El narco Sebasti¨¢n Marset causa molestia en Bolivia tras una entrevista televisiva
El Gobierno del pa¨ªs andino sostiene que la aparici¨®n del pr¨®fugo, acusado del asesinato, tr¨¢fico de drogas y lavado de dinero, es una simple ¡°operaci¨®n medi¨¢tica¡±
El caso de Sebasti¨¢n Marset parec¨ªa haber quedado atr¨¢s para la pol¨ªtica boliviana, meses despu¨¦s de que esta se viera sacudida por la fuga del narco de este pa¨ªs. La entrevista que sostuvo con Canal 4 de Uruguay cambi¨® las cosas, reabri¨® heridas y volvi¨® a agitar el avispero, aunque las autoridades niegan que el pr¨®fugo haya hecho alguna revelaci¨®n real.
¡°Esta es una operaci¨®n medi¨¢tica. Hemos visto un sensacionalismo hacia el narcotr¨¢fico, pareciera que existen personas que quieren normalizar el narcotr¨¢fico. Es lamentable que esto est¨¦ sucediendo, no en el territorio nacional, pero s¨ª m¨¢s all¨¢ de nuestras fronteras¡±, declar¨® a medios uruguayos Eduardo del Castillo, el ministro de Gobierno (Interior) de Bolivia.
Frente a la c¨¢mara de televisi¨®n, en la parte de la entrevista en la que se refiri¨® a su escape de Santa Cruz de la Sierra el 29 de julio de este a?o, Marset repiti¨® que le ¡°avisaron¡± que estaba a punto de caer y fue as¨ª como pudo fugarse con varios miembros de su familia. Ya hab¨ªa dicho esto mismo, incluso acusando personalmente a un jefe policial, en un video que circul¨® en los medios bolivianos poco despu¨¦s de su escapada. Era su respuesta a la acusaci¨®n de las autoridades bolivianas de que secuestr¨® a un polic¨ªa para poder huir. Aunque sus declaraciones a los medios desde la clandestinidad pueden verse como riesgos innecesarios, siempre tienen un prop¨®sito jur¨ªdico: establecen antecedentes para cuando llegue una eventual captura, posibilidad que, como se pudo observar en la entrevista, Marset tiene muy presente.
Del Castillo sali¨® al paso y rechaz¨® que la polic¨ªa hubiera ayudado al delincuente uruguayo. Argument¨® que decomisaron una fuerte suma en efectivo de uno de sus domicilios, lo que muestra que debi¨® partir apresuradamente, porque ¡°ni al m¨¢s grande narcotraficante le sobran 440.000 d¨®lares¡±.
Marset tambi¨¦n habl¨® de este dinero, pero en otro sentido: critic¨® que la polic¨ªa solo ofreciera una recompensa por 100.000 d¨®lares y no por el monto total retenido, y sugiri¨® que los agentes del orden se quedar¨¢n con los 300.000 restantes. ¡°As¨ª es Bolivia¡±, exclam¨®. En su escala personal de corrupci¨®n policial, la mejor ubicada es la polic¨ªa uruguaya, mientras que la boliviana ocupa el peor lugar. Esta afirmaci¨®n hace eco de las creencias locales. Al mismo tiempo, la polic¨ªa boliviana es menos violenta que sus similares de otros pa¨ªses. De ah¨ª la preocupaci¨®n que genera el crecimiento del narcotr¨¢fico y la presencia de grandes capos como Marset en el pa¨ªs.
Seg¨²n Del Castillo, el uruguayo es un narco de talla mundial, que gast¨® m¨¢s de 10 millones de d¨®lares en los pocos meses en que estuvo viviendo en Santa Cruz. Aunque las autoridades no pudieron detenerlo, armaron en su contra el operativo antinarc¨®ticos m¨¢s grande de la historia, con decenas de allanamientos, detenciones y varios procesos judiciales. Tras la entrevista, estos procesos se movieron. La fiscal¨ªa pidi¨® declaraciones de diez personas que se hallan detenidas por sus relaciones con Marset. A Erland Ivar Garc¨ªa L¨®pez, alias Colla, considerado la mano derecha del narco, un tribunal de apelaci¨®n le neg¨® la libertad condicional que hab¨ªa logrado en una instancia inferior. Adem¨¢s, la fiscal¨ªa procesar¨¢ por prevaricato al juez que concedi¨® su libertad. Aunque las autoridades niegan que estas acciones est¨¦n relacionadas con el encuentro medi¨¢tico del principal sujeto de la investigaci¨®n, lo cierto es que el gusto de Marset por los reflectores no favoreci¨® a sus supuestos allegados en Bolivia.
Tambi¨¦n se reactiv¨® la pol¨¦mica pol¨ªtica en torno a este caso. Los pol¨ªticos que siguen al expresidente Evo Morales, que se han convertido en los principales opositores al Gobierno de su excompa?ero Luis Arce, acusan a Del Castillo de proteger al narcotr¨¢fico. El resto de la oposici¨®n piensa que las dos alas en las que se ha dividido el Movimiento al Socialismo, MAS, est¨¢n igualmente vinculadas a este delito. Este tipo de acusaciones han sido el caballo de batalla en la pol¨ªtica boliviana desde el inicio de la guerra contra las drogas en los a?os 80 del siglo pasado. Las acciones y declaraciones de Marset han confirmado a todos los pol¨ªticos bolivianos en sus suposiciones sobre los dem¨¢s. Sin embargo, no existe ninguna investigaci¨®n parlamentaria en marcha porque la divisi¨®n del MAS ha convertido la Asamblea Legislativa en ¡°tierra de nadie¡±. Con muchas dificultades y en un tiempo muy prolongado, el Gobierno apenas ha logrado la aprobaci¨®n de los cambios al presupuesto general de Estado. Otras leyes duermen en los archivos y resulta dif¨ªcil que la situaci¨®n cambie en el corto plazo.
Una posici¨®n m¨¢s conciliadora ha sido la del presidente del Senado, Adr¨®nico Rodr¨ªguez, que, pese a su alineamiento con Morales, procura no romper del todo con el Gobierno de Arce. Rodr¨ªguez fue reelecto hace poco con el apoyo de la oposici¨®n, sorteando el rechazo del presidente boliviano a su postulaci¨®n. ¡°Este es un tema que est¨¢ afectando no solo la imagen de un ministro, sino la del pa¨ªs¡±, declar¨®. Y pidi¨® que sean las investigaciones judiciales las que determinen las responsabilidades de las diferentes autoridades de seguridad en la fuga de Marset.
Aunque Del Castillo se indign¨® por la entrevista, esta le proporcion¨® cierto alivio, ya que llev¨® a la comunidad internacional de inteligencia a suponer que el narco est¨¢ fuera de Bolivia. ¡°Estoy convencido de que se encuentra en Paraguay¡±, se?al¨® el ministro boliviano a la prensa. A este pa¨ªs viaj¨® la periodista uruguaya que lo entrevist¨®, aunque, luego de aterrizar, tambi¨¦n tom¨® otros vuelos no registrados. Y en este pa¨ªs lo est¨¢n buscando ahora las fuerzas policiales paraguayas, con apoyo de la Interpol.
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