Ruptura total en Ecuador: Noboa no quiere ceder el poder a la vicepresidenta Abad en su camino a las elecciones
El presidente deber¨ªa dejar de encargada a su ¡®n¨²mero dos¡¯ 45 d¨ªas antes de las pr¨®ximas presidenciales, pero ella asegura que ¨¦l la presiona para que dimita

No existe una foto oficial del presidente y la vicepresidenta de Ecuador. Rara vez una relaci¨®n pol¨ªtica hab¨ªa sido tan fugaz como la de Daniel Noboa y Ver¨®nica Abad. Y resulta extra?o en un pa¨ªs donde la figura del vicepresidente nunca antes hab¨ªa pasado tan desapercibida como ahora.
Con un nuevo proceso electoral en marcha, en el que Noboa ha anunciado que ser¨¢ de nuevo candidato, el tiempo apremia para definir qui¨¦n quedar¨¢ a cargo de la Presidencia mientras ¨¦l est¨¢ en campa?a. Durante 45 d¨ªas ¡°el mandatario debe suspender sus actividades como presidente¡±, explica la abogada constitucionalista Ximena Ron.¡±Eso implica restringir completamente las posibilidades de que un funcionario tenga la posibilidad de influenciar en el elector usando su cargo¡±, a?ade. Quien debe reemplazarlo es la vicepresidenta, pero Abad ha dicho que est¨¢ siendo presionada por el presidente para renunciar a su cargo. ¡°Sin duda alguna es una persecuci¨®n pol¨ªtica, hay una violencia pol¨ªtica constante¡±, dijo la vicepresidenta en una entrevista desde Tel Aviv.
Las declaraciones de Abad se dieron tras la detenci¨®n de su hijo, Francisco Barreiro, a quien la Fiscal¨ªa investiga por un supuesto delito de oferta de tr¨¢fico de influencias en la Vicepresidencia, en un caso que denomin¨® Nene. El hijo mayor de Abad fue recluido en la c¨¢rcel de m¨¢xima seguridad La Roca por decisi¨®n de un juez. ¡°Ni Fito, ni los traficantes m¨¢s pesados del pa¨ªs han sido enviados a La Roca y enviaron a mi hijo¡±, dijo Abad desde Israel, pa¨ªs donde no puede salir sin un permiso de la Canciller¨ªa. El 7 de mayo, la defensa de Barreiro pag¨® una fianza de 20.000 d¨®lares y sali¨® en libertad con medidas sustitutivas.
Durante una d¨¦cada el pa¨ªs fue gobernado por el vicepresidente de turno. Entre 1996 y 2005 ocurrieron cuatro golpes de Estado que defenestraron al presidente electo en las urnas. En su reemplazo, el vicepresidente que estaba en la banca esperando su turno asum¨ªa de inmediato el nuevo rol de jefe de Estado. Excepto por una ocasi¨®n, cuando quien deb¨ªa ascender al sal¨®n de los presidentes del Palacio de Carondelet se trataba de una mujer. Era 1997, y Abdal¨¢ Bucaram, conocido como El loco, por sus excentricidades, fue derrocado por el Congreso por ¡°incapacidad mental¡±. Bucaram huy¨® a Panam¨¢ y Rosal¨ªa Arteaga estaba lista para asumir el cargo, pero el Congreso se lo impidi¨®. En 48 horas, los diputados eligieron al presidente del mismo Legislativo como el nuevo gobernante por el resto del periodo que faltaba.
