Muere a los 97 a?os Margot Benacerraf, piedra fundacional del cine venezolano
Promotora de la Cinemateca Nacional de Venezuela, fue autora de Araya, premiado en Cannes en 1959 y considerado uno de los mejores documentales latinoamericanos de todos los tiempos
Margot Benacerraf (Caracas, 1926) cineasta, documentalista, fot¨®grafa y destacada promotora cultural venezolana, considerada una de las pioneras del cine nacional y latinoamericano, ha fallecido este mi¨¦rcoles a los 97 a?os de edad. Benacerraf ser¨¢ recordada, sobre todo, por su aclamado documental Araya, una cinta estrenada en 1959 en blanco y negro que retrata las duras faenas laborales y las vicisitudes de los trabajadores de unas salinas ubicadas en un remoto pueblo costero del oriente venezolano del mismo nombre.
Araya hizo a Benacerraf acreedora del Premio a la Cr¨ªtica del Festival de Cannes de aquel a?o, junto a la famosa Hiroshima Mon Ammour, del franc¨¦s Alain Resnais. Araya ha sido glosada y seleccionada varias veces como uno de los mejores documentales latinoamericanos del siglo XX por varias publicaciones y monitores cinematogr¨¢ficos, sobre todo franceses, pero tambi¨¦n de Italia y Estados Unidos.
Hija de inmigrantes de origen jud¨ªo, Benacerraf obtuvo la licenciatura en Filosof¨ªa y Letras de la Universidad Central de Venezuela en 1947. Becada posteriormente por el Departamento de Drama de la Universidad de Columbia, en Nueva York, luego de ganar el premio dramat¨²rgico creado por la instituci¨®n, Benacerraf marcha posteriormente a Par¨ªs, ciudad en la cual descubrir¨ªa definitivamente su pasi¨®n por la realizaci¨®n audiovisual, al graduarse en el Instituto de Altos Estudios Cinematogr¨¢ficos de Par¨ªs.
De regreso al pa¨ªs, en 1952, Benacerraf estrena Rever¨®n, su primer trabajo como realizadora. Se trata de un documental que se adentra en el laberinto creativo y mental de Armando Rever¨®n, artista venezolano, uno de los nombres m¨¢s sobresalientes de la pintura latinoamericana del siglo XX, famoso por sus excentricidades y su estilo de vida autogestionado y completamente rupestre. Rever¨®n obtuvo un gran ¨¦xito cr¨ªtica, siendo galardonada como mejor pel¨ªcula en el Festival Internacional de Pel¨ªculas de Arte de Caracas, celebrada aquel a?o. Fue exhibida en medio de elogios en los festivales de Berl¨ªn, Cannes y Edimburgo y en las Cinematecas de Francia y de B¨¦lgica. Su trabajo le abrir¨ªa las puertas de la cr¨ªtica a otras entregas.
La difusi¨®n definitiva de Araya, que tuvo lugar siete a?os despu¨¦s de Rever¨®n, vino con un incidente que se constituy¨® en una especie de lunar para el destino del proyecto, con algunas consecuencias posteriores para su carrera como realizadora. Benacerraf no qued¨® satisfecha con el montaje final que los distribuidores le propusieron a la autora, que recortaba el producto de sus tres horas originales a poco m¨¢s de una. En medio de los desacuerdos, la cinta original se extravi¨® y termin¨® siendo exhibida en Venezuela 18 a?os despu¨¦s, en 1977.
Muy renuente a la exposici¨®n medi¨¢tica, negada de forma sistem¨¢tica a conceder entrevistas o hacer apariciones p¨²blicas, pese a ser una celebridad muy respetada en el mundo de la cultural nacional, Benacerraf dedic¨® al resto de su vida a la promoci¨®n del cine de alta calidad para el p¨²blico de su pa¨ªs. En 1966, Benacerraf fund¨° la Cinemateca Nacional, espacio especializado en la difusi¨®n universal del cine de autor, instituci¨®n de la que fue su primera directora. Luego crear¨ªa Fundavisual Latina, para promover y dar a conocer el cine latinoamericano en el pa¨ªs.
A lo largo de su vida, Benacerraf recibi¨®, entre otros galardones, la Orden Nacional del M¨¦rito de la Rep¨²blica Francesa y la Orden del M¨¦rito del Gobierno de Italia; la Orden Bernardo O?Higgings, en Chile; el Premio Nacional de Cine de Venezuela; la Orden Andr¨¦s Bello del Gobierno de Venezuela, la Orden de la Universidad Central de Venezuela en su ¨²nica clase y la Orden Francisco de Miranda en su primera clase otorgada por el Ministerio de Cultura de Venezuela, esta ¨²ltima en 2018. La sala de Arte y Ensayo del antiguo edificio sede del Ateneo de Caracas -Hoy, Universidad Experimental de las Artes-, lleva su nombre.
Su muerte ha sido lamentada por todo el pa¨ªs cultural y por algunas personalidades internacionales del cine, como el mexicano Guillermo Arriaga, qui¨¦n se refiri¨® a ella como ¡°punto cardinal del cine latinoamericano¡±. Benacerraf se marcha, pero su obra queda para siempre.
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