El secuestrador de un autob¨²s en R¨ªo de Janeiro se entrega a la polic¨ªa tres horas despu¨¦s y los rehenes son liberados
El hombre hab¨ªa disparado a dos pasajeros y se hab¨ªa atrincherado en un autob¨²s en el estacionamiento de la terminal
El secuestro que mantuvo en vilo a la ciudad de R¨ªo de Janeiro la tarde de este martes termin¨® tres horas despu¨¦s. El hombre que tomo como rehenes a 18 personas en la estaci¨®n de autobuses del centro de la ciudad se entreg¨® a la polic¨ªa y todos fueron liberados.
¡°Anunciamos que el incidente est¨¢ terminado; el secuestrador se entreg¨® a la Polic¨ªa Militar, est¨¢ preso, todos los rehenes fueron liberados, est¨¢n seguros y est¨¢n siendo atendidos por los bomberos¡±, inform¨® en declaraciones a la prensa el portavoz de la Polic¨ªa Militar, Marcos Andrade. La polic¨ªa moviliz¨® al Batall¨®n de Operaciones Especiales (BOPE) y a un negociador.
Antes de que llegara la polic¨ªa, el secuestrador efectu¨® varios disparos e hiri¨® a dos personas. Un hombre de 34 a?os recibi¨® varios balazos en el t¨®rax y en el abdomen y est¨¢ internado en estado grave en un hospital. La otra persona, no identificada, sufri¨® heridas leves y fue atendida en el propio centro m¨¦dico de la estaci¨®n.
Seg¨²n relatos de los testigos, los rehenes estaban dentro de un autob¨²s que se dirig¨ªa a la ciudad de Juiz de Fora, en el vecino estado de Minas Gerais, y que ya hab¨ªa salido de la estaci¨®n. Despu¨¦s de recorrer unos 500 metros, el aire acondicionado dej¨® de funcionar, por lo que el conductor decidi¨® regresar para arreglarlo. Al llegar a la estaci¨®n, algunos pasajeros decidieron bajar por el calor, y fue entonces cuando el secuestrador, que ya estar¨ªa en el veh¨ªculo, realiz¨® varios disparos.
En los alrededores de la estaci¨®n, cientos de pasajeros esperaban resignados el desenlace del secuestro. Algunos presenciaron de cerca lo ocurrido, como Carlos Alberto, que estaba esperando para embarcar en el autob¨²s justo al lado: ¡°Dispar¨® de repente, cuando le vi corriendo para el fondo del autob¨²s mir¨¦ al lateral y hab¨ªa siete u ocho agujeros de bala. Corr¨ª hacia adelante y me escond¨ª detr¨¢s de una columna. Despu¨¦s dio otros dos tiros y bale¨® a un chico en el pecho y a un se?or mayor en el cuello¡±. Lo cuenta desde un bar enfrente de la estaci¨®n, mientras hace tiempo para ver si la situaci¨®n se normaliza y puede emprender viaje.
Sin saber muy bien qu¨¦ hacer, esperando debajo de un viaducto, tambi¨¦n estaban decenas de empleados, conductores y vendedores de billetes de bus. A Joas Mendes, por ejemplo, el secuestro le pill¨® trabajando en el piso de arriba de la estaci¨®n, donde est¨¢n las taquillas de todas las empresas: ¡°Nadie pod¨ªa bajar, al cabo de una hora la polic¨ªa nos indic¨® por donde salir. Nosotros nos encerramos en el despacho de la gerencia. Los pasajeros estaban corriendo desesperados, con miedo¡±.
El secretario de Seguridad del estado de R¨ªo, Victor Cesar, inform¨® que el secuestrador, identificado como Paulo S¨¦rgio Lima, de 29 a?os, estaba planeado huir de R¨ªo. Viv¨ªa en la favela de Rocinha, controlada por el narcotr¨¢fico, y estaba involucrado en disputas territoriales en Muzema, una barriada en manos de la milicia. Seg¨²n las autoridades, quer¨ªa dejar R¨ªo por desavenencias dentro de la propia facci¨®n criminal a la que pertenece.
El gobernador del estado de R¨ªo, Claudio Castro felicit¨® a las fuerzas de seguridad por una actuaci¨®n que defini¨® como ejemplar. ¡°Estuve en contacto directo con el comando de las polic¨ªas, pasando dos determinaciones: resguardar la vida de los rehenes y ser implacable en las negociaciones¡±, escribi¨® en sus redes sociales.
Los secuestros de este tipo, relativamente frecuentes en R¨ªo en los a?os noventa, hace tiempo que dejaron de formar parte de la rutina diaria de los cariocas. No obstante, en los ¨²ltimos meses hubo varios incidentes similares. En enero, en la misma zona, un autob¨²s fue secuestrado por un grupo que oblig¨® al conductor a desviarse de su ruta 16 kil¨®metros. Le robaron todas las pertenencias al conductor y a otros 20 pasajeros.
A finales de diciembre, otros cinco hombres (la polic¨ªa investiga si se trata de la misma cuadrilla) tambi¨¦n entr¨® en un autob¨²s que estaba llegando a la estaci¨®n y oblig¨® al conductor a avanzar hasta el Complexo do Mar¨¦, un conjunto de favelas dominadas por el narcotr¨¢fico. Seg¨²n la polic¨ªa, al menos tres turistas chinos perdieron sus celulares, dinero y pasaportes.
Siga toda la informaci¨®n de El PA?S Am¨¦rica en Facebook y X, o en nuestra newsletter semanal.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.