partir de la reforma, el 80% de los dep¨®sitos no reclamados se comenzaron a destinar al Fondo de Protecci¨®n Ambiental de Nueva York, y el resto permanece con las embotelladoras.
El dinero recaudado por el fondo p¨²blico se usa para financiar programas de medio ambiente, educaci¨®n, infraestructura y servicios comunitarios, de acuerdo a la p¨¢gina web del mismo. El m¨¢s reciente informe de los proyectos beneficiarios por el Fondo de Protecci¨®n Ambiental data del 2013.
Sure We Can argumenta que el fondo no est¨¢ ayudando en la crisis de desfinanciaci¨®n del sector. ¡°El programa de subvenciones no ha entregado fondos a los centros de redenci¨®n afectados. Nosotros enviamos una solicitud y nunca recibimos un centavo¡±, dice su director, Ryan Castalia.
En los ¨²ltimos 15 a?os, los precios en Estados Unidos han incrementado un 36,4% y la capacidad adquisitiva de las personas ha disminuido constantemente. En el mismo periodo, el valor del trabajo de los centros de redenci¨®n y recicladores no ha recibido un solo aumento. ¡°Tengo esperanza de que Nueva York defienda el medio ambiente a partir de proteger a sus trabajadores y el desarrollo de infraestructura verde dentro del estado¡±, a?ade Castalia, quien se muestra esperanzado con que el congreso del Estado apruebe la ley.
Pese a haber sido una de las promotoras de la nueva norma, la recicladora Josefa Mar¨ªn teme que, de aprobarse, su trabajo se vea afectado. ¡°Antes recog¨ªamos muchas m¨¢s botellas que ahora y eso que solo pagaban 5 centavos por botella. Si la ley se llega a aprobar, los consumidores de bebidas van a comenzar a llevar las botellas ellos mismos porque se van a dar cuenta que pueden obtener una buena cantidad de dinero al devolverlas¡±, dice.
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