El secuestro de Miss Nicaragua: un nuevo reh¨¦n de la dictadura
Ortega y Murillo nunca podr¨¢n confiscar la alegr¨ªa y la esperanza del pueblo, ni la libertad de conciencia
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Las acusaciones delirantes que la Polic¨ªa del r¨¦gimen de Ortega y Murillo ha lanzado contra la directora de la organizaci¨®n Miss Nicaragua, Karen Celebertti, desterrada la semana pasada, y contra su esposo, Mart¨ªn Arg¨¹ello Leiva, y su hijo Bernardo Arg¨¹ello Celebertti, secuestrados y desaparecidos, han provocado estupor y una rotunda condena entre los nicarag¨¹enses y en la opini¨®n p¨²blica internacional.
A estos tres ciudadanos, que forman parte de la organizaci¨®n que promovi¨® la coronaci¨®n de Sheyniss Palacios, miss Nicaragua, en el certamen de Miss Universo, y que por lo tanto son copart¨ªcipes de ese gran triunfo nacional, se les imputan sin ninguna prueba los delitos de ¡°conspiraci¨®n, traici¨®n a la patria, terrorismo, incitaci¨®n al odio, crimen organizado, y lavado de dinero¡±, entre otras fabricaciones inventadas en el b¨²nker de El Carmen.
En realidad, de lo ¨²nico que son culpables es de haber trabajado con imparcialidad y profesionalismo para organizar el concurso de Miss Nicaragua, y de haber apoyado en su preparaci¨®n a Sheyniss Palacios, quien, con su derroche de belleza, talento, y carisma, se convirti¨® en miss Universo hace dos semanas en San Salvador.
Una reina de belleza que tambi¨¦n est¨¢ amenazada por este rosario de acusaciones demenciales, cuyo ¨²nico delito ha sido devolverle la alegr¨ªa y la esperanza al pueblo, y haberse coronado miss Universo por su propio esfuerzo, y no ¡°gracias al comandante Daniel y la compa?era Rosario¡±, como ordena la propaganda oficial.
El comunicado policial redactado de su pu?o y letra por la vocera del r¨¦gimen es un acto que deshonra a la misma Polic¨ªa Nacional y que, sin ser una acusaci¨®n penal, adelanta una sentencia de culpabilidad al calificar de ¡°ap¨¢tridas¡± a los acusados. Pero, en el fondo, revela la paranoia, el miedo, y la desesperaci¨®n de una dictadura familiar que pretende controlarlo todo, pero no puede acallar la explosi¨®n de alegr¨ªa que ha provocado miss Universo, en las calles y en las redes, como tampoco ha podido aplastar la libertad de conciencia de monse?or Rolando ?lvarez, el obispo de Matagalpa que durante 10 meses ha estado encerrado en una celda de m¨¢xima seguridad en la c¨¢rcel modelo.
La integridad, la decencia, la solidaridad y la capacidad de indignaci¨®n, los mismos valores que practic¨® y predic¨® el gran jurista que fue el doctor Roberto Arg¨¹ello Hurtado, expresidente de la Corte Suprema de Justicia, padre, abuelo, y suegro de las tres v¨ªctimas, son su ¨²nico blindaje en un pa¨ªs sin leyes ante una infame acusaci¨®n.
Los nicarag¨¹enses nunca hemos perdido la capacidad de asombro para condenar los cr¨ªmenes de lesa humanidad de la dictadura, aunque estos sean cada vez m¨¢s irracionales. Primero masacraron en masa al pueblo en 2018. Encarcelaron a miles de personas y mandaron al exilio a centeneres de miles de familias. Nos despojaron del derecho a elegir y ser electos en 2021. Despu¨¦s eliminaron todos los espacios c¨ªvicos y las organizaciones de la sociedad civil. Confiscaron las universidades y los medios de comunicaci¨®n independientes. Desataron una feroz persecuci¨®n contra la Iglesia cat¨®lica y la libertad religiosa. Y ahora intentan politizar un certamen de belleza para criminalizarlo al presentarlo como un supuesto golpe de Estado.
El asalto disparatado contra Miss Nicaragua y Miss Universo forma parte del legado del caos y el desastre que Daniel Ortega le pretende heredar a la sociedad nicarag¨¹ense: una dinast¨ªa familiar con una dictadura m¨¢s totalitaria, aunque sin legitimidad, ni apoyo popular. Y eso los saben perfectamente bien todos sus c¨®mplices: los generales del Ej¨¦rcito y la Polic¨ªa, los flamantes ministros econ¨®micos, los operadores pol¨ªticos del r¨¦gimen, y sus testaferros y paramilitares. Saben que la dinast¨ªa est¨¢ destinada al fracaso, porque, adem¨¢s, nunca podr¨¢n confiscar la alegr¨ªa y la esperanza del pueblo, y la libertad de conciencia.
Despu¨¦s de haber vivido durante cinco a?os bajo un Estado policial de facto que ha conculcado todas las libertades, los nicarag¨¹enses siguen condenando, en silencio, la injusticia. La resistencia c¨ªvica, en la c¨¢rcel y en el exilio, es una conquista democr¨¢tica m¨¢s poderosa que los fusiles y las calumnias de la dictadura en su estado actual de total degradaci¨®n moral.
Es posible que en la mentalidad mafiosa de los dictadores, Mart¨ªn y Bernardo Arguello sean vistos como meras fichas de cambio, como rehenes para intentar acallar a Miss Universo Sheyniss Palacios. Pero, esa una apuesta in¨²til, porque Sheyniss nunca ha sido ni pretende ser un actor pol¨ªtico. En cambio, la explosi¨®n de alegr¨ªa que est¨¢ desatando su triunfo ya forma parte de una nueva ola de cambio que, m¨¢s temprano que tarde, terminar¨¢ enterrando a una dictadura decr¨¦pita.
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