Delirio represivo en Nicaragua
La persecuci¨®n contra cualquier tipo de oposici¨®n al r¨¦gimen de Ortega coloca en la diana al certamen de Miss Universo
Los reg¨ªmenes autoritarios recurren a cualquier pretexto para intentar un lavado de cara y tratar de ofrecer a la sociedad un motivo de orgullo nacional. El certamen de Miss Universo es uno de esos eventos explotados por algunos gobiernos para ganar proyecci¨®n internacional. La ¨²ltima gala se celebr¨® el 19 de noviembre en El Salvador, donde el presidente Nayib Bukele aprovech¨® para hacer campa?a y reivindicarse a s¨ª mismo. La ganadora fue una nicarag¨¹ense de 23 a?os, Sheynnis Palacios. Sin embargo, la coronaci¨®n de la joven ha incomodado al r¨¦gimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo, que, una vez m¨¢s, ha puesto en marcha la maquinaria de represi¨®n. La raz¨®n no es la censurable l¨®gica de los concursos de belleza, sino el hecho de que la miss participara en 2018 en la ¨²ltima gran oleada de protestas contra el aparato sandinista.
El triunfo de Palacios fue un revulsivo para miles de personas, que salieron en masa a celebrar como si se tratara de una victoria en una competici¨®n deportiva. Muchos j¨®venes nicarag¨¹enses se sintieron adem¨¢s identificados con su historia, ya que vend¨ªa bu?uelos para pagar sus estudios universitarios. Al mismo tiempo, la joven fue blanco de ataques por una foto viral en la que aparec¨ªa junto al cantante Carlos Mej¨ªa Godoy durante las movilizaciones.
Pero la reacci¨®n del r¨¦gimen ha ido m¨¢s all¨¢. Primero, detuvo a un tiktoker que rechaz¨® las cr¨ªticas vertidas contra la ganadora. Despu¨¦s desterr¨® a la directora de la franquicia de Miss Nicaragua, Karen Celebertti, que hab¨ªa viajado a El Salvador para acompa?ar a Palacios. Un portavoz del Gobierno ha vinculado las celebraciones con los intereses de EE UU y la vicepresidenta ha hablado directamente de ¡°golpismo destructivo¡±.
El affaire Miss Universo refleja el delirio insomne en el que viven Ortega y Murillo. Su alcance es menor en comparaci¨®n con el drama cotidiano que sufren la poblaci¨®n y una multitud de opositores, exiliados y desterrados, pero es una muestra reveladora del grado de intolerancia de la c¨²pula sandinista hacia cualquier atisbo de disidencia. A eso se suman dos recientes decisiones que agravan la crisis institucional y el aislamiento internacional del pa¨ªs centroamericano.
A mediados de noviembre Murillo llev¨® a cabo una gran purga en el Poder Judicial con el despido de m¨¢s de 900 funcionarios, encabezados por la presidenta de la Corte Suprema de Justicia. Y la semana pasada Nicaragua culmin¨® su abandono de la Organizaci¨®n de Estados Americanos (OEA) tras rechazar las cr¨ªticas al gobierno de Managua por m¨²ltiples violaciones de derechos humanos. Un paso especialmente preocupante, ya que ante la aniquilaci¨®n de la oposici¨®n pol¨ªtica dentro del pa¨ªs las instancias internacionales son el principal escenario de mediaci¨®n para explorar, por lejana que parezca, una salida de la dictadura.
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