Despu¨¦s de esa ¨¦poca oscura para la democracia de Ecuador, bajo el temor de ser traicionados, los candidatos presidenciales han escogido a su binomio con mucha cautela, hasta 2023, cuando el expresidente Guillermo Lasso, en una inesperada maniobra para evitar un juicio pol¨ªtico en su contra, decret¨® por primera vez la muerte cruzada, una v¨¢lvula de escape democr¨¢tica para disolver la Asamblea y el Ejecutivo y convocar a nuevas elecciones. Todo fue muy r¨¢pido. El Consejo Electoral corri¨® contra el tiempo para realizar unas elecciones, que normalmente pueden tardar un a?o, en tres meses. El apuro puso en aprietos a los candidatos a la presidencia que no ten¨ªan ni partido, ni binomio. Entre esos el presidente Noboa, que eligi¨® a Abad. Fueron los primeros en inscribir su candidatura a la presidencia. Ese d¨ªa, muy sonrientes, se retrat¨® la ¨²nica foto juntos que existe de los dos.
Ha sido dif¨ªcil definir c¨®mo se dio la uni¨®n entre Noboa y Abad, dos desconocidos en la vida pol¨ªtica de los que nadie se imagin¨® que pod¨ªan alcanzar el poder. Noboa ha dicho que su tendencia ideol¨®gica es de centroizquierda, mientras que Abad ha declarado ser de derecha, aunque su discurso y sus relaciones pol¨ªticas la ubican m¨¢s en la ultraderecha conservadora. La primera prueba fue en su visita a Espa?a, donde la vicepresidenta se reuni¨® con Santiago Abascal, presidente de Vox.
Tras la ruptura de la relaci¨®n, Noboa ha aprovechado los espacios en blanco de la normativa y ha cambiado por completo la figura del vicepresidente. Y tiene el poder para hacerlo. Seg¨²n la Constituci¨®n, las funciones del vicepresidente est¨¢n dadas por el primer mandatario. Entonces, lo que han hecho otros presidentes ha sido entregarles tareas acordes a su perfil. Rafael Correa, por ejemplo, encarg¨® a Lenin Moreno establecer un programa de ayudas para personas con discapacidad, y a su amigo Jorge Glas, le deleg¨® las Telecomunicaciones, porque ten¨ªa un t¨ªtulo ¡ªaunque cuestionado por supuesto plagio¡ª en esa ¨¢rea. Guillermo Lasso pidi¨® al doctor Alfredo Borrero que supervisara la crisis sanitaria por ser esa su especialidad.
Pero Noboa rompi¨® con ese patr¨®n. A trav¨¦s de un decreto firm¨® el destino de su vicepresidenta: Oriente Pr¨®ximo. Abad fue enviada a Israel en calidad de embajadora a ayudar a mediar la paz en la guerra contra Gaza. Lejos de los micr¨®fonos, de los problemas del pa¨ªs, de la ejecuci¨®n del plan de campa?a que elaboraron juntos, lejos, lejos, lejos.
Abad no renunci¨® a pesar de las presiones a las que dice estar sometida. En los pasillos del Congreso se baraj¨® otra opci¨®n: la posibilidad de un juicio pol¨ªtico contra la vicepresidenta para destituirla. Pero todav¨ªa no encuentran una causa. Y si la encontrasen, el rango de acci¨®n del presidente en la Asamblea se redujo. Despu¨¦s de ordenar el asalto a la embajada de M¨¦xico para capturar a Jorge Glas, el pacto con sus aliados en el Legislativo se rompi¨®. La Constituci¨®n no provee de muchas alternativas al presidente cuando le ha quitado la confianza a su binomio que es elegido por votaci¨®n popular. Hay un art¨ªculo de la Carta Magna que podr¨ªa zanjar el asunto, explica Ximena Ron. Es el 150 que se refiere al caso de una ausencia temporal de quien ejerza la Vicepresidencia de la Rep¨²blica. ¡°Solo ah¨ª el presidente podr¨¢ reemplazar el cargo con un ministro de su confianza¡±, a?ade. Aunque eso puede motivar que la Corte Constitucional defina si el caso de Abad ¡ªque fue enviada lejos del pa¨ªs¡ª se tratar¨ªa de una ¡°ausencia temporal¡±. Mientras se espera el siguiente movimiento del Gobierno, el destino de la vicepresidenta es incierto.
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