Hait¨ª camina hacia el desastre a la espera de ayuda internacional
Aumenta la presi¨®n para la salida del Gobierno del primer ministro, Ariel Henry, que anunci¨® elecciones para agosto de 2025
El 29 de febrero, Alan manejaba su veh¨ªculo por la Route Delmas, en Puerto Pr¨ªncipe, la capital de Hait¨ª, uno de los caminos habituales entre la parte alta y baja de la ciudad. Hab¨ªa ido a dejar a un cliente al aeropuerto y volv¨ªa a su zona de operaci¨®n, cerca de Petionville, en la parte alta, barrio de embajadas y bancos. ¡°Ah¨ª, en Delmas¡±, explica por tel¨¦fono desde la capital haitiana, ¡°empec¨¦ a ver que la situaci¨®n se complicaba. Ya vi cuerpos tirados en el piso y todo¡±. Era el inicio de la ¨²ltima ola de violencia en Hait¨ª, que todav¨ªa no ha concluido.
Desde aquel d¨ªa, bandas criminales de la capital han atacado indiscriminadamente contra todo lo que huela a Estado en Puerto Pr¨ªncipe, con especial atenci¨®n a las comisar¨ªas de la Polic¨ªa Nacional ¨Dlos bandidos han arremetido al menos contra nueve¨D, su academia de cadetes, las c¨¢rceles, de las que han huido m¨¢s de 3.500 presos, el estadio nacional Sylvio Cator y el aeropuerto internacional, que cerr¨® y no ha vuelto a abrir.
La noche del viernes, un grupo de pandilleros la emprendi¨® a tiros a las puertas del Palacio Nacional e intent¨® prender fuego a la sede del Ministerio del Interior, donde finalmente los agentes lograron contener la revuelta.
Fuentes pol¨ªticas conocedoras de la situaci¨®n se?alan que la embestida tiene dos motivos, principalmente. Primero, el anuncio del primer ministro, Ariel Henry, que dirige el pa¨ªs desde el asesinato del presidente, Jovenel Mo?se, en 2021, de que convocar¨¢ elecciones en agosto de 2025, fecha que muchos en Hait¨ª consideran demasiado lejana. Segundo, la visita del propio Henry a Kenia la semana pasada para negociar una misi¨®n de apoyo policial bajo el paraguas de la ONU. A las bandas criminales, que dominan buena parte de la capital, no les gust¨® y lo hicieron saber.
En redes sociales han circulado v¨ªdeos de una crueldad extrema, donde grupos de muchachos armados ¨Dpoder de facto en la ciudad¨D vejan los cad¨¢veres de polic¨ªas asesinados o acechan con drones al pu?ado de agentes que trata de contener la embestida, nunca tan salvaje como ahora. A la vez, l¨ªderes de la delincuencia, caso destacado, el del expolic¨ªa Jimmy Cherizier, alias Barbecue, dan ruedas de prensa descabelladas en las que se presentan como l¨ªderes sociales, dispuestos a todo con tal de ver caer al Gobierno.
Trabajador del ramo de la seguridad privada, Alan, nombre ficticio, pas¨® la tarde del 29 de febrero llevando a gente a su casa. ¡°Por los grupos de WhatsApp ya vimos que todo estaba muy caliente. Yo y mi equipo estuvimos trasladando a nuestros clientes a sus viviendas. Fueron 15 en total. Luego ya cada uno se fue a la suya y a esperar que todo esto pare. La polic¨ªa no tiene capacidad¡±, explica: ¡°Todos tienen miedo, est¨¢n esperando que llegue ayuda del extranjero; es la ¨²nica posibilidad¡±.
Una eventual ayuda extranjera es la comidilla estos d¨ªas en Hait¨ª. Desde hace meses, Naciones Unidas trata de cerrar el env¨ªo de una misi¨®n de apoyo policial al pa¨ªs, que, con 11 millones de habitantes, cuenta con menos de 10.000 polic¨ªas. Kenia levant¨® la mano para liderarla y se comprometi¨® a mandar al menos a 1.000 agentes. Otras naciones, como Espa?a, tambi¨¦n han ofrecido apoyo humano y material, todo bajo el paraguas financiero de Estados Unidos, que ha prometido una inversi¨®n log¨ªstica de 200 millones de d¨®lares.
A las bandas criminales, que se cuentan por decenas en Puerto Pr¨ªncipe, con liderazgos y alianzas cambiantes, les incomoda la llegada de una misi¨®n internacional. Nacidas al calor de peleas pol¨ªticas, sus din¨¢micas han cambiado en los ¨²ltimos a?os. Durante las primeras dos d¨¦cadas del siglo, funcionaban como grupos de choque al servicio de las ¨¦lites, en una l¨®gica pol¨ªtica siempre pegada a los ciclos electorales. Pero Hait¨ª no celebra elecciones desde de 2016 y las bandas empezaron a buscar recursos en otro lado. Desde entonces, la extorsi¨®n y el secuestro se han convertido en sus actividades principales.
Romain Le Cour, investigador de The Global Initiative against Transnational Organized Crime, una organizaci¨®n civil con sede en Suiza, se?ala que ¡°la industria del secuestro funciona a escala industrial en Hait¨ª¡±. Le Cour, que sali¨® de Puerto Pr¨ªncipe esta semana en uno de los ¨²ltimos vuelos que despeg¨® del aeropuerto, recuerda el caso de una v¨ªctima que entrevist¨® recientemente. ¡°Me cont¨® que estuvo en una casa de seguridad, con otras 70 personas secuestradas. Dec¨ªa que pod¨ªan tenerte ah¨ª mes o mes y medio. ?Ves la log¨ªstica necesaria? Todo el mundo conoce a alguien que fue secuestrado en Puerto Pr¨ªncipe. Y si no, es cuesti¨®n de tiempo¡±, a?ade.
Un primer ministro acorralado
La figura de Ariel Henry encarna buena parte del caos en Hait¨ª. El primer ministro en funciones no ha podido volver al pa¨ªs. Su vuelo de regreso desde Kenia aterriz¨® en Puerto Rico, donde aguarda una soluci¨®n a la crisis. Una fuente que conoce la situaci¨®n pol¨ªtica en la capital se?ala que los grupos criminales tienen en la mira el aeropuerto precisamente por ¨¦l. No quieren que las aerol¨ªneas vuelvan a funcionar para evitar la vuelta de Henry y precipitar as¨ª su renuncia.
¡°El de Henry es un Gobierno de transici¨®n y, generalmente, gobiernos as¨ª han durado dos a?os aqu¨ª¡±, explica por tel¨¦fono desde Cabo Haitiano, el economista y soci¨®logo haitiano Joseph Harold Pierre. ¡°Al anunciar elecciones para agosto de 2025, con los retrasos que pueda haber y dem¨¢s, Henry estar¨ªa en el poder cinco a?os. Buena parte de la clase pol¨ªtica se ha sentido frustrada con este anuncio¡±, explica. ¡°Yo creo que va a haber cambios profundos en el Gobierno, cambios de ministros, al menos. Estoy seguro de que est¨¢ habiendo negociaciones, pero a escondidas¡±, afirma Pierre.
Estas negociaciones apuntan en parte a las bandas criminales. ¡°Actualmente, hay dos entidades que tienen poder en Hait¨ª, las bandas y la comunidad internacional. Cualquier grupo pol¨ªtico que quiera el poder y que no logre legitimidad ante ellas dos, no podr¨¢ hacer nada¡±, contin¨²a Pierre. En ese sentido, el l¨ªder criminal Barbecue, que se ha erigido en portavoz de una federaci¨®n de las bandas criminales m¨¢s poderosas de la capital, que ¨¦l llama Vivre Ensemble (Vivir juntos) ha sido muy claro: si Henry no sale, dice, habr¨¢ una ¡°guerra civil que conducir¨¢ a un genocidio¡±.
